A por el Suroeste
José A. Alemán
CanariasAhora.com, 7-3-2005
El proyecto de carretera Agaete-La Aldea anda por ahí sin que se sepa bien donde. De vez en cuando sale alguna información, como escapada a título de indiscreción, seguida de otro largo silencio. Por lo que sé, la vía figura en el convenio de carreteras firmado por el Gobierno canario con el central en 1995. En 1996 se adjudicó mediante concurso el estudio informativo, que fue concluido en 1998, año en que el trazado propuesto salió a información pública durante un mes.
Hubo varias alegaciones. Entre otras, la del Ayuntamiento de Agaete porque el barrio del Risco quedaba sin acceso. Por su parte, la viceconsejería de Medio Ambiente puso sus reparos; cuatro boberías como que la carretera discurre en gran parte a través del Parque Natural de Tamadaba, afecta al paisaje y a la morfología de la zona y tendrá gran impacto en el Risco y en los yacimientos arqueológicos de Guayedra. Nada que no se pueda arreglar con unas cuantas máquinas excavadoras y unos videos para que los añorantes recuerden lo que fue. La misma filosofía de alicatar los barrancos para dejarlos preciosísimos, sin esas porquerías de yerbajos, aulagas y palmeras con ratones en las que puedan ocultarse delincuentes. Por último, el consejero de Medio Ambiente del Cabildo afirmó que el trazado no afecta al Parque Natural de Tamadaba y ahí queda eso. Palabra de Dios.
Como siempre nos ponen en el disparadero. Por un lado, no hay duda de que La Aldea necesita mejorar su comunicación con el resto de la isla con lo que ya tienen los mandarines a sus usuarios de fuerza de choque contra quienes se opongan; los que, por otro lado, desconfían tanto de esos manejos que están seguros de que las cosas se harán de la peor manera posible. O la mejor, según la óptica de los intereses con que se mire.
Hay en Gran Canaria una enorme incapacidad para conciliar intereses en esta materia. La existencia, por ejemplo, de espacios protegidos la ven los mandarines como maldición y con frecuencia fuerzan la ley e ignoran la protección. A veces ocurre, como en Santa Brígida, que se ordena judicialmente el derribo de chalets; pero no es lo habitual, vista la cantidad de santabrígidas y venegueras que hay por ahí.
La proposición siempre es la misma con pequeñas variantes: o se hace este pedazo de obra con las características y las dimensiones en que las proponemos o ahí te pudras. Salvo, claro, que los intereses en juego apremien tanto que merite la pena financiar un lobby o contratar servicios jurídicos, como en el caso del istmo de Santa Catalina. Total, se paga con dineros públicos.
Y vuelvo a Agaete-La Aldea. Según dicen, la diferencia en tiempo de recorrido entre el trazado propuesto para el Risco de Agaete y su alternativa es nada menos que de 48 segundos. Sé, por supuesto, que el tiempo también es oro para los que vayan y vengan de La Aldea, pero se me ocurre que no sería injusto pedirles el sacrificio solidario de esa demora.
Pero, a lo que iba: llama la atención la desconfianza de la gente en cuanto los mandarines se meten en proyectos en los que se vislumbra el superior objetivo de recalificar suelos y todas esas cositas que tanto hacen salivar y que, según parece, procuran riqueza y bienestar al menos a unos cuantos. No es extraño, pues, que al menor movimiento muchos comiencen a cargar las escopetas. Ya lo están, aviso, para defender de la vía Agaete-La Aldea ese trozo de isla en el que aún podemos mirarnos. Porque se imaginarán, supongo, cómo quedará después del tratamiento de viaductos, túneles, desmontes y demás que además de permitir ganar 48 segundos, abrirán el paso a urbanizaciones por ahí abajo con las que se ganará mucho más. Habrán visto cómo han dejado Tafira, que no la conoce ni la madre que la parió, trinchada entre la Universidad, que encima sigue con sus pésimos accesos, y el ramal de la circunvalación que prolonga el desdoblamiento. Nadie dice nada porque, total, para qué: el centro de la isla está perdido y siguen las urbanizaciones a lo bestia, unas en proyecto, de las que se ven los viales por las laderas y otras en avanzado estado de gestación-construcción. Es lo que le espera al Oeste y al Suroeste de la Isla.
CanariasAhora.com, 7-3-2005
El proyecto de carretera Agaete-La Aldea anda por ahí sin que se sepa bien donde. De vez en cuando sale alguna información, como escapada a título de indiscreción, seguida de otro largo silencio. Por lo que sé, la vía figura en el convenio de carreteras firmado por el Gobierno canario con el central en 1995. En 1996 se adjudicó mediante concurso el estudio informativo, que fue concluido en 1998, año en que el trazado propuesto salió a información pública durante un mes.
Hubo varias alegaciones. Entre otras, la del Ayuntamiento de Agaete porque el barrio del Risco quedaba sin acceso. Por su parte, la viceconsejería de Medio Ambiente puso sus reparos; cuatro boberías como que la carretera discurre en gran parte a través del Parque Natural de Tamadaba, afecta al paisaje y a la morfología de la zona y tendrá gran impacto en el Risco y en los yacimientos arqueológicos de Guayedra. Nada que no se pueda arreglar con unas cuantas máquinas excavadoras y unos videos para que los añorantes recuerden lo que fue. La misma filosofía de alicatar los barrancos para dejarlos preciosísimos, sin esas porquerías de yerbajos, aulagas y palmeras con ratones en las que puedan ocultarse delincuentes. Por último, el consejero de Medio Ambiente del Cabildo afirmó que el trazado no afecta al Parque Natural de Tamadaba y ahí queda eso. Palabra de Dios.
Como siempre nos ponen en el disparadero. Por un lado, no hay duda de que La Aldea necesita mejorar su comunicación con el resto de la isla con lo que ya tienen los mandarines a sus usuarios de fuerza de choque contra quienes se opongan; los que, por otro lado, desconfían tanto de esos manejos que están seguros de que las cosas se harán de la peor manera posible. O la mejor, según la óptica de los intereses con que se mire.
Hay en Gran Canaria una enorme incapacidad para conciliar intereses en esta materia. La existencia, por ejemplo, de espacios protegidos la ven los mandarines como maldición y con frecuencia fuerzan la ley e ignoran la protección. A veces ocurre, como en Santa Brígida, que se ordena judicialmente el derribo de chalets; pero no es lo habitual, vista la cantidad de santabrígidas y venegueras que hay por ahí.
La proposición siempre es la misma con pequeñas variantes: o se hace este pedazo de obra con las características y las dimensiones en que las proponemos o ahí te pudras. Salvo, claro, que los intereses en juego apremien tanto que merite la pena financiar un lobby o contratar servicios jurídicos, como en el caso del istmo de Santa Catalina. Total, se paga con dineros públicos.
Y vuelvo a Agaete-La Aldea. Según dicen, la diferencia en tiempo de recorrido entre el trazado propuesto para el Risco de Agaete y su alternativa es nada menos que de 48 segundos. Sé, por supuesto, que el tiempo también es oro para los que vayan y vengan de La Aldea, pero se me ocurre que no sería injusto pedirles el sacrificio solidario de esa demora.
Pero, a lo que iba: llama la atención la desconfianza de la gente en cuanto los mandarines se meten en proyectos en los que se vislumbra el superior objetivo de recalificar suelos y todas esas cositas que tanto hacen salivar y que, según parece, procuran riqueza y bienestar al menos a unos cuantos. No es extraño, pues, que al menor movimiento muchos comiencen a cargar las escopetas. Ya lo están, aviso, para defender de la vía Agaete-La Aldea ese trozo de isla en el que aún podemos mirarnos. Porque se imaginarán, supongo, cómo quedará después del tratamiento de viaductos, túneles, desmontes y demás que además de permitir ganar 48 segundos, abrirán el paso a urbanizaciones por ahí abajo con las que se ganará mucho más. Habrán visto cómo han dejado Tafira, que no la conoce ni la madre que la parió, trinchada entre la Universidad, que encima sigue con sus pésimos accesos, y el ramal de la circunvalación que prolonga el desdoblamiento. Nadie dice nada porque, total, para qué: el centro de la isla está perdido y siguen las urbanizaciones a lo bestia, unas en proyecto, de las que se ven los viales por las laderas y otras en avanzado estado de gestación-construcción. Es lo que le espera al Oeste y al Suroeste de la Isla.
6 comentarios
otraaldeana -
aldeana de pura cepa -
aldeana -
laaldea -
Anónimo -
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