Hacia una comprensión crítica del movimiento ecologista canario
Eugenio Reyes Naranjo
Disenso, n. 45
Difícil lo tiene quien quiera abordar un artículo bajo este titulo ostentoso, aun mas cuando quien lo suscribe es juez y parte del movimiento ecologista, y digo ostentoso porque aborda una parte la historia reciente que desde la sociología comprensiva con el añadido de la auto mirada, corre el grave riesgo de encallar en las rocosas costas de la auto complacencia y sobre todo no aportando luces desde la densa niebla de la subjetividad.
Así que piratas acarréense los calzones, la travesía puede ser muy dura, a veces nos taparemos el ojo derecho y lo veremos todo de izquierdas otras nos taparemos el lado izquierdo y lo veremos todo de derechas, alguien pude sentirse mareado otros indispuesto, incluso alguien renunciar y bajarse del barco, en cualquier caso el objetivo es aprovechar la llanura blanca del árbol caído en forma de papel para no pasar desapercibido, para navegar por el disenso mas salvaje posible.
Aspirar a comprender o en este caso auto comprendernos a nosotros mismos desde la subjetividad mas severa; reflexionar e intentar explicar la claves de un movimiento (el ecologista ) que con mas de medio siglo de activismo compulsivo y de escandalosos silencios ante castrones ambientales en el ámbito de Canarias y de Planeta en general no es fácil, Sin embargo desde la limitaciones y ambigüedades intentaré buscar respuestas, o por lo menos apuntar luces a su naturaleza organizativa, a sus propuestas, valores y alternativas
Un poco de Historia
No hay consenso de cuando se inicia el movimiento ecologista en Canarias se suele aceptar la orquilla de la transición democrática del franquismo, sin embargo no sería honesto si olvidáramos los hechos las personas y los valores que tiempo atrás desde los nativos e indígenas que sufrieron la transformación devastadora de las incursiones españolas, pasando por los monocultivos de la caña de azúcar con el consiguiente exterminio de los bosques de la laurisilva o temoescrefólilo, o la destrucción masiva de los pinares para la floreciente Navegación de Ultramar, pasando por el impacto positivo de los intelectuales naturalistas, como Bertelot, Viera Y Clavijo, Alexander Von Humboldt, hasta la presencia de figuras como Eric Sventenius (Fundador del Jardín Canario) o la aportación de la primera propuesta de espacios naturales a proteger elaboradas por el matrimonio Kunkel en 1973.
Lo cierto que los últimos 600 años las transformaciones ambientales han sido tan brutales que podemos identificar personas y colectivos en defensa del Medio Natural Canario, un repaso somero de la historia mas reciente desde el apóstol de los Árboles o el pica, periodista de principio del siglo XX que ya criticaba las primeras edificaciones en Zona hoy conocida como las Reoyas, nos permitirán, sin duda alguna, identificar claves precursoras del ecologismo actual que en ámbito de la sociedad local de su época aportan elementos identitarios propios al movimiento del ecologista canario.
Tras la pruebas nucleares francesas en Argelia a finales de los cincuenta y el seísmo de 1960 con más de 15.000 muertos en Marruecos, la burguesía canaria, sometida a un aislamiento extremo por el régimen franquista con consecuencias económicas graves, (bloqueo del comercio del plátano con Londres, o bloqueo del abastecimiento del mercado interior), abre una pequeña fisura en el monolítico poder militar que permite a los jóvenes que estrenan Instituto nuevo, situado en el antiguo Vivero Insular (actual Instituto Pérez Galdós), un conato de manifestación por la calle Tomas morales, bombas no consignaban las pancartas, confeccionadas al abrigo del profesor Viñas.
Por supuesto la mani duro pocos minutos. La policia, la famosa policía franquista se encargo de ello. Las consecuencias no se hicieron esperar, profesor expedientado, alumnos severamente amonestados, todo quedó en el ingenuo, manipulado y mal informado espíritu juvenil. Lo cierto es que lo que pudiera ser la primera manifestación antinuclear de territorio administrado por el franquismo supuso un seísmo intelectual en jóvenes que años más tarde configurarían el conocido grupo de los Canariologos, o estudiosos de lo Canario como se les conocía a finales de los sesenta.
Cobijados en el entorno del museo Canario surge jóvenes que no siguen los designios de la Oje (Organización de Jóvenes Españoles), la agrupación de montañeros, la constitución de ASCAN (Asociación Canaria de amigos de la Naturaleza), que aunque empezó a operar a finales de los sesenta es legalizada por un error o despiste del Gobernador Civil otorgándole ámbito de actuación en toda Canarias y el Sahara Occidental en 1970. Siendo así, por margen de días, la segunda entidad mas antigua legalizada en defensa de la Naturaleza del Territorio administrado por el franquismo. Jaime O´Shanahan, Antonio Cardona, Luis García Correa, Bermejo Pérez, Servando López y un largo etcétera de personalidades actuaron como socios fundadores de ASCAN.
Sus actos en defensa de Tamadaba, su primera aula de la Natualeza en Montanñon Negro, y sus informes ante atentados ambientales en las primeras ocupaciones Turísticas en las dunas de Maspalomas o en Las Teresitas en el sur de Tenerife, o la reserva de caza de Inagua, la presencia de ilustres botánicos en la Universidad de la Laguna, las posteriores promociones de biólogos, el papel critico reflexivo de los estudios publicados por la Caja Insular de Ahorros, trabajos de los economistas Antonio González Viéitez, Fernando Redondo y otros, abren la puerta a nuevos colectivos profesionales y sociales que constituyen una masa critica y sensibles con los valores Naturales del Archipiélago.
Tras las primeras lluvias caídas en 1972 Jesús Cantero (sobrino de profesor expedientado), Federico García y un largo etcétera, integrantes de Grupo de Montaña Gran Canaria se lanzan al monte a plantar pinos y se constituye así el Día del Arbol, que funcionará anualmente hasta la actualidad.
En el Día del Arbol de los años que duró la transición del franquismo a democracia monárquica podíamos ver a jóvenes, mayores, niños o niñas con banderas tricolor y siete estrellas verdes, o a scauts con sus pañuelos azul y amarillo, o símbolos anarquistas, o banderas verdes ecologistas. Alrededor de 5.000 personas, una vez al año, se configuraron como un espacio de manifestación y movilización social de distintas ideologías que se tiraban al monte con un fin común: plantar árboles.
Los primeros colectivos ecologistas
Tras la muerte de Franco, un joven pacifista hijo de un coronel de infantería, ante la vergüenza de la profesión de su progenitor, se escapa, huye a una comuna en Cataluña, cuando va llegando se quita los zapatos quiere ser libre, tras algún tiempo vuelve a Canarias y tras varios intentos de trabajar en Ascan, al percibirla como una macro asociación lenta y pesada decide elegir otro camino, no la de fundar una asociación sino Un Colectivo Ecologista decide buscar y con ayuda de su hermano los recursos para ello y en 1978 nace el Colectivo Ecologista Magec, cuyo símbolo era una pintadera aborigen representando al sol, primera entidad que se auto reconoce como ecologista. La primeras marchas en bici, la defensa de las ballenas, días del árbol, la primera repicada de la calle Pérez caldos revindicando que bajo el asfalto hay tierra fértil marcaron el inicio del un ecologismo de nuevo cuño, centrado en temas claramente urbanos, Tomas el del pisco, Luis y Vicente Jiménez, Michel, Ana Sagaseta, Leo y Gregorio Reyes, Nacho y un largo etcétera de jóvenes estudiantes de institutos que con novedosos métodos de animación de calle irrumpen en el escenario social del momento.
La campaña por el carril bici, o salvar las ballenas, o los murales lleno de color y belleza, o los cursos y conferencias de Luis Alsó vinieron a oxigenar el duro paisaje urbano de las grandes ciudades que a finales de los setenta agonizaba.
Los movimientos estudiantiles y el ecologismo
Un joven adolescente cabreado por la imposición de la multinacional de la Coca-cola de vender los refrescos en latas en vez de la botella de vidrio, reagrupa en el Instituto Alonso Quesada con fuerte tradición de lucha antifranquista, a un colectivo de jóvenes muy cohesionado, con gran capacidad de movilización, e intentan poner delante de la fabrica de dicha multinacional miles de latas en protesta por su impacto ambiental, acción fracasa pero triunfa un espíritu combatido y aparece en escena el Colectivo Ecologista Azuaje. Salvar el Confital, limpieza del parque de las Cucas, la lucha por los espacios verdes de la ciudad, la protesta contra el cuartel de los paracaidistas (actual parque de las Rehoyas), encadenamiento en la calle Pérez Galdós reivindicando su uso peatonal fueron los primeros pasos de jóvenes, muchos de ellos aún sin la mayoría de edad.
La gran marcha contra la base aeronaval de la OTAN en Arinaga, contra la central eléctrica (Cicer) de Guanarteme, defensa de la playa de las Canteras, charlas en los colegios e institutos, chiringuitos en las fiestas de los pueblos recuperación de solares como zonas verdes, cientos de murales en muros abandonados y un largo etcétera de acciones y reivindicaciones fueron configurando una nueva masa critica de fuerte componente juvenil, y un claro predominio del activismo como espacio, no solo de verdes ecologistas sino de rebeldes contra cualquier autoridad que no emanara de la participación del pueblo.
Paco el Lata, El lechuga, Juan el Búho, Lechuguina, Flor de Millo, el Maceta, Carlos el Romano, Maria, Bernarda, Mafalda, el Salvaje y un largo etcétera formaron parte un espacio colectivo de acción, donde la defensa del territorio Canario, su identidad, y su compromiso con la NO violencia como instrumentos transformadores de una sociedad
que se les antoja injusta, donde no hay espacio para otros mundos posibles. En La Palma, artistas e intelectuales se oponen a la urbanización de la Quinta Verde, en Tenerife surge el MEVO (Movimiento Ecologista del Valle de la Orotava), en Fuerteventura el colectivo Hulaga, nacido en el instituto de Puerto Rosario, lanza una llanada a todos los colectivos de Canarias en defensa de las Dunas de Corralero.
Corren los primeros años ochenta, el triunfo del PSOE a finales de 82, y su pasividad anta el transito de material radioactivo por Canarias desemboca un encierro en los con el consiguiente desalojo de los locales de dicho partido. A nivel del estado español se constituye la Federación Amigos de la Tierra Ascan, MEVO, y Magec se federan el resto habla de la necesidad de la coordinación en Canarias.
La conferencia de Londres sobre vertidos radiactivos al mar habré una polémica en la sociedad Canaria, se vierte material Radiactivo en la Fosa Atlántica, al Sur de la Isla del Hierro, ante la pasividad del movimiento ecologista estatal, Greenpeace bloquea los vertidos radioactivos en las Costas Gallegas, el contencioso canario queda muy lejos de Madrid y el movimiento ecologista Canario gira 180 grados, la defensa de nuestro entorno va depender de nosotros mismos de nuestra capacidad como pueblo para articular la defensa de nuestro medio natural y de sus gentes.
A las 6 de la mañana aparece en la playa de las Canteras bidones con el símbolo de Material Radioactivo, a las nueve de la mañana la playa esta acordonada, falsa alarma, algunos gamberros(en busca y captura todavía), se han pasado. El efecto es devastador, el recién constituido Gobierno de Canarias envía representantes a la conferencia que pretende prohibir los vertidos radioactivos Marinos en Londres, incluso invitan a representantes ecologistas de Canarias. En Gran Canaria planea sobre la conciencias de los colectivos ecologistas la necesidad de la coordinación, en Septiembre de 1982 surge la coordinadora ecologista el Paño. Los resultados no se hicieron esperar, manda representante a una nueva reunión en Londres sobre vertidos al Mar, se logra la prohibición de verter en los Océanos, la fosa atlántica del hierro queda libre de vertidos. Se promueve nuevas campañas en bici, la defensa de varios espacios naturales
Un nuevo nubarrón asoma en el horizonte, los antiguos especuladores de finales del franquismo emparapetados en la comisión provincial de urbanismo quieren consolidar licencias y derechos urbanísticas, reclaman al Gobierno de Canarias 120.000 para Veneguera, (en ese momento en la Isla de Gran Canaria hay alrededor de 80.000 camas turísticas), la reacción de progresistas e históricos luchadores del franquismo no se hizo esperar y en la extinta cervecería La SALUD surgen los comités Salvar Veneguera , que rápidamente se extienden por todo el territorio de Canarias ,incluso en algunas provincias de la Península Ibérica
A mediados de los ochenta la eclosión de colectivos ecologistas por toda la geografía de Canarias es imparable, en el entorno escolar surge Turcon, La Vinca, en Agaete la resistencia a la ampliación del muelle, en El Hierro Adenih, promovidos por pescadores de la Restinga, en la Palma Centinela. En Fuerteventura, la lucha por montaña la Muda,
en Lanzarote se suma el colectivo Salvar el Malpais de la Corona, en Tenerife surge el colectivo TEA, y en la Gomera Guarapo.
El segundo quinquenio de los ochenta surge nuevos colectivos Imidauen, con un profundo perfil de educación e animación socio ambiental. El Guincho en Lanzarote con una vocación abierta a los temas marinos, en Fuerteventura Agonane con un profundo sentimiento en defensa de los bienes históricos y territoriales. Miembros del colectivo ecologista Azuaje que estudian en la Laguna constituyen en el entorno Universitario el colectivo ecologista AIRE. Azuaje promueve encuentros con colectivos de la Palma y con jóvenes de Fuerteventura, Tenerife, y el Hierro.
Mas tesis para el debate
1.-A finales de los setenta y principio de los ochenta aparecen en Canarias colectivos humanos que se autodenominan Ecologistas que inciden en la defensa del los bienes Naturales, del Territorio, del paisaje y paisanaje, así como la defensa de la Identidad cultural que en ella ha depositado el pueblo de Canarias.
2.-El movimiento ecologista canario nace y se desarrolla en el seno de la lucha antifascista y por la democracia.
3.-Que las asociaciones y las personas que fueron precursoras recientes del movimiento ecologista se sumaron a este aportando su acervo naturalista y conservacionista.
4.-Que los años ochenta conlleva la eclosión de colectivos ecologistas por todo el territorio de Canarias.
5.-Que los grupos que se autollaman ecologistas en los ochenta configuran un colectivo humano de jóvenes estudiantes de novedosas formas de movilización social no violentas.
6.-Que a finales de los ochenta surgen voces que demandan la necesidad de coordinarse partiendo de la realidad auto centrada del Archipiélago como objeto a proteger
7.-Que a finales de los ochenta en Canarias se consolida un movimiento de nuevo cuño, basado en el activismo más puro, como se decía en aquellos días La alternativa no esta al final de ningún camino o en ninguna sociedad futura, la alternativa es en el camino mismo en como se decide y se hace cada cosa en cada paso que damos.
8.-El movimiento ecologista canario se constituye como un espacio para el disenso del discurso dominante, espacio para la rebeldia.
9.-Los espacios de lucha ecologista son espacios para una nueva identidad, las caminatas, las excursiones, las asambleas, los encuentros, las aulas de la naturaleza, las luchas fraguan lasos de amistad y complicidad creando vínculos en común que se articulan como lugares donde cosechar libertad y utopía.
Por último, a finales de los '80 muchos intelectuales y activistas ecologistas se plantearon su actividad en los siguientes términos: ¿Debe el ecologismo, después de tantos años de lucha intentar llegar más lejos?. ¿Debe el ecologismo hacer algo distinto para influir enlas conciencias de los ciudadanos, intentar domesticar al capital, coquetear con los poderes del Estado, o reducir su existencia a la denuncia en un bailoteo al son de los medios de comunicación?. ¿Es posible un ecologismo que sea capaz de ir más allá y de dibujar otros mundos posibles?.
Las respuestas a estos interrogantes constituyen materia para otro artículo.
Disenso, n. 45
Difícil lo tiene quien quiera abordar un artículo bajo este titulo ostentoso, aun mas cuando quien lo suscribe es juez y parte del movimiento ecologista, y digo ostentoso porque aborda una parte la historia reciente que desde la sociología comprensiva con el añadido de la auto mirada, corre el grave riesgo de encallar en las rocosas costas de la auto complacencia y sobre todo no aportando luces desde la densa niebla de la subjetividad.
Así que piratas acarréense los calzones, la travesía puede ser muy dura, a veces nos taparemos el ojo derecho y lo veremos todo de izquierdas otras nos taparemos el lado izquierdo y lo veremos todo de derechas, alguien pude sentirse mareado otros indispuesto, incluso alguien renunciar y bajarse del barco, en cualquier caso el objetivo es aprovechar la llanura blanca del árbol caído en forma de papel para no pasar desapercibido, para navegar por el disenso mas salvaje posible.
Aspirar a comprender o en este caso auto comprendernos a nosotros mismos desde la subjetividad mas severa; reflexionar e intentar explicar la claves de un movimiento (el ecologista ) que con mas de medio siglo de activismo compulsivo y de escandalosos silencios ante castrones ambientales en el ámbito de Canarias y de Planeta en general no es fácil, Sin embargo desde la limitaciones y ambigüedades intentaré buscar respuestas, o por lo menos apuntar luces a su naturaleza organizativa, a sus propuestas, valores y alternativas
Un poco de Historia
No hay consenso de cuando se inicia el movimiento ecologista en Canarias se suele aceptar la orquilla de la transición democrática del franquismo, sin embargo no sería honesto si olvidáramos los hechos las personas y los valores que tiempo atrás desde los nativos e indígenas que sufrieron la transformación devastadora de las incursiones españolas, pasando por los monocultivos de la caña de azúcar con el consiguiente exterminio de los bosques de la laurisilva o temoescrefólilo, o la destrucción masiva de los pinares para la floreciente Navegación de Ultramar, pasando por el impacto positivo de los intelectuales naturalistas, como Bertelot, Viera Y Clavijo, Alexander Von Humboldt, hasta la presencia de figuras como Eric Sventenius (Fundador del Jardín Canario) o la aportación de la primera propuesta de espacios naturales a proteger elaboradas por el matrimonio Kunkel en 1973.
Lo cierto que los últimos 600 años las transformaciones ambientales han sido tan brutales que podemos identificar personas y colectivos en defensa del Medio Natural Canario, un repaso somero de la historia mas reciente desde el apóstol de los Árboles o el pica, periodista de principio del siglo XX que ya criticaba las primeras edificaciones en Zona hoy conocida como las Reoyas, nos permitirán, sin duda alguna, identificar claves precursoras del ecologismo actual que en ámbito de la sociedad local de su época aportan elementos identitarios propios al movimiento del ecologista canario.
Tras la pruebas nucleares francesas en Argelia a finales de los cincuenta y el seísmo de 1960 con más de 15.000 muertos en Marruecos, la burguesía canaria, sometida a un aislamiento extremo por el régimen franquista con consecuencias económicas graves, (bloqueo del comercio del plátano con Londres, o bloqueo del abastecimiento del mercado interior), abre una pequeña fisura en el monolítico poder militar que permite a los jóvenes que estrenan Instituto nuevo, situado en el antiguo Vivero Insular (actual Instituto Pérez Galdós), un conato de manifestación por la calle Tomas morales, bombas no consignaban las pancartas, confeccionadas al abrigo del profesor Viñas.
Por supuesto la mani duro pocos minutos. La policia, la famosa policía franquista se encargo de ello. Las consecuencias no se hicieron esperar, profesor expedientado, alumnos severamente amonestados, todo quedó en el ingenuo, manipulado y mal informado espíritu juvenil. Lo cierto es que lo que pudiera ser la primera manifestación antinuclear de territorio administrado por el franquismo supuso un seísmo intelectual en jóvenes que años más tarde configurarían el conocido grupo de los Canariologos, o estudiosos de lo Canario como se les conocía a finales de los sesenta.
Cobijados en el entorno del museo Canario surge jóvenes que no siguen los designios de la Oje (Organización de Jóvenes Españoles), la agrupación de montañeros, la constitución de ASCAN (Asociación Canaria de amigos de la Naturaleza), que aunque empezó a operar a finales de los sesenta es legalizada por un error o despiste del Gobernador Civil otorgándole ámbito de actuación en toda Canarias y el Sahara Occidental en 1970. Siendo así, por margen de días, la segunda entidad mas antigua legalizada en defensa de la Naturaleza del Territorio administrado por el franquismo. Jaime O´Shanahan, Antonio Cardona, Luis García Correa, Bermejo Pérez, Servando López y un largo etcétera de personalidades actuaron como socios fundadores de ASCAN.
Sus actos en defensa de Tamadaba, su primera aula de la Natualeza en Montanñon Negro, y sus informes ante atentados ambientales en las primeras ocupaciones Turísticas en las dunas de Maspalomas o en Las Teresitas en el sur de Tenerife, o la reserva de caza de Inagua, la presencia de ilustres botánicos en la Universidad de la Laguna, las posteriores promociones de biólogos, el papel critico reflexivo de los estudios publicados por la Caja Insular de Ahorros, trabajos de los economistas Antonio González Viéitez, Fernando Redondo y otros, abren la puerta a nuevos colectivos profesionales y sociales que constituyen una masa critica y sensibles con los valores Naturales del Archipiélago.
Tras las primeras lluvias caídas en 1972 Jesús Cantero (sobrino de profesor expedientado), Federico García y un largo etcétera, integrantes de Grupo de Montaña Gran Canaria se lanzan al monte a plantar pinos y se constituye así el Día del Arbol, que funcionará anualmente hasta la actualidad.
En el Día del Arbol de los años que duró la transición del franquismo a democracia monárquica podíamos ver a jóvenes, mayores, niños o niñas con banderas tricolor y siete estrellas verdes, o a scauts con sus pañuelos azul y amarillo, o símbolos anarquistas, o banderas verdes ecologistas. Alrededor de 5.000 personas, una vez al año, se configuraron como un espacio de manifestación y movilización social de distintas ideologías que se tiraban al monte con un fin común: plantar árboles.
Los primeros colectivos ecologistas
Tras la muerte de Franco, un joven pacifista hijo de un coronel de infantería, ante la vergüenza de la profesión de su progenitor, se escapa, huye a una comuna en Cataluña, cuando va llegando se quita los zapatos quiere ser libre, tras algún tiempo vuelve a Canarias y tras varios intentos de trabajar en Ascan, al percibirla como una macro asociación lenta y pesada decide elegir otro camino, no la de fundar una asociación sino Un Colectivo Ecologista decide buscar y con ayuda de su hermano los recursos para ello y en 1978 nace el Colectivo Ecologista Magec, cuyo símbolo era una pintadera aborigen representando al sol, primera entidad que se auto reconoce como ecologista. La primeras marchas en bici, la defensa de las ballenas, días del árbol, la primera repicada de la calle Pérez caldos revindicando que bajo el asfalto hay tierra fértil marcaron el inicio del un ecologismo de nuevo cuño, centrado en temas claramente urbanos, Tomas el del pisco, Luis y Vicente Jiménez, Michel, Ana Sagaseta, Leo y Gregorio Reyes, Nacho y un largo etcétera de jóvenes estudiantes de institutos que con novedosos métodos de animación de calle irrumpen en el escenario social del momento.
La campaña por el carril bici, o salvar las ballenas, o los murales lleno de color y belleza, o los cursos y conferencias de Luis Alsó vinieron a oxigenar el duro paisaje urbano de las grandes ciudades que a finales de los setenta agonizaba.
Los movimientos estudiantiles y el ecologismo
Un joven adolescente cabreado por la imposición de la multinacional de la Coca-cola de vender los refrescos en latas en vez de la botella de vidrio, reagrupa en el Instituto Alonso Quesada con fuerte tradición de lucha antifranquista, a un colectivo de jóvenes muy cohesionado, con gran capacidad de movilización, e intentan poner delante de la fabrica de dicha multinacional miles de latas en protesta por su impacto ambiental, acción fracasa pero triunfa un espíritu combatido y aparece en escena el Colectivo Ecologista Azuaje. Salvar el Confital, limpieza del parque de las Cucas, la lucha por los espacios verdes de la ciudad, la protesta contra el cuartel de los paracaidistas (actual parque de las Rehoyas), encadenamiento en la calle Pérez Galdós reivindicando su uso peatonal fueron los primeros pasos de jóvenes, muchos de ellos aún sin la mayoría de edad.
La gran marcha contra la base aeronaval de la OTAN en Arinaga, contra la central eléctrica (Cicer) de Guanarteme, defensa de la playa de las Canteras, charlas en los colegios e institutos, chiringuitos en las fiestas de los pueblos recuperación de solares como zonas verdes, cientos de murales en muros abandonados y un largo etcétera de acciones y reivindicaciones fueron configurando una nueva masa critica de fuerte componente juvenil, y un claro predominio del activismo como espacio, no solo de verdes ecologistas sino de rebeldes contra cualquier autoridad que no emanara de la participación del pueblo.
Paco el Lata, El lechuga, Juan el Búho, Lechuguina, Flor de Millo, el Maceta, Carlos el Romano, Maria, Bernarda, Mafalda, el Salvaje y un largo etcétera formaron parte un espacio colectivo de acción, donde la defensa del territorio Canario, su identidad, y su compromiso con la NO violencia como instrumentos transformadores de una sociedad
que se les antoja injusta, donde no hay espacio para otros mundos posibles. En La Palma, artistas e intelectuales se oponen a la urbanización de la Quinta Verde, en Tenerife surge el MEVO (Movimiento Ecologista del Valle de la Orotava), en Fuerteventura el colectivo Hulaga, nacido en el instituto de Puerto Rosario, lanza una llanada a todos los colectivos de Canarias en defensa de las Dunas de Corralero.
Corren los primeros años ochenta, el triunfo del PSOE a finales de 82, y su pasividad anta el transito de material radioactivo por Canarias desemboca un encierro en los con el consiguiente desalojo de los locales de dicho partido. A nivel del estado español se constituye la Federación Amigos de la Tierra Ascan, MEVO, y Magec se federan el resto habla de la necesidad de la coordinación en Canarias.
La conferencia de Londres sobre vertidos radiactivos al mar habré una polémica en la sociedad Canaria, se vierte material Radiactivo en la Fosa Atlántica, al Sur de la Isla del Hierro, ante la pasividad del movimiento ecologista estatal, Greenpeace bloquea los vertidos radioactivos en las Costas Gallegas, el contencioso canario queda muy lejos de Madrid y el movimiento ecologista Canario gira 180 grados, la defensa de nuestro entorno va depender de nosotros mismos de nuestra capacidad como pueblo para articular la defensa de nuestro medio natural y de sus gentes.
A las 6 de la mañana aparece en la playa de las Canteras bidones con el símbolo de Material Radioactivo, a las nueve de la mañana la playa esta acordonada, falsa alarma, algunos gamberros(en busca y captura todavía), se han pasado. El efecto es devastador, el recién constituido Gobierno de Canarias envía representantes a la conferencia que pretende prohibir los vertidos radioactivos Marinos en Londres, incluso invitan a representantes ecologistas de Canarias. En Gran Canaria planea sobre la conciencias de los colectivos ecologistas la necesidad de la coordinación, en Septiembre de 1982 surge la coordinadora ecologista el Paño. Los resultados no se hicieron esperar, manda representante a una nueva reunión en Londres sobre vertidos al Mar, se logra la prohibición de verter en los Océanos, la fosa atlántica del hierro queda libre de vertidos. Se promueve nuevas campañas en bici, la defensa de varios espacios naturales
Un nuevo nubarrón asoma en el horizonte, los antiguos especuladores de finales del franquismo emparapetados en la comisión provincial de urbanismo quieren consolidar licencias y derechos urbanísticas, reclaman al Gobierno de Canarias 120.000 para Veneguera, (en ese momento en la Isla de Gran Canaria hay alrededor de 80.000 camas turísticas), la reacción de progresistas e históricos luchadores del franquismo no se hizo esperar y en la extinta cervecería La SALUD surgen los comités Salvar Veneguera , que rápidamente se extienden por todo el territorio de Canarias ,incluso en algunas provincias de la Península Ibérica
A mediados de los ochenta la eclosión de colectivos ecologistas por toda la geografía de Canarias es imparable, en el entorno escolar surge Turcon, La Vinca, en Agaete la resistencia a la ampliación del muelle, en El Hierro Adenih, promovidos por pescadores de la Restinga, en la Palma Centinela. En Fuerteventura, la lucha por montaña la Muda,
en Lanzarote se suma el colectivo Salvar el Malpais de la Corona, en Tenerife surge el colectivo TEA, y en la Gomera Guarapo.
El segundo quinquenio de los ochenta surge nuevos colectivos Imidauen, con un profundo perfil de educación e animación socio ambiental. El Guincho en Lanzarote con una vocación abierta a los temas marinos, en Fuerteventura Agonane con un profundo sentimiento en defensa de los bienes históricos y territoriales. Miembros del colectivo ecologista Azuaje que estudian en la Laguna constituyen en el entorno Universitario el colectivo ecologista AIRE. Azuaje promueve encuentros con colectivos de la Palma y con jóvenes de Fuerteventura, Tenerife, y el Hierro.
Mas tesis para el debate
1.-A finales de los setenta y principio de los ochenta aparecen en Canarias colectivos humanos que se autodenominan Ecologistas que inciden en la defensa del los bienes Naturales, del Territorio, del paisaje y paisanaje, así como la defensa de la Identidad cultural que en ella ha depositado el pueblo de Canarias.
2.-El movimiento ecologista canario nace y se desarrolla en el seno de la lucha antifascista y por la democracia.
3.-Que las asociaciones y las personas que fueron precursoras recientes del movimiento ecologista se sumaron a este aportando su acervo naturalista y conservacionista.
4.-Que los años ochenta conlleva la eclosión de colectivos ecologistas por todo el territorio de Canarias.
5.-Que los grupos que se autollaman ecologistas en los ochenta configuran un colectivo humano de jóvenes estudiantes de novedosas formas de movilización social no violentas.
6.-Que a finales de los ochenta surgen voces que demandan la necesidad de coordinarse partiendo de la realidad auto centrada del Archipiélago como objeto a proteger
7.-Que a finales de los ochenta en Canarias se consolida un movimiento de nuevo cuño, basado en el activismo más puro, como se decía en aquellos días La alternativa no esta al final de ningún camino o en ninguna sociedad futura, la alternativa es en el camino mismo en como se decide y se hace cada cosa en cada paso que damos.
8.-El movimiento ecologista canario se constituye como un espacio para el disenso del discurso dominante, espacio para la rebeldia.
9.-Los espacios de lucha ecologista son espacios para una nueva identidad, las caminatas, las excursiones, las asambleas, los encuentros, las aulas de la naturaleza, las luchas fraguan lasos de amistad y complicidad creando vínculos en común que se articulan como lugares donde cosechar libertad y utopía.
Por último, a finales de los '80 muchos intelectuales y activistas ecologistas se plantearon su actividad en los siguientes términos: ¿Debe el ecologismo, después de tantos años de lucha intentar llegar más lejos?. ¿Debe el ecologismo hacer algo distinto para influir enlas conciencias de los ciudadanos, intentar domesticar al capital, coquetear con los poderes del Estado, o reducir su existencia a la denuncia en un bailoteo al son de los medios de comunicación?. ¿Es posible un ecologismo que sea capaz de ir más allá y de dibujar otros mundos posibles?.
Las respuestas a estos interrogantes constituyen materia para otro artículo.
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