La RIC no ha servido para invertir en I+D o medio ambiente pese a estar en la ley
Rubén Acosta
La Provincia, 23-1-2006
Los empresarios han dejado de lado la mayoría de los supuestos de materialización de la Reserva para Inversiones en Canarias (RIC) que contempla la ley y han concentrado las inversiones en la modernización y crecimiento de sus empresas y en los bonos de la deuda pública que emiten las Administraciones públicas. Aspectos como la investigación y el desarrollo (I+D), la protección del medio ambiente, las sociedades de capital riesgo, la rehabilitación de inmuebles usados o la financiación de obras para servicios públicos no han sido del interés de los empresarios, que poco o nada han invertido en estos supuestos.
Los asesores fiscales consultados por este periódico calculan que el 65% de los fondos que se han invertido en Canarias con cargo a la RIC han sido para activos fijos de las empresas y sociedades, es decir, equipamiento y modernización de las mismas y nuevas edificaciones (hoteles, edificios para oficinas, arrendamiento, etcétera). El 25% de los fondos se han acogido a la deuda pública que emiten el Gobierno y los cabildos de Gran Canaria y Tenerife, mientras que el 10% de los fondos invertidos hasta ahora han ido destinados a la rehabilitación y otros supuestos.
Los empresarios canarios han ido sobre lo seguro y sobre aquellos supuestos que generan más rentabilidad a corto plazo y con una dimensión más material: equipamiento industrial, maquinaria, naves, almacenes, oficinas, inmuebles, etcétera. También las empresas que han dotado la RIC se han acogido a la seguridad que ofrecen las Administraciones en sus emisiones de deuda pública para inversiones en infraestructuras.
DUDAS. Aquellos supuestos más inmateriales o que ofrecen más dudas desde el punto de vista de la rentabilidad o de la seguridad jurídica han quedado fuera de las preferencias empresariales. Para los asesores fiscales, la materialización en investigación y desarrollo es un "brindis al sol" que no es nada atractivo para los empresarios. También la posible inversión en la mejora y protección del medio ambiente ha suscitado numerosas dudas entre los empresarios ante la generalidad e indefinición que supone este supuesto para las empresas.
La posibilidad de invertir en sociedades de capital riesgo ha sido también un supuesto que ha fracasado entre las preferencias de los inversores. No hay sociedades de capital canario de este tipo instaladas en las Islas porque la cultura empresarial predominante no ha apostado por el capital riesgo, actividad financiera que trata de proporcionar recursos a empresas "de riesgo" -con dificultades para obtener otro tipo de financiación-, a medio y largo plazo y sin vocación de permanencia ilimitada.
Uno de los supuestos más llamativos donde tampoco los empresarios han querido arriesgar las dotaciones de la RIC ha sido la inversión en infraestructuras de servicios públicos, como es el caso de centros sociosanitarios (geriátricos, residencias especializadas) o infraestructuras promovidas por administraciones públicas. Los asesores fiscales consideran que "un empresario no se la juega si sabe que la interpretación que pueda hacer Hacienda le puede perjudicar y al final se ve obligado a recurrir a los tribunales o a pagar el Impuesto de Sociedades". En Tenerife hay más casos de inversiones de este tipo que en Gran Canaria, donde la corporación insular promueve un centro, que después es construido y explotado por una empresa con cargo a la RIC durante 25 años en concesión administrativa, después de cuyo plazo es recuperado por la Administración. La dudas que asaltan a los empresarios sobre la rentabilidad en la explotación de estas infraestructuras está frenando también otros casos.
Los empresarios han destinado el 90% de la Reserva para Inversiones en modernizar y equipar a sus empresas, en nuevas edificaciones y en deuda pública La rehabilitación de inmuebles usados, las sociedades de capital riesgo o las infraestructuras para servicios públicos apenas han contado con fondos de la RIC.
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Ruben Fuentes -
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