Confirman el vínculo entre el cáncer infantil y la contaminación ambiental
Canarias7.es, 11/08/2005
EFE. Washington (Estados Unidos)
Los diversos tipos de cáncer infantil están estrechamente relacionados con la contaminación ambiental provocada por los motores, según un estudio publicado ayer miércoles por la revista inglesa 'Epidemiology and Community Health'. La investigación incluyó el estudio de las condiciones ambientales en las que vivieron 22.500 niños que murieron de cáncer en Gran Bretaña entre 1955 y 1980. Ese análisis mostró que la mayoría de los niños tuvo algún contacto o relación con grandes centros de emisión de contaminantes.
Tales centros fueron identificados en mapas de niveles de polución y se descubrió que los contaminantes más importantes fueron el monóxido de carbono, óxido de nitrógeno, butadiene, dioxinas, benzopireno y compuestos orgánicos.
Tras un análisis informático que incluyó datos como los lugares de nacimiento, vivienda y muerte de los niños, y los centros de emisión, se determinó que el riesgo de cáncer aumentaba cuando los menores residían a unos 300 metros de un centro de emisiones químicas. También se incrementaba cuando vivían a un kilómetro de emisiones motrices, como las de una terminal de transporte.
El estudio señaló que la combinación de butadiene y monóxido de carbono con las emisiones que se producen en una terminal de transporte de autobuses, por ejemplo, incrementó el peligro de muerte por cáncer infantil unas 12 veces.
George Knox, profesor de la Universidad de Birmingham y autor de la investigación, sugirió que la exposición de un niño a los contaminantes, ya sea en el vientre materno o en los primeros meses de vida, puede determinar la posibilidad de que sufra algún tipo de cáncer en sus primeros años. Por ello, señaló necesario establecer un mayor control de los centros de emisión de contaminantes, especialmente de butadiene y de monóxido de carbono.
EFE. Washington (Estados Unidos)
Los diversos tipos de cáncer infantil están estrechamente relacionados con la contaminación ambiental provocada por los motores, según un estudio publicado ayer miércoles por la revista inglesa 'Epidemiology and Community Health'. La investigación incluyó el estudio de las condiciones ambientales en las que vivieron 22.500 niños que murieron de cáncer en Gran Bretaña entre 1955 y 1980. Ese análisis mostró que la mayoría de los niños tuvo algún contacto o relación con grandes centros de emisión de contaminantes.
Tales centros fueron identificados en mapas de niveles de polución y se descubrió que los contaminantes más importantes fueron el monóxido de carbono, óxido de nitrógeno, butadiene, dioxinas, benzopireno y compuestos orgánicos.
Tras un análisis informático que incluyó datos como los lugares de nacimiento, vivienda y muerte de los niños, y los centros de emisión, se determinó que el riesgo de cáncer aumentaba cuando los menores residían a unos 300 metros de un centro de emisiones químicas. También se incrementaba cuando vivían a un kilómetro de emisiones motrices, como las de una terminal de transporte.
El estudio señaló que la combinación de butadiene y monóxido de carbono con las emisiones que se producen en una terminal de transporte de autobuses, por ejemplo, incrementó el peligro de muerte por cáncer infantil unas 12 veces.
George Knox, profesor de la Universidad de Birmingham y autor de la investigación, sugirió que la exposición de un niño a los contaminantes, ya sea en el vientre materno o en los primeros meses de vida, puede determinar la posibilidad de que sufra algún tipo de cáncer en sus primeros años. Por ello, señaló necesario establecer un mayor control de los centros de emisión de contaminantes, especialmente de butadiene y de monóxido de carbono.
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