Laos deja poco a poco de ser el reino del 'Millón de Elefantes'
El Mundo, 4-8-2005
VIENTIANE (LAOS).- Los animales que hicieron que Laos fuera llamado antiguamente el reino del "Millón de Elefantes" han desaparecido en su mayoría, y en los bosques que tapizaron gran parte del país aparecen grandes claros en los que es difícil oír piar un pájaro.
La extendida depredación que ha esquilmado de animales y plantas las vecinas Vietnam, Tailandia y China está llegando a Laos, hasta hace poco el santuario forestal de Indochina y hogar de más de 800 especies de aves y un centenar de mamíferos, incluidos el tigre y otros recién descubiertos.
Los ecologistas, alarmados por los daños causados a la naturaleza durante los últimos 50 años, creen que la destrucción ecológica es inevitable a menos que haya un cambio de actitud en el gobierno de Laos, entrampado en la corrupción y recipiente de una limitada ayuda financiera exterior dirigida a programas medioambientales.
A ello se suma la presencia en el país de cerca de una decena de compañías madereras extranjeras, que a la vez que aseguran llevar a cabo proyectos de reforestación, obtienen substanciales beneficios económicos por la comercialización de la madera.
"Si Laos pierde sus bosques, lo habrá perdido todo, porque económicamente lo único que está en condiciones de ofrecer son sus recursos naturales y la biodiversidad", apuntó Latasay Silavoung, delegado de la Unión Mundial para la Naturaleza.
El gobierno comunista de Laos, uno de los países asiáticos con mayores recursos acuíferos, desarrolla gracias a la ayuda financiera internacional y el interesado sosten de compañías extranjeras un ambicioso proyecto de construcción de embalses, al tiempo que vende sus bosques, de forma legal o ilícita.
Bosques esquilmados
A lo largo de la estrecha carretera que conecta Vientiane, la capital, con la ciudad de Luang Prabang (norte) se aprecia como los únicos bosques que sobreviven son aquellos con excesiva espesura para adentrarse o los situados en laderas de pronunciada inclinación.
"Cuando termine la estación de las lluvias, volverán a brotar de las montañas las columnas de humo de los fuegos que encienden los campesinos con el fin de ampliar la superficie cultivable", explicó Suphanvane, funcionario del Ministerio de Sanidad adscrito al programa de erradicación de la malaria en las áreas rurales.
Hace cinco décadas, cerca del 70% de la superficie del país estaba tapizada por bosques y junglas, mientras que en la actualidad no llega al 40%, según un estudio realizado por el Fondo Mundial para la Flora y la Fauna.
500 dólares de presupuesto
En 1993 el gobierno declaró 20 áreas protegidas, que en conjunto cubrían el 14% de la superficie de Laos, y destinó 500 dólares de presupuesto a cada uno de los parques nacionales, y, desde entonces, sigue siendo el mismo. "Este presupuesto es insuficiente para evitar que los parques continúen siendo destruidos por los campesinos y diezmados de animales por los cazadores furtivos", señaló Silavoung. Aparte, los embalses cuyas obras han empezado causarán daños graves en 14 de los 20 parques nacionales, según los ecologistas.
Como sucede en otras sociedades de las naciones de Indochina, en la laosiana las plantas no venenosas y casi todos los animales se consideran "comida" y, por tanto, aunque estén en peligro de extinción, son comercializados en los mercados de los pueblos o exportados de contrabando a los países vecinos para su consumo.
Los animales y plantas son además el principal condimento de los elixires, brebajes y medicamentos tradicionales que, frente a las medicinas a base de productos químicos, prefieren emplear los laosianos de las áreas rurales cuando están aquejados por alguna dolencia.
"En las zonas rurales de difícil acceso, no se hace ningún caso a lo que dice el gobierno de no cazar animales salvajes, no cortar arboles o dejar de fumar opio, hacen ahora lo mismo que han hecho siempre", comentó Kamkhiem Sortrachavoung, del Centro Laosiano de Cultura.
VIENTIANE (LAOS).- Los animales que hicieron que Laos fuera llamado antiguamente el reino del "Millón de Elefantes" han desaparecido en su mayoría, y en los bosques que tapizaron gran parte del país aparecen grandes claros en los que es difícil oír piar un pájaro.
La extendida depredación que ha esquilmado de animales y plantas las vecinas Vietnam, Tailandia y China está llegando a Laos, hasta hace poco el santuario forestal de Indochina y hogar de más de 800 especies de aves y un centenar de mamíferos, incluidos el tigre y otros recién descubiertos.
Los ecologistas, alarmados por los daños causados a la naturaleza durante los últimos 50 años, creen que la destrucción ecológica es inevitable a menos que haya un cambio de actitud en el gobierno de Laos, entrampado en la corrupción y recipiente de una limitada ayuda financiera exterior dirigida a programas medioambientales.
A ello se suma la presencia en el país de cerca de una decena de compañías madereras extranjeras, que a la vez que aseguran llevar a cabo proyectos de reforestación, obtienen substanciales beneficios económicos por la comercialización de la madera.
"Si Laos pierde sus bosques, lo habrá perdido todo, porque económicamente lo único que está en condiciones de ofrecer son sus recursos naturales y la biodiversidad", apuntó Latasay Silavoung, delegado de la Unión Mundial para la Naturaleza.
El gobierno comunista de Laos, uno de los países asiáticos con mayores recursos acuíferos, desarrolla gracias a la ayuda financiera internacional y el interesado sosten de compañías extranjeras un ambicioso proyecto de construcción de embalses, al tiempo que vende sus bosques, de forma legal o ilícita.
Bosques esquilmados
A lo largo de la estrecha carretera que conecta Vientiane, la capital, con la ciudad de Luang Prabang (norte) se aprecia como los únicos bosques que sobreviven son aquellos con excesiva espesura para adentrarse o los situados en laderas de pronunciada inclinación.
"Cuando termine la estación de las lluvias, volverán a brotar de las montañas las columnas de humo de los fuegos que encienden los campesinos con el fin de ampliar la superficie cultivable", explicó Suphanvane, funcionario del Ministerio de Sanidad adscrito al programa de erradicación de la malaria en las áreas rurales.
Hace cinco décadas, cerca del 70% de la superficie del país estaba tapizada por bosques y junglas, mientras que en la actualidad no llega al 40%, según un estudio realizado por el Fondo Mundial para la Flora y la Fauna.
500 dólares de presupuesto
En 1993 el gobierno declaró 20 áreas protegidas, que en conjunto cubrían el 14% de la superficie de Laos, y destinó 500 dólares de presupuesto a cada uno de los parques nacionales, y, desde entonces, sigue siendo el mismo. "Este presupuesto es insuficiente para evitar que los parques continúen siendo destruidos por los campesinos y diezmados de animales por los cazadores furtivos", señaló Silavoung. Aparte, los embalses cuyas obras han empezado causarán daños graves en 14 de los 20 parques nacionales, según los ecologistas.
Como sucede en otras sociedades de las naciones de Indochina, en la laosiana las plantas no venenosas y casi todos los animales se consideran "comida" y, por tanto, aunque estén en peligro de extinción, son comercializados en los mercados de los pueblos o exportados de contrabando a los países vecinos para su consumo.
Los animales y plantas son además el principal condimento de los elixires, brebajes y medicamentos tradicionales que, frente a las medicinas a base de productos químicos, prefieren emplear los laosianos de las áreas rurales cuando están aquejados por alguna dolencia.
"En las zonas rurales de difícil acceso, no se hace ningún caso a lo que dice el gobierno de no cazar animales salvajes, no cortar arboles o dejar de fumar opio, hacen ahora lo mismo que han hecho siempre", comentó Kamkhiem Sortrachavoung, del Centro Laosiano de Cultura.
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