Bendita biodiversidad
Editorial
El País, 23-03-2006
En el nuevo encuentro de la Convención sobre Diversidad Biológica, auspiciada por la ONU, representantes de más de 180 países intentan llegar a acuerdos que eviten la continuada desaparición de especies vegetales y animales, la acelerada pérdida de biodiversidad sobre el planeta. La historia de la Tierra está jalonada de sucesos catastróficos en los que la desaparición de las especies ha afectado a una gran cantidad de las existentes en esos momentos y se ha producido de forma relativamente repentina. Entre esos sucesos destacan las llamadas cinco grandes extinciones, la última de las cuales tuvo lugar hace 65 millones de años y supuso la desaparición de los dinosaurios, animales entonces dominantes, y creó un vacío que fue aprovechado por pequeños mamíferos supervivientes que, en el curso de la evolución, darían lugar, entre otras, a la especie humana.
Es justamente la extensión de esta misma especie humana por todos los rincones del planeta, ocupando espacios y recursos naturales, modificando el entorno para el cultivo, la ganadería, la industria o las aglomeraciones urbanas, o generando residuos, una de las principales causas de la acelerada desaparición de especies en nuestros días. Algunos califican esta incidencia de la actividad humana sobre la diversidad biológica como la sexta gran extinción. No parece, sin embargo, que las cifras que manejan los científicos sean comparables a las que tuvieron lugar en el pasado remoto, aunque sean un serio motivo de preocupación. De todas formas, es un fenómeno creciente y, en la medida en que se produzcan cambios del tipo del calentamiento global del planeta, puede agravarse. De ahí que sea necesario tomar medidas para evitar la sangría de especies biológicas.
Hay motivos económicos para hacerlo, asociados a la diversidad de productos útiles sintetizados por los seres vivos y al hecho de que es la biodiversidad lo que da solidez y asegura la permanencia del medio natural frente a los cambios en las condiciones que afectan a dicho medio. Pero también hay una obligación moral por parte de la humanidad de preservar el acervo biológico en el que nuestra especie nació y prosperó, que puede estar amenazado por un uso abusivo de los recursos naturales.
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