Uno de cada cuatro habitantes padece el síndrome metabólico en el Archipiélago

La Provincia.es
María Jesús Hernández
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA

Uno de cada cuatro canarios padece el síndrome metabólico, una enfermedad asociada a cifras altas de colesterol, diabetes, tensión alta, triglicéridos, obesidad y disminución del colesterol bueno, y que se puede frenar sin intervención farmacológica, con la modificación de estilos de vida.

"Esta enfermedad la presentan quienes tienen, al menos, tres
niveles de descomposición metabólica (tensión arterial alta,
colesterol alto, colesterol bueno bajo, triglicéridos altos,
obesidad, diabetes...). En Canarias, la padecen tanto hombres
como mujeres, siendo los parámetros más frecuentes en hombres
la tensión arterial y los triglicéridos, unido a la obesidad;
y en mujeres la obesidad abdominal, colesterol bueno bajo e hipertensión".
Así lo explicó Eva Elisa Álvarez León, especialista en Medicina
Preventiva y Salud Pública del Complejo Hospitalario Materno
Insular de Gran Canaria, y miembro del grupo de investigación
de Nutrición de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
que dirige Luis Serra.

ENCA. Álvarez está desarrollando un trabajo de investigación
titulado Síndrome Metabólico y hábitos alimentarios en Canarias:
un estudio transversal, cuya novedad radica en que se basa en
los datos de la Encuesta de Nutrición de Canarias (ENCA), dado
que hasta el momento los estudios sobre el síndrome se han elaborado
a partir de la población hospitalaria o con pacientes, siendo
la prevalencia más alta.

"Este estudio nos ha permitido disponer de datos sobre cuántos
casos hay en la población en general y la relación que tiene
sobre sus hábitos alimentarios, con el fin de conocer qué factores
de la alimentación pueden proteger frente a la presencia de síndrome
metabólico", subraya la investigadora, destacando que las cifras
en Canarias son las más altas de Europa, sólo equiparables a
las de EE UU.
Del estudio se deduce que el síndrome es más prevalente en personas
mayores, con bajo nivel socioeconómico, que no sigue un patrón
de alimentación cercano a la dieta mediterránea (cereales integrales,
lácteos desnatados o de grasa vegetal, granos y, al menos, cinco
piezas al día de frutas y verduras), y tienen un nivel alto de
absentismo.
"Corrigiendo la dieta, frenaríamos el síndrome metabólico y con
él la alta prevalencia de enfermedades cardiovasculares".