Blogia
TURCÓN - Ecologistas en acción

Artículos

Destrucción del parque infantil de Melenara

Destrucción del parque infantil de Melenara

Artículo de opinión de Loli Rodriguez

EL FASCISMO LLEGA AL PARQUE INFANTIL DE MELENARA

Melenara es una playa viva que camina en el recuerdo de las personas teldenses. Melenara no es una playa de gente de paso sino un lugar de encuentro para la gente fija. Un lugar con identidad propia. Ofrece tranquilidad, costumbres sencillas de sombrilla y taper, una avenida en la que pasear, unas terrazas donde tomar algo, y como piensan en todos también hay parque infantil ,…¡ en fin!, somos de las familias que sentimos que nada se nos pierde en otro lugar.
Pero vuelve a cumplirse un tópico que me disgusta. Nada es eterno y las cosas buenas se acaban pronto. Desde hace un tiempo parece haber llegado la pesadilla a Melenara y a los que la frecuentamos. Empezó con la prohibición de jugar a las cartas en la arena, siguió con escenas lamentables como la llamada de atención y pedida de documentación a los jóvenes que jugaban a la pelota en la orilla , prosiguió con la tala de árboles, se sumó la suciedad exagerada a pesar de tener más papeleras que nunca, de forma silenciosa y con disimulo se produjo el ensanchamiento de las terrazas hacia la avenida robando espacio a los que paseamos, como no parecía suficiente este año en San Juan se lucieron con la prohibición de las hogueras… y ya lo último¡¡¡el escenario que siempre habían colocado en la playa lo han puesto en el parque infantil!!!.

Por supuesto han eliminado remos y espacio a los más pequeños, aumentando los peligros para los pequeños . Mi hija de seis años cuando vio tal cosa dijo las siguientes palabras “ Mamá, esto lo pusieron porque quieren que los niños y las niñas no nos divirtamos”. Desee que me tragara la tierra y con una mezcla de vergüenza e indignación le di la razón. En su nombre y en el resto de las personas afectadas escribo esto pidiendo que respeten el parque infantil que es de uso público y de un público muy especial que no tiene que sentirse amenazado por las grandilocuencias de algunos que buscan votos. El escenario lo pueden colocar en cualquier otra parte. A mi no me cuesta mucho averiguar dónde sin pisar un espacio tan sagrado como el parque infantil.(por si se les ocurre, eviten el espacio de árboles y el paso de peatones por la avenida,) . Con esta acción tan bárbara ponen de nuevo de manifiesto la falta de sensibilidad de quienes andan en el poder. La excusa de no poner en la playa el escenario sino en el parque infantil no puede ser porque Melenara, según nos han contado, tiene bandera azul.

El que pueda que se meta en el portal de FEE (Fundación para la Educación Ambiental, una organización independiente), que es la empresa que otorga tal galardón y busquen playas que ya tengan la bandera azul. En primer lugar Melenara no aparece en el portal y en segundo lugar, en sitios como en La Coruña se hacen grandes conciertos en la playa además de celebrar las hogueras de San Juan en la arena como han hecho siempre a pesar de tener bandera azul…Les pido que cuiden las actitudes fascistas que se ceban con los que piensan que no tienen voz ni voto como son los niños y las niñas…¡¡déjenlos hablar y se sorprenderán!!!, y sobre todo, restauren urgentemente el parque.

El mar territorial canario

El mar territorial canario

Artículo de opinión de Manuel Fernández-Mafersa- Ingeniero Técnico Industrial, vicepresidente de la AA.VV. Virgen Blanca de Marzagán y colaborador de Turcón-EeA.


EL MAR TERRITORIAL CANARIO, EL ESTATUTO Y LA INMIGRACIÓN (I)
La mayoría de los canarios no son conscientes de que el principal problema que tiene la Islas Canarias, no es la inmigración irregular, no es la inseguridad ciudadana ni el es el paro.
El principal problema que tiene nuestras Islas Canarias, que no Archipiélago, es el de no tener definidas nuestras fronteras como Comunidad Autónoma, Región, País, Nacionalidad o Nación.
¿Cabe en alguna cabeza humana que el centro de Madrid estuviese aislado de las capitales de las provincias limítrofes de Guadalajara, Cuenca, Toledo, Ávila y Segovia, y que sólo tuviesen éstas jurisdicción en doce millas alrededor de cada una de ellas, siendo los pasillos entre las mencionadas capitales y entre estas y Madrid pasillos internacionales, pero además, bajo la zona económica exclusiva de Francia, por ejemplo?
Pues es eso exactamente lo que sucede en nuestras islas: solo tenemos jurisdicción en las doce millas que rodean a cada una de nuestras islas, no teniendo delimitado el espacio marítimo ni el espacio aéreo, siendo la única Comunidad española que no tiene definidas sus fronteras, dándose el caso de que las aguas entre las islas, después de las 12 millas mencionadas alrededor de cada una de ellas, son espacios marítimos internacionales, pero dentro de la zona económica exclusiva de Marruecos.
Un Archipiélago de Estado sólo puede delimitar sus espacios marítimos desde cada isla en particular (12 millas de mar territorial alrededor de cada isla),
Los Estados Archipelágicos delimitan sus espacios marítimos desde el conjunto del archipiélago mediante el llamado perímetro archipelágico (término bautizado en la III Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar que se firmó en Montego Bay, Jamaica, el 10 de diciembre de 1982), que consiste en unir los puntos más sobresalientes de cada isla por líneas de base rectas, siendo las aguas interiores las encerradas en ese polígono y 12 millas a partir de los lados de ese polígono irregular resultante delimitarían el Mar Territorial, 12 millas más la Zona Contigua, y la Zona Económica Exclusiva y Plataforma Continental de 200 millas, o más, si existiesen recursos económicos en esa zona.
Seríamos un auténtico Archipiélago si tuviésemos jurisdicción en esas aguas interiores, en nuestro Mar territorial, y seríamos dueños del petróleo que se encuentra al norte y parte del que está en el Este de nuestras islas, de tener Zona Contigua y Zona Económica Exclusiva Canaria, junto con la Plataforma Continental de las 200 millas, (por donde se pueda, ya que por el norte tenemos Portugal con las Azores y por el Este a Marruecos, con quienes deberían trazarse las medianas).
Ahora mismo, estas aguas son el frío, oscuro y profundo océano que separa nuestras islas en un territorio fragmentado, mientras que si tuviésemos jurisdicción en esas mismas aguas, serían el azul, transparente y calmado mar que uniese nuestras islas en un todo, en un conjunto, en un archipiélago, en una Nación.
Al no tener definidas nuestras fronteras ni ser dueños de nuestras aguas, nos enteramos a última hora, que una flota de la OTAN viene a blindar nuestras costas de los cayucos, probablemente de una manera enmascarada, ya que el gobierno de la Nación y el Canario, de haberlo sabido con anterioridad, hubiesen desplegado todos los medios propagandísticos para anunciar a bombo y platillo que la OTAN habría accedido a la ignominiosa petición del Parlamento de Canarias.

¡Que hipocresía!, ¡Que manera de enmascarar una maniobras militares!
EL MAR TERRITORIAL CANARIO, EL ESTATUTO Y LA INMIGRACIÓN (II)
Se quiere acabar la reforma del Estatuto a la carrera, obviando temas tan importantes como la verdadera delimitación de nuestras fronteras y el espacio aéreo.
¿Se ha hecho acaso campaña para que los canarios conozcamos la reforma del Estatuto?
¿No se hizo para el Proyecto para una Constitución Europea?
¿No van a someter la reforma del Estatuto a Referéndum, como se hizo con el Proyecto para una Constitución Europea? Pero…. ¿En qué país vivimos?

Ha estado esta semana pasada una comisión de Europarlamentarios a observar los centros de retención de inmigrantes de Fuerteventura y Tenerife.
¿Cuántas personas altas rubias y con los ojos azules había encerradas, pendientes de repatriación?
¿No se dieron cuenta los europarlamentarios que más del noventa por ciento de los retenidos son negros, y el resto de piel oscura?
¿Qué apelativo le podemos otorgar a este tipo de actuaciones?
¿Cuántos de los retenidos en los centros fueron detenidos en los aeropuertos?

¡Que hipocresía!, ¡Que manera de enmascarar el verdadero problema!

Ninguna flota militar impedirá que miles de personas se jueguen la vida intentando arribar a Canarias, puerta de Europa, ese idealizado Paraiso en la Tierra, mientras se sigan dando las circunstancias que llevan a ver morir a sus hijos en sus brazos.
El intento de cerrar las “fronteras” solo logrará el aumento del riesgo de muerte, de por sí, ya bastante elevado.

No existe solución a corto plazo a este acuciante drama humano.
A largo plazo, la solución pasa por la creación de puestos de trabajos que incremente de manera considerable el bajísimo nivel de vida de los africanos, para ello se tiene que dar, como mínimo, las siguientes circunstancias:

• Por parte de los gobiernos del primer mundo, que abandonen el control y la explotación de las materias primas de los países del tercer mundo.
• Que dejen de poner gobiernos títeres y corruptos, para seguir ellos manejando a sus anchas los recursos naturales de estos países.
• Que dejen de potenciar las rivalidades entre las diferentes tribus y etnias de los países del tercer mundo, con el fin de venderles armas, y mientras ellos se matan, seguir explotando sus riquezas naturales.
• Que se invierta en estos países hasta que el aumento del nivel de vida les permitan quedarse en sus países, y no se vean obligados a emigrar.
• Que se proporciona educación en todos los sentidos, también la sexual, que ayude a limitar el crecimiento de la población y evite que estos países se conviertan en fábricas de emigrantes, vida cuenta su alto índice de natalidad, así como para evitar la mortandad por el SIDA.
• Que se facilite la inmigración legal en Europa, principal continente que ha sido beneficiado de las materias primas de África, necesitada de mano de obra, proporcionando contratos y facilidades de desplazamiento a estas personas.
• Etc.Etc.Etc.

La amenaza del tráfico mundial de armas pequeñas

La amenaza del tráfico mundial de armas pequeñas

Cada año mueren más de 500.000 personas por armas de fuego cortas de uso común. Cada año se producen suficientes municiones como para pegarle dos tiros a cada uno de los habitantes del planeta.

EL PAÍS - Opinión - 28-06-2006

PAUL KENNEDY
Titular de la cátedra J. Richardson de Historia y director de Estudios sobre Seguridad Internacional en la Universidad de Yale. Traducción de News Clips.

Estamos muy familiarizados -gracias al tamborileo de escenarios terribles servidos a diario por la Casa Blanca y el Pentágono- con esa atroz amenaza de las "armas de destrucción masiva", esas cosas espeluznantes y bestiales que envenenarían o devastarían nuestros paisajes con sustancias químicas, biológicas o nucleares.

[...]

a países africanos implicados en conflictos armados, 1991-2002. Angola, por ejemplo, que necesita más armamento tanto como necesita más víctimas del sida, compró en esos años armas a los siguientes países: Albania, Bielorrusia, Bélgica, Brasil, Burkina Faso, China, República Popular del Congo, República Checa, Francia, Alemania, Israel, Italia, Corea del Norte, Polonia, Portugal, Rumania, Rusia, Ruanda (¡!), Eslovaquia, Suráfrica, España, Togo, Reino Unido, Ucrania, Estados Unidos y Zimbabue.

En tercer lugar, hoy en día existe una red mundial en la sombra pero extraordinariamente organizada de fabricantes de armas, agentes de compra, intermediarios, transportistas, bancos aquiescentes y aerolíneas de transporte delictivas dispuestas a evadir las sanciones.

Debido a la forma en que se cargan y descargan las mercancías transportadas en contenedores, la tarea de vigilar las ventas ilegales es aún más difícil que antes; y la venta de cientos, si no de miles, de aviones de transporte Antonov rusos desde 1991 ha dado a los contrabandistas mucha más flexibilidad. No son bombarderos B-52, pero resultan extremadamente útiles cuando uno necesita enviar paquetes de munición para ametralladoras y proyectiles de mortero de Zimbabue a Sudán.

Todo este tráfico discurre paralelamente al denominado comercio legal de armas, es decir, la compraventa de sistemas armamentísticos aprobada por los propios Gobiernos, muchos de los cuales conceden favores especiales a este sector de la industria, prestan su apoyo a prestigiosas exhibiciones aéreas (París, Farnborough) y ferias de armas, y envían ministros al extranjero para que fomenten las ventas.

El problema a este respecto es que algunos Gobiernos son mucho más estrictos que otros en los controles de exportaciones, la concesión de licencias y el cumplimiento de las sanciones del Consejo de Seguridad. Para ciertos regímenes (Egipto, Rusia), las exportaciones de armas se han convertido en una fuente vital para obtener divisas fuertes; para otros (China, Israel), es un sistema para comprar influencias en el extranjero.

Por último, en este ámbito, la comunidad mundial carece de tratados internacionales y estructuras de vigilancia similares a los creados para las armas nucleares a través del Tratado de No Proliferación y de los inspectores del OIEA. Por supuesto, existen resoluciones de Naciones Unidas acerca de la supresión de las minas terrestres (que el Gobierno estadounidense no ha firmado). Y, a menudo, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas impone sanciones concretas contra el comercio de armas en países destruidos por la guerra, como Liberia y Sierra Leona, pero son episódicas y, como ya hemos explicado, fáciles de evadir. Cuando los envíos ilícitos de armas se pagan con diamantes ilegales, a las autoridades no les resulta fácil rastrear a los experimentados intermediarios.

La comunidad internacional sólo está adoptando medidas de forma paulatina para lidiar con esta amenaza. Se ha creado un Comité de Sanciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. El Servicio de Investigaciones del Congreso estadounidense, diversos Gobiernos nórdicos y varios grupos de estudio, algunos centros universitarios canadienses, muchas iglesias y ONG como Amnistía Internacional están recabando pruebas. Interpol, la CIA y diversos organismos de información secreta siguen su propia senda, porque el comercio de armas ilegal es una fuente de ingresos para los terroristas internacionales.

Y las diversas propuestas de Kofi Annan para que una ONU reformada se centre en la "seguridad humana" incluyen, como debe ser, llamamientos a los Estados miembros para que acaben con ese tráfico infame. Lo cual deja el problema en manos de los líderes políticos de aquellos países preocupados por el tema y que entienden lo importante que es destruir esta red tenebrosa, no sólo por razones morales, sino también por su impacto corrosivo en la sociedad civil de África, Asia, Oriente Próximo y otros lugares.

Pero, por su naturaleza, los políticos se mostrarían más firmes si sintieran tras ellos la presión de la opinión pública. En última instancia, son los votantes los que deben ejercer dicha presión, lo cual supone prestar más atención a este tema de la que ustedes y yo le hemos dedicado en el pasado. Siempre podríamos empezar con una pregunta molesta a nuestro congresista o parlamentario local: "Señor, ¿qué propone usted para frenar la muerte de 300.000 seres humanos al año debido al uso de armas de destrucción ingente?".

Urbanización Hoya Pozuelo (Telde) : recuperar el suelo público

Urbanización Hoya Pozuelo (Telde) : recuperar el suelo público

LOS ESPEJOS NO TIENEN MEMORIA
Hoya Pozuelo

Artículo de opinión de Francisco J. Chavanel publicado en CanariasAhora.com

Un tal Gómez, enviado especial de Fernando González a la batallita de la Cámara de Comercio, ha dicho con muy malas mañas que la sentencia del TSJC sobre Hoya Pozuelo hay que cumplirla y que, por lo tanto, los veinte chalés que se encuentran en la zona de servidumbre tendrán que ser derribados. Poco importa que las viviendas en cuestión estén a 90 metros de la costa, y que si se aplicara el mismo rasero para todo habitáculo canario a menos de 100 metros de la pleamar nos quedaríamos sin el Paseo de Las Canteras (tal como lo conocemos), o el de las Teresitas, por sólo poner dos ejemplos, ya que según el mandado de González la ley es taxativa, y ellos la acatan como fieles vasallos, aunque sólo sea por esta vez.

Tal respeto a la legalidad por quienes son profesores en burlarla resulta sospechosa en este preciso instante en que el principal promotor de Hoya Pozuelo, Jaime Cortezo, ha mostrado su apoyo a Tadeo/José Miguel Suárez Gil, opositores al lobby del Puerto y por añadidura a Mauricio y a sus proletarios compañeros de aventuras, los cuales necesitan la Cámara o bien para seguir autosubvencionándose mutuamente o bien para marcar la pauta de los negocios de ésta o de la próxima legislatura, hablo de la expansión africana, de ubicación de la planta regasificadora en Arinaga, de la reedición del negocio del Istmo. El dinero, como siempre, escucha la conversación.

Si la ley fuera a misa para este Gobierno, y en concreto para su viceconsejero de Medio Ambiente y consejero de Economía y Hacienda, ya se hubiese apresurado a cumplir la sentencia de El Médano (Tenerife), que exige la demolición de una construcción asentada sobre la misma playa, y desde luego no estaría consintiendo las negociaciones entre el Gobierno central y la empresa Riu para que el hotel Tres Islas de Corralejo no corra el destino de la desaparición, tal como exige otra sentencia judicial reciente. Es decir, cuando hay voluntad política para resolver problemas derivados de sentencias judiciales, el Ejecutivo de Adán Martín hace lo que sea para evitar las demoliciones. Menos en este caso, lo cual es preocupante tratándose, suponemos, del mismo partido.

Que la cosa tiene trazas de vendetta, aviso a navegantes, favor a las huestes de Germán Suárez, se nota en la posición permeable de Domingo Berriel, de los distintos partidos políticos, en las 7.000 viviendas que el Gobierno Martín quiere legalizar en El Hierro situadas en paraje natural, en las otras 1.000 casas ilegales de Santa Cruz de Tenerife que recibirán el apoyo de la Administración, en las 30.000 autoconstruciones que el Ejecutivo prometió “ordenar” y cuyo “desorden”, por imperativo electoral (y humanitario), continuará hasta que se caigan por antiguas.

Al final dudo mucho que Mauricio y González tengan el propósito de dejar en la calle a veinte familias, y fomentar una suerte de alarma social en Telde con la que está cayendo. Pero acojonar, poner nerviosos a los que le tosen en esta su hora decadente, invitarlos a que callen, pacten, chantajearlos, esa es otra cosa y puede que sea el único objetivo real.

Geopolítica del agua embotellada

Geopolítica del agua embotellada

Natalia Herráiz

Foreign Policy, febrero-marzo 2006, n. 13

La mitad del planeta bebe agua insalubre o contaminada. La otra mitad derrocha y menosprecia el líquido de sus grifos. En ambos mundos, las empresas del agua embotellada quieren sacar provecho. Y, a pesar del gran coste comparativo que supone frente al agua corriente, su consumo crece en algunos países en desarrollo hasta un 15% anual.

Eau de Paris
no es, a pesar del glamour que destila su nombre, un perfume fabricado en la capital francesa. Es sólo una botella de cristal vacía, pero de diseño, lanzada en marzo de 2005 por el Ayuntamiento parisino para recordar que el agua del grifo de la ciudad no tiene nada que envidiar a Evian o Perrier, las marcas preferidas del país, y resulta mil veces más barata. La idea se le ocurrió a Anne Le Strat, responsable de la compañía municipal de abastecimiento de agua, al enterarse de que la mitad de sus habitantes la bebían en botella.

Mover un dedo y obtener (o desperdiciar) 12 litros de agua potable por minuto es un sueño para millones de seres humanos. A pesar de que la mayoría disfruta de ese lujo, los españoles beberán en 2006 unos 140 litros del preciado líquido en botella. Mientras, en Etiopía, cada mañana, miles de niñas caminarán durante horas para llevar a sus familias la cantidad imprescindible para sobrevivir. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de mil millones de personas no disfrutan de agua potable segura -un derecho reconocido por Naciones Unidas, entre otras instituciones-, lo cual les condena a la pobreza y la enfermedad y elimina de raíz sus esperanzas de desarrollo. Antes de que los ciudadanos del sediento Tercer Mundo hayan cruzado las puertas del paraíso del grifo y la cisterna, los envases de agua, omnipresentes en Europa desde hace décadas, y más recientemente en EE UU, se están introduciendo en sus vidas con toda la fuerza de multinacionales como Nestlé o Danone. Lo que, a primera vista, parece un negocio inocente y sin interés puede tener consecuencias de gran envergadura para todos. El coste, los daños medioambientales y los deficientes controles de calidad, en muchos lugares del planeta, hacen que la preocupación de Anne Le Strat sea global. "Incluso donde están reguladas, las plantas embotelladoras están peor vigiladas que las otras industrias alimenticias y las canalizaciones públicas", sostiene Peter Gleich, coordinador de The World's Water 2004-2005 y uno de los mayores expertos en la materia.

"En cuestión de 30 años el agua embotellada ha pasado de no ser prácticamente nada a que se hable de ella como la segunda o tercera mercancía que más dinero mueve en el mundo, después del petróleo y el café", asegura Chris Middleton, director de la consultora australiana de marketing de bebidas Fountainhead. El resultado es que los habitantes del planeta beben 148.000 millones de litros anuales, según Nestlé, alrededor del doble que en 1996, y se gastan unos 84.000 millones de euros cada año, según Gleich.

BALLENAS Y 'PEZQUEÑINES'

Este boom es, ante todo, un éxito de marketing, de acuerdo con el estudio de Catherine Ferrier Agua embotellada. Entender un fenómeno social, encargado por World Wide Fund for Nature (WWF) en 2001. Las campañas han convencido a muchos occidentales de que el agua mineral es de mejor calidad, más sana y que, además, supone ascender un peldaño en la escala social. Por ello, no es de extrañar que gigantes de los alimentos y bebidas como Nestlé, Danone, Coca-Cola y Pepsi lideren las ventas. "Dominan la producción, la distribución y la comunicación con el consumidor. Éste es un mercado de pocas ballenas y muchos pezqueñines", dice Middleton.

La suiza Nestlé Waters copa alrededor del 17% del mercado mundial, con 27.600 empleados y 77 marcas, entre ellas las francesas Perrier y Vittel y las italianas San Pellegrino y Acqua Panna, que casi monopolizan los restaurantes italianos del mundo. Danone le pisa los talones, con algunas de las marcas más rentables, como Evian (la marca mineral más vendida del planeta) o Wahaha ("el niño sonriente"), una de las favoritas de los chinos.

Aunque el crecimiento más acelerado del fenómeno se da en Suramérica y Asia, el mayor mercado nacional es el estadounidense, donde cada ciudadano bebe unos 85,5 litros al año, una afición sólo superada por su obsesión por los refrescos, de los que puede ingerir el doble. Sorprendentemente, sus marcas preferidas (Aquafina, de Pepsi, y Dasani, de Coca-Cola, según la Beverage Marketing Corporation [BMC]) no contienen agua mineral natural (de origen subterráneo profundo y mineralización constante) ni de manantial (de mineralización variable), sino potabilizada, también llamada "preparada, tratada o purificada", que puede proceder, incluso, de la red pública. Nada que ver con el paladar europeo. Cuando se descubrió en 2004 que Coca-Cola comercializaba en el Reino Unido agua del grifo, se levantó un gran revuelo en el Viejo Continente.

La costumbre de beber agua en botella está muy arraigada en Europa, y por ello es la región donde menos crece su consumo. Los europeos se beben el 29,5% del líquido que se envasa en el mundo, unos 64 litros anuales por persona, aunque casi el doble en sus Estados más ricos. Aun así, en los últimos 10 años las ventas se han duplicado en España, el cuarto país del continente en consumo por habitante, detrás de Italia, Alemania y Francia, según los datos más recientes de los que dispone la Asociación Nacional de Empresas de Aguas de Bebida Envasadas (ANEABE), que se refieren a 2004. Aquel año, cada español bebió, según esta organización, 120 litros, alrededor de 5.200 millones de litros en total. Las últimas cifras publicadas por la consultora de bebidas Canadean son otras: España fue en 2004 el tercer mercado de Europa por consumo, con muchas posibilidades de pasar al segundo puesto, y cada persona adquirió 136 litros.

Un puñado de empresas se reparten cerca del 40% del mercado español (según cálculos a partir de las cifras aportadas por algunas de las organizaciones): Danone (en cabeza, con Font Vella y Lanjarón), seguida de la suiza Nestlé Waters (con Perrier, Vitel y Viladrau, y, sobre todo, Aquarel, cuya facturación se ha incrementado en un 5,5% desde 2002, hasta 22,2 millones de euros), el Grupo Pascual (Bezoya) y el Grupo Vichy Catalán (Vichy, Mondariz, Malavella…). Coca-Cola quiere popularizar Aquabona, y Pepsi aspira a seducir con Aquafina, un agua preparada, pero Font Vella no se deja alcanzar y mantiene el liderazgo indiscutible, con una cuota de mercado del 16,2% y una facturación neta de 187 millones de euros, según fuentes de la empresa.

A diferencia de EE UU, la inmensa mayoría de los españoles sigue exigiendo agua mineral natural. Además, como la mayoría del planeta -salvo Europa del Norte y del Este-, la prefieren sin gas, en un 95%. Y si en Alemania o Austria la compran en botella de cristal retornable, debido a las medidas públicas a favor del reciclaje, España prefiere el plástico. Un detalle: al contrario que Italia o Francia, la producción española se centra (un 99,8%, según ANEABE) en el consumo interno, que crecen a un ritmo anual del 8%. Font Vella y Nestlé Waters afirman que sus productos no se exportan, mientras Vichy Catalán no ha querido facilitar datos al respecto para este artículo.

Una vez que las ballenas se han consolidado en Europa y EE UU, sus esfuerzos se concentran en el Tercer Mundo, donde introducen sus marcas purificadas y adquieren las locales. Una estrategia que Nestlé ha seguido incluso en Cuba, donde ha comprado Ciego Monteiro y Los Portales.

El mercado asiático crece a un ritmo vertiginoso: las ventas se duplicaron entre 1997 y 2002, y ya supone el 22,7% del total, según la BMC. La contaminación de los recursos hídricos, como el vertido químico que privó de oro potable a los habitantes de la ciudad china de Harbin durante cinco días el pasado noviembre, o el de diciembre en Sahoguan, en el sur del país, es un acicate más para la expansión del agua embotellada en los países en vías de desarrollo. El gigante asiático se ha convertido en el tercer mayor consumidor, con unos 10.000 millones de litros anuales. Por ahora, esto sólo significa una media de ocho litros por persona, pero si los 1.300 millones de chinos quisieran imitar a los españoles, beberían en total más de 150.000 millones de litros al año, es decir, más que el resto del planeta hoy. Es difícil imaginar los montones de plástico desechado que eso supondría para el medio ambiente. Afortunadamente, esta situación es aún consumo-ficción.

FUTURO DE MAIZ

"Los envases, tanto si son de vidrio como de plástico, deben hacer varios ciclos y permanecer el mayor tiempo posible en circulación", afirma Leticia Baselga, de Ecologistas en Acción, organización que está intentando establecer en Barcelona un programa de retorno de garrafas de plástico de entre cinco y ocho litros, en colaboración con la Agencia de Residuos de Cataluña.

Cada año se emplean 1,5 millones de toneladas de plástico para envasar agua en todo el mundo, pero sólo se recicla el 20%, lo que, para muchos defensores del medio ambiente, es insostenible. A día de hoy, el reciclaje es una buena alternativa, pero en el futuro el maíz puede ser la solución. Biota, una marca de agua de manantial de Colorado (EE UU), utiliza envases compostables fabricados a partir de maíz, que se descomponen fácilmente en agua, dióxido de carbono y material orgánico. De momento, el año pasado ganó el premio al mejor envase y diseño de la Asociación Internacional de Agua Embotellada, y se anuncia como "una empresa que cuida el planeta". -N.H.

LUCHA DE TITANES

"Si las guerras de este siglo se libraron por el petróleo, las del siglo XXI se combatirán por el agua", vaticinó en 1995 Ismail Serageldin, vicepresidente del Banco Mundial. Un género especial de estas guerras del agua se libra ahora entre los grandes conglomerados en el mercado de la sed de los países más pobres.

En Indonesia, sólo el 15% de los hogares están conectados a una red de abastecimiento de agua potable, según el Programa Conjunto de Supervisión de la OMS y Unicef. Y sin embargo, o precisamente por ello, es el segundo mayor consumidor de agua envasada del continente y el séptimo del planeta. En ese archipiélago, Danone controla el 75% del grupo Aqua, propietario de la primera marca de agua purificada. Nestlé y Coca-Cola ya controlan juntas el 68% de la segunda empresa del sector, según Kenth Kaerhoeg, director de Comunicación de Coca-Cola Asia.

India, que en pocas décadas tendrá más habitantes que China, es otro caramelo para las multinacionales. Saben que el agua envasada todavía no es una bebida mayoritaria en la mayor democracia del mundo, pero sí la que más crece, debido a la mala calidad del agua del grifo y a pesar de que cada metro cúbico cuesta unos 240 euros. Según la prensa nacional, tanto Nestlé como Danone intentaron comprar la marca líder, Bisleri, pero las negociaciones no dieron fruto, aunque las multinacionales no han querido confirmarlo ni desmentirlo. Y en 2002, Kinley, de Coca-Cola, se había hecho con el primer puesto en cuanto a venta individual. "Con una cuota de mercado superior al 25% en el mercado indio de venta al por menor, se ha revelado como una marca extremadamente fuerte en todos los mercados urbanos", sostiene Kaer- hoeg. Además, está pisando fuerte en el sector con más expectativas, los grandes envases para domicilios y oficinas, a través de una agresiva estrategia de compra de marcas locales, según la prensa nacional.

AGUAS TURBULENTAS

Peter Gleich ve peligros en este desembarco: "Temo que la disponibilidad de agua envasada como alternativa al agua limpia y segura municipal frene las presiones internacionales para proporcionar agua segura a todos los seres humanos (…). Por coste, por controles y por equidad [el agua embotellada] no debe dejar de ser una solución temporal y nunca debe sustituir al suministro público, porque quienes más problemas de acceso tienen, los países pobres, se verían obligados a pagar precios inflados por un agua proporcionada por vendedores privados o empresas de agua envasada".

En 1998, Nestlé lanzó en Pakistán la línea Pure Life, un agua purificada para los países en desarrollo, que se comercializa desde Argentina y Brasil a Vietnam, pasando por Egipto, Uzbekistán, Indonesia o China. La propia empresa reconoce que "el agua tratada está disponible sobre todo en Asia, América Latina y Oriente Medio, donde su desarrollo está relacionado con las dificultades de acceso a los recursos naturales, junto con el enorme crecimiento de la urbanización". De hecho, más de la mitad del líquido que se vende en botella en el planeta es purificado, no mineral, según la Unesco.

En la frontera de EE UU con México, los niños no beben agua corriente, sino coca-cola, pero el país latinoamericano consume más agua envasada por persona que la mayoría de europeos. En Brasil y Venezuela el consumo aumentó un 15,4% y un 12,8%, respectivamente, entre 1999 y 2004, según la BMC.

En Latinoamérica (donde se han producido duros conflictos entre la población y las empresas concesionarias del agua corriente), la actividad de las multinacionales del agua embotellada no ha estado exenta de conflictos. Por dar sólo un ejemplo, en Brasil, Nestlé ha sido acusada por la organización ecologista brasileña Ciudadanía por las Aguas de sobreexplotar el Parque de São Lourenço, desmineralizar el líquido original para fabricar Pure Life y saltarse las leyes. La empresa siempre lo ha negado.

BEBEDORES DE ÉLITE

En Europa y Estados Unidos, la gran paradoja es que, aunque las redes públicas nunca han sido más seguras, los consumidores aceptan pagar miles de veces más por una botella de agua mineral. En 2003, cada metro cúbico (1.000 litros) de agua embotellada costaba en España unos 340 euros, según el informe de Gleich The World's Water 2004-2005, mientras la misma cantidad del grifo cuesta alrededor de 1,5 euros. En Italia ya superaba los 800 euros en 1999. En California (EE UU), se acercaba a los 900 euros en 2003, mientras la del suministro público no llegaba a 50 céntimos.

Las envasadoras no venden sólo un líquido para la sed, sino un recipiente, que es mucho más caro que el contenido. "Como mínimo, el 90% del coste real de una botella de agua en una tienda se debe a elementos distintos al agua: embotellado, transporte, marketing, distribución...", sostiene Catherine Ferrier.

"El mercado español de aguas de lujo está aún por desarrollar", asegura Steve Rowe, gerente de Wawali, que aspira a "proporcionar a los consumidores sobrados motivos para unirse a la emergente cultura del agua". Esta empresa de Barcelona comercializa marcas "súper premium, premium y especiales", a través de establecimientos gourmet, balnearios, tiendas de diseño, moda o restaurantes de lujo.

Una de ellas es la neozelandesa Antipodes, cuyo nombre pretende evocar no sólo el otro lado del planeta, sino la inmersión en "otro mundo", según Simon Wooley, portavoz de la envasadora. No puede venderse en supermercados. "El diseño y el modo de distribución son ejemplos primordiales de por qué Antipodes es diferente", añade. La botella de un litro podría probarse por unos 7,50 euros, al menos ése es el precio recomendado por el productor. Una botella de la francesa Chateldon puede salir algo más barata, unos cinco euros.

Es de esperar que pronto se podrán degustar en los bares de aguas, locales donde se sirve casi únicamente esta bebida, pero aún no han desembarcado en España. El bar de la tienda Colette, en París, ofrece 90 productos distintos, seleccionados por el diseño de su envase o la originalidad del contenido. Por ejemplo, Cloud Juice, que contiene en cada botella 7.800 gotas de agua de la isla australiana de Tasmania y cuesta unos ocho euros. Aqua Bar en Tokio, o 2 West, en el hotel Ritz-Carlton de Nueva York, con vistas a la Estatua de la Libertad, son otros ejemplos de cómo se puede transformar una necesidad vital en un placer, en una exhibición de estatus… y en un negocio muy lucrativo, en el que los márgenes de beneficio se acercan al 25%.

Y no hay que olvidarse de África, el continente con mayor escasez de agua dulce. Tras comprobar que el consumo de estas botellas había crecido un 15% entre 2001 y 2003, Coca-Cola introdujo Dasani en Ghana y Kenia, mientras Nestlé ya comercializa Pure Life en Egipto y Suráfrica, y el pasado mayo creó una sociedad con el grupo distruibuidor de la Mecca Cola, propietario de la la segunda marca de agua de Argelia. "Argelia jugará un papel muy importante en nuestra estrategia de desarrollo en África y Oriente Medio", afirma la empresa suiza. "Con (…) perspectivas de crecimiento de dos dígitos en el consumo, representa un verdadero transmisor de crecimiento que debería permitir [a la empresa] desarrollar sus posiciones en el norte de África". Aunque en las regiones más pobres del continente, salvo para turistas y expatriados, el choque se librará, con mayor probabilidad, por el agua importada en grandes cantidades o por el suministro de tanques de agua potable.

Mientras, en Occidente, los expertos en técnicas de ventas han sabido aprovechar la preocupación por la vida sana, el colesterol y el sobrepeso. Sin embargo, la OMS "no tiene pruebas convincentes que sustenten los efectos beneficiosos (…) de las aguas minerales". Incluso algunas sustancias contaminantes son más difíciles de controlar en la botella que en el grifo. Pero los consumidores lo ven de otra forma. Los estudios de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) muestran que algunas personas prefieren el agua embotellada por sabor, pureza y salud. Es cierto que las aguas minerales que se comercializan en España son de buena calidad y están libres de contaminantes, pero "sólo unas pocas marcas pueden tomarse para aliviar algunas dolencias".

El futuro en los países más desarrollados son las aguas reforzadas -que pueden incluir vitaminas, aromas, sabores e incluso oxígeno extra- y las de lujo. Y si preocupa tanto la salud, ¿por qué iban a beber las mascotas agua del grifo? Marcas como Purely Pets H20 o Pet Pure solucionan el problema.

Hasta ahora, el marketing ha triunfado, y en algunos restaurantes españoles ya se ofrece una carta de aguas junto con la tradicional de vinos. Pero la industria tiene aún un reto por delante: asegurarse la lealtad de los consumidores durante las crisis económicas. "¿Estarán dispuestos a pagar un extra por un bien que pueden obtener casi gratis?", se pregunta Chris Middleton. Mientras, algunos hacen campañas contra esta moda. Neau, que en inglés se pronuncia como no, es una botella pequeña de plástico que esconde un mensaje escrito: "Take Neau for an answer" (Responde bebiendo Neau o di no al agua embotellada). Con este juego de palabras, su promotora, una fundación holandesa, persigue un doble objetivo: concienciar a los ciudadanos del problema global del agua, animándoles a disfrutar del lujo de un suministro público de gran calidad, y financiar, con los ingresos, diversos proyectos de mejora de las infraestructuras de abastecimiento de agua potable en el Tercer Mundo.

¿ALGO MAS?

Una de las fuentes más completas sobre el agua embotellada, situación de los acuíferos del planeta, privatización del agua e incluso cambio climático es el informe bianual The World's Water 2004-2005 (El agua del mundo), cordinado por Peter Gleich, del Pacific Institute de California, EE UU (Island Press, diciembre de 2004). En la página web del Programa Conjunto de Supervisión de la Cobertura del Suministro y la Sanidad del Agua de la OMS y Unicef (www.wssinfo.org) pueden descargarse perfiles detallados de cada país y valorar, incluso, las diferencias entre las áreas urbanas y rurales.

En las páginas de las grandes empresas se puede obtener gran cantidad de información sobre sus marcas, productos novedosos y sus negocios internacionales: Nestle-waters.com, Danone.com, Cocacola. com y Pepsi.com.

Proteger las especies en peligro ayuda a reducir la pobreza

Proteger las especies en peligro ayuda a reducir la pobreza

WWF Centroamérica

En Tortuguero, Costa Rica, las tortugas vivas tienen más valor para la economía local que el que antes tenía la carne y huevos de tortuga. Salvar pandas, gorilas o tigres no sólo evita que una especie en peligro de extinción desaparezca, sino que también ayuda a reducir la pobreza y mejorar la vida de comunidades locales, según un nuevo reporte de WWF, la organización mundial de conservación.

El informe, con seis casos de estudio, muestra que la labor por la conservación de especies de WWF ayuda a erradicar la pobreza y el hambre, así como a promover un desarrollo sostenible y justo en las áreas rurales de países como Costa Rica, Nepal, Uganda, India, Namibia y China.

Los casos de estudio demuestran que la conservación y el manejo sostenible de especies y su hábitat provienen de una adecuada protección de bosques y áreas de agua dulce y salada. Como resultado, las comunidades que dependen del bosque y de los recursos marinos y de agua dulce, logran mayor acceso a los bienes y servicios; además, aumentan sus ingresos y también su acceso al agua potable, salud y educación; a menudo, hasta los derechos de la mujer también mejoran.

Según el informe, algunos proyectos de ecoturismo basados en la observación de especies en su ambiente –como tortugas marinas, pandas y gorilas de montaña– generan cantidades apreciables de dinero a las comunidades. Los conocimientos que se generan respecto a la conducta de las especies en su hábitat natural, ayudan a planificar un mejor uso de la tierra donde viven.

“Muy a menudo los problemas que amenazan a las especies son los mismos que fomentan la pobreza, como la pérdida de hábitat y recursos naturales”, dijo la Sue Lieberman, directora del Programa Mundial de Especies de WWF. “Este informe proporciona evidencia sobre cómo al beneficiar a las especies en peligro, las personas también se benefician”.

Por ejemplo, en Tortuguero, Costa Rica, las tortugas vivas tienen más valor para la economía local que el que antes tenía la carne y huevos de tortuga. La comunidad apoya con firmeza las medidas de conservación para promover el ecoturismo y, tanto la cantidad de tortugas como de turistas, sigue en aumento desde hace 30 años. El programa se desarrolla con el liderazgo de Caribbean Conservation Corporation (CCC) y el apoyo de WWF.

En Nepal, la reforestación comunal en algunas partes del país ha llevado a la restauración de corredores vitales para la supervivencia de poblaciones de tigres de la región. WWF ayuda a la comunidad local a administrar y beneficiarse directamente de éstos recursos forestales. Según el informe, los grupos de usuarios comunales del bosque pueden ganar US $4,760 por año.

En el pueblo indio de Farida, un programa concienciador de WWF dirigido a proteger al amenazado delfín del río Ganges ayudó a la comunidad a resolver sus necesidades básicas críticas. Después de cinco años, el número de familias bajo la línea de pobreza ha declinado significativamente.

El informe muestra cómo más del 60 % de los habitantes alrededor del Parque Nacional Impenetrable de Bwindi en Uganda, el cual protege el hábitat del amenazado gorila de montaña, se sienten beneficiados de los bosques en lo económico y social. Ejemplos adicionales muestran cómo en China, las actividades ilegales y dañinas a las reservas forestales disminuyeron cuando las comunidades dispusieron de fuentes alternativas de ingreso, como la agricultura y pastoreo apoyados por los proyectos de WWF para protección del panda. En Namibia, la creación de reservas dónde las comunidades manejan sus recursos de fauna, ha resultado en un mejor manejo de la vida silvestre, aumento en las poblaciones de fauna, desarrollo del ecoturismo y mayores ganancias en las empresas de propiedad comunal.

Por su parte en Colombia, las familias campesinas de la Laguna de la Cocha protegen al oso andino, el tapir de montaña, y el lobo de los andes (especies en vía de extinción), también aves como el águila real de montaña y el pato pico de oro, e innumerables especies de flora, en el marco de un trabajo de conservación para este humedal de importancia internacional. Los habitantes han recibido beneficios en términos sociales, económicos y ambientales. En otras palabras, ven que recuperar los recursos naturales paga.

Y es que de acuerdo al análisis económico sobre los impactos de las iniciativas de conservación del agua dulce sobre los medios de vida titulado “Agua Dulce y Reducción de La Pobreza” (de WWF del Programa Global de Agua dulce), publicado en el 2005, en Colombia el proyecto de la Laguna de la Cocha, en el departamento de Nariño, como resultado de un mejor manejo de los recursos hídricos, acompañado de un incremento en la producción de las cosechas generó resultados satisfactorios: “Aumento en el nivel de bienestar y dignidad de los pobladores, mejor servicio de salud, reducción de vulnerabilidad en cuanto a la seguridad alimentaria, salud y conflictos naturales de La Cocha, y el manejo sostenible de cerca de 3000 hectáreas de páramos azonales (a 2760 msnm), juncales y bosques alto–andinos siempre verdes y nublados, presentes alrededor de este cuerpo de agua. Actualmente, los ingresos para cada uno de los hogares allí establecidos están 2.8 veces por encima del promedio nacional.”

En la Conferencia de las Partes de la Convención por la Biodiversidad (CBD COP8) a inicios de este mes en Curitiba, Brasil, WWF consideró que los gobiernos participantes deben integrar el trabajo de conservación de especies dentro de los esfuerzos por aliviar la pobreza.

“Parece ilógico que se gasten miles de millones de dólares en reducir la pobreza y promover el desarrollo económico sostenible sin mirar los enlaces entre el desarrollo sostenible, un ambiente saludable y la conservación de las especies”, dijo Lieberman. “Es tiempo de establecer ese enlace y trabajar en ello”.

Medio Ambiente y Desarrollo

Extracto de ponencia de Gilberto Martel Rodríguez en Seminario "Economía Globalizada y Progreso", organizado por el FORO ATLÁNTICO PAZ Y PROGRESO en diciembre de 2004 en Telde.

Para ayudar a aclarar conceptos.

Resumen:
En las postrimerías del siglo XX, los conceptos de Medio Ambiente y Desarrollo, éste último con el apelativo de sostenible, sustentable o sostenido, se implantó con fuerza en el lenguaje político. Incluso, han llegado a convertirse en términos populares. Pero, los que lo utilizan y los que lo escuchan o lo leen ¿saben realmente de lo que se está hablando?, ¿qué sentido tienen estos conceptos?. O es que ¿simplemente se han convertido en muletillas que se utilizan según convenga?. Da la impresión de que esto último es lo que está ocurriendo. Unidos a los términos progreso y compatibilidad ambiental, entre otros, estamos asistiendo a una perversión del lenguaje dónde los discurso se llenan de términos vaciados de contenido y que sólo sirven para justificar acciones de, al menos, dudoso interés general o con perniciosas consecuencias para los recursos naturales e intereses colectivos.

Paralelo a este proceso se produce el fenómeno de que cada vez la ciudadanía se siente más ninguneada en el ejercicio de la política práctica y en la toma de decisiones que atañen a todos. Todo ello genera, por un lado, apatía y desinterés por lo público de gran parte de la población, principalmente joven, y, por otro, movilizaciones puntuales, pero crecientes, como reacción a las consecuencias negativas que la política y el sistema están generando, cada vez más, sobre más ciudadanos.

Se hace necesario reivindicar una aclaración de conceptos, un uso más riguroso del lenguaje y una información más clara y accesible para todos. Necesitamos un cambio de rumbo en todas la políticas en general. Que tomen más en consideración a la ciudadanía. La Democracia participativa se vislumbra como un elemento que, en las sociedades occidentales del siglo XXI, puede conciliar preservación de los recursos y desarrollo social.


1.- Diferentes ideas sobre el desarrollo

Hay palabras que aparecen en todos los discursos de forma recurrente pero que, en muchos casos, encierran la trampa de que por si solas no definen nada, sino van acompañadas de unA descripción detallada de lo que se quiere dar a entender. Algunas de ellas son las palabras desarrollo y progreso cuando se refieren a lo social y lo económico. A primera vista siempre se plantean como palabras positivas e incuestionables pero que por desgracia se abusa de ellas para justificar casi todo.

A mediados del siglo XX, el desarrollo se convirtió en una de esas palabras que formaron parte del discurso modernizador del mundo, que tuvo su comienzo al final de la Segunda Guerra Mundial, con el nuevo liderazgo de los Estados Unidos y el comienzo de la guerra fría. A través de esa idea se propuso un modelo de sociedad exitoso: la sociedad desarrollada, fundado en el crecimiento industrial y en altos niveles de consumo. Este modelo de desarrollo, al que podríamos reconocer como desarrollismo, está basado en la constante expansión, en el optimismo tecnológico, el incremento continuo de la producción sin limitaciones ambientales o de disponibilidad de recursos, generación de bienestar a corto plazo y el crecimiento del PIB como indicador de desarrollo. No obstante, desde finales del mismo siglo, con las grandes transformaciones y avances del mundo, así como con las inmensas frustraciones cosechadas por las políticas públicas modernizadoras, ha tenido lugar un cambio en el discurso del desarrollo. Desde 1990 surge el Índice de Desarrollo Humano, asociado a los informes de las Naciones Unidas para el Desarrollo , el cual intenta centrar la atención en tres aspectos básicos del ser humano como la esperanza de vida, el logro educativo y los ingresos necesarios para un mínimo de necesidades, con el objeto de desplazar el uso del PIB como indicador generalizado del desarrollo.

Paralelamente surge la teoría del Desarrollo a Escala Humana que reconoce que el incremento de la actividad económica no es igual a bienestar y establece una nueva teoría sobre las necesidades humanas y cuáles pueden ser sus satisfactores. El ser humano se vuelve a poner en el centro y no se tienen en cuenta, simplemente, los indicadores macroeconómicos que, según esta teoría, sólo valoran el estado de lo material, de los objetos. Esta corriente de pensamiento plantea una serie de preguntas y respuestas muy interesantes :


“¿Cómo puede establecerse que un determinado proceso de desarrollo es mejor que otro? El mejor proceso de desarrollo será aquel que permita elevar más la calidad de vida de las personas”.


“¿Qué determina la calidad de vida de las personas? La calidad de vida dependerá de las posibilidades que tengan las personas de satisfacer adecuadamente sus necesidades humanas fundamentales”.


“¿Cuáles son esas necesidades fundamentales, y quién decide cuáles son?”

Y es aquí donde nos ilustran con la interesante teoría de las necesidades fundamentales del ser humano y su diferencia con los elementos que usamos para satisfacerlas (satisfactores). Según esta teoría las necesidades humanas pueden dividirse conforme a múltiples criterios, pero básicamente seleccionan, por un lado, las necesidades de Ser, Tener, Hacer y Estar; y, por otro, las necesidades de Subsistencia, Protección, Afecto, Entendimiento, Participación, Ocio, Creación, Identidad y Libertad. Desde esta teoría se postulan conclusiones interesantes y que nos pueden ayudar a diferenciar el polvo de la paja:

“... las necesidades humanas fundamentales son pocas, delimitadas y clasificables. ... las necesidades humanas fundamentales son las mismas en todas las culturas y en todos los períodos históricos. Lo que cambia a través del tiempo y de las culturas es la manera o los medios utilizados para la satisfacción de las necesidades. Cada sistema económico, social y político adopta diferentes estilos para la satisfacción de las mismas necesidades humanas fundamentales. En cada sistema éstas se satisfacen (o no) a través de la generación (o no generación) de diferentes tipos de satisfactores. Uno de los aspectos que define una cultura es su elección de satisfactores. Las necesidades humanas fundamentales de un individuo que pertenece a una sociedad consumista son las mismas del que pertenece a una sociedad ascética. Lo que cambia es la cantidad y calidad de los satisfactores elegidos, y/o las posibilidades de tener acceso a los satisfactores requeridos.
...
Lo que está culturalmente determinado no son las necesidades humanas fundamentales, sino los satisfactores de esas necesidades. El cambio cultural es consecuencia -entre otras cosas- de abandonar satisfactores tradicionales para reemplazrlos por otros nuevos y diferentes. Por ejemplo, alimentación y abrigo no deben considerarse como necesidades, sino como satisfactores de la necesidad fundamental de Subsistencia. Del mismo modo, la educación (ya sea formal o informal), el estudio, la investigación, la estimulación precoz y la meditación son satisfactores de la necesidad de Entendimiento. Los sistemas curativos, la prevención y los esquemas de salud, en general, son satisfactores de la necesidad de Protección. No existe una correspondencia biunívoca entre necesidades y satisfactores. Un satisfactor puede contribuir simultáneamente a la satisfacción de diversas necesidades; a la inversa, una necesidad puede requerir de diversos satisfactores para ser satisfecha. Ni siquiera estas relaciones son fijas. Pueden variar según el momento, el lugar y las circunstancias.”

A medida que han ido evolucionando las sociedades, han ido cambiando las percepciones de la realidad, las prioridades y, también, el sentido de las palabras. Si nos hablan de desarrollo en el siglo XXI, como ciudadanía responsable, hemos de exigir mayor concreción y destripar la finalidad última de lo que se plantea: el por qué y el para qué de las acciones que promueven ese desarrollo, qué nos cuestan a la colectividad, a quién benefician realmente, de qué forma se redistribuyen los beneficios , cuál es el sentido (orientación y significado) del desarrollo, cuáles son los actores que deciden y participan en ese desarrollo, ¿existe un debate social libre y pausado para la toma de decisiones?,...

He aquí el reto que se le plantea a la ciudadanía y a la nueva democracia.


2.- Los límites al crecimiento

Desde el propio sistema capitalista, preponderante en el mundo occidental durante la segunda mitad del siglo pasado, se comenzó a alertar de los límites del planeta, desde que las consecuencias del desarrollismo desaforado y a ultranza empezaron a dejarse sentir. Así, en 1.972, el Instituto Tecnológico de Massachussets y el Club de Roma publican el informe sobre “LOS LÍMITES AL CRECIMIENTO” que comienza a abrir debate y crear conciencia sobre la capacidad del planeta para soportar el desarrollo económico basado en la voraz explotación de los recursos naturales.

Casi al mismo tiempo se producía la primera crisis del petróleo. Los 50 y 60 fueron los años del desarrollismo desbordante en que el consumo anual de energía se triplicaba cada año. ¡Un auténtico paraíso para el desarrollo y crecimiento económico!. Un desastre para el entorno y los recursos naturales.

Durante la década de los 60 el consumo de petróleo había crecido de forma considerable hasta configurarse como la fuente de energía fundamental. En 1950, representaba el 37.8% frente al 55.7% del carbón; en 1972, en cambio, el petróleo y el gas representaban el 64.4% del total mundial. De este modo, las reservas petrolíferas descubiertas cada año eran inferiores al consumo anual. Todo este clima, aparte de las consideraciones políticas y monetarias, provocó una crisis mundial de la que nunca se ha terminado de salir. Pocos imaginaban las consecuencias desastrosas que iba a tener la sobreexplotación incontrolada e insolidaria de un recurso natural como el petróleo.

Si bien ese derroche energético propició el desarrollo acelerado del mundo occidental industrializado y el incremento generalizado del nivel de vida de sus habitantes, su rapidez dejó graves secuelas de contaminación en el aire, en el suelo y las aguas, así como una serie de conflictos latentes nunca resueltos. Y lo que es más grave, promovió mayor desigualdad entre las naciones y el agotamiento, de forma acelerada, de las reservas energéticas, sin pensar en ningún momento en las generaciones futuras ni en las consecuencias económicas que podía tener.

El desarrollismo económico no sólo creó las condiciones para la primera crisis del petróleo, sino que también fomentó, como nunca, la deforestación de los bosques naturales en los países empobrecidos, la contaminación sin control de las masas de agua y su consumo desmedido, incrementó de forma alarmante la generación de residuos y provocó estragos de contaminación transfronteriza, como los fenómenos de lluvia ácida en el Norte de Europa y América. Es más, en los 80 se comienza denunciar que las consecuencias negativas de un corto período de exuberancia sin límites se exportan también al futuro y que los costes de la recuperación pueden superar con creces los beneficios económicos obtenidos en un corto período. El proceso de destrucción de la capa de ozono, la acumulación de residuos radioactivos, la destrucción irreversible de suelo fértil, el incremento del efecto invernadero y el consecuente cambio climático son los ejemplos más destacados.


3.- El Desarrollo Sostenible o Sustentable

Llegados a este punto, desde las mas altas instituciones se intentan buscar soluciones y poner algunas condiciones antes de que la situación llegue a mayores y el sistema muera de éxito. Aquí es donde surge una de las primeras referencias y, por tanto, definición del concepto de Desarrollo Sostenible. Es en el informe sobre medio ambiente y desarrollo “nuestro futuro común” de 1987, encargado por la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de la O.N.U. (el famoso Informe Brundtland) donde aparece la siguiente definición:

“El Desarrollo Sostenible es aquel que satisface las necesidades de las generaciones presentes sin poner en peligro las capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas”

Un concepto aparentemente simplista y lleno de ambigüedades pero que, por lo pronto, introduce un principio interesante: el de la solidaridad intergeneracional. También se observa un acotamiento del concepto Desarrollo a la satisfacción de necesidades . La pregunta inmediata es: ¿cuáles son estas necesidades?, ¿cuáles fundamentales?, ¿cuáles legítimas?, ¿cuáles serán las necesidades futuras?, y ¿cuáles las capacidades necesarias para satisfacerlas?.

Es mucha la literatura que se ha vertido para intentar aclarar y acotar estos conceptos, pero mayor aún es su uso indiscriminado para justificar los injustificable. El Desarrollo Sostenible parece suscitar asentimiento universal, aunque en realidad se dan de él varias interpretaciones, algunas incompatibles entre sí . Para salvar esta circunstancia se ha hecho imprescindible proporcionar criterios o principios operativos de sustentabilidad ecológica que se puedan tomar como referencia a la hora de descubrir qué puede ser sostenible y qué no.

Lo primero que salta a la vista es que el crecimiento sostenido parece incompatible con la sostenibilidad ecológica, ya que los recursos naturales son limitados y en muchos casos irrecuperables.

Los ecologistas, por principio, debemos recelar de los grandes discursos enmascarados en el desarrollo sostenible . Hoy, para nuestros mandatarios, desarrollo sostenible es: ampliar aeropuertos, construir nuevas camas turísticas, construir más vías rápidas, más puertos (ya sean industriales o deportivos), colonizar urbanísticamente el poco suelo potencialmente agrícola que quede en las zonas bajas de las islas, promover la construcción de campos de golf por doquier, facilitar la implantación de más y más grandes centros comerciales gestionados por multinacionales, que crezca la demanda de energía y agua a un ritmo de un 8 ó 9 % anual, implantar incineradoras ante la avalancha de residuos que “fabrica” la sociedad de consumo, etc., etc.,... Éste es, para algunos, el paraíso del desarrollo sostenible en Canarias.

A la lectura interesadamente mala que hacen los “productivistas” del concepto, a la inaceptable sustitución de desarrollo sostenible o sustentable por crecimiento sostenido, tenemos que oponernos los ecologistas. De poco o nada servirán las reformas para "ecologizar" la producción, y muy particularmente las mejoras en eficiencia, si no se frena el crecimiento material en nuestras sociedades sobredesarrolladas. Nuestro objetivo tiene que ser detener selectivamente el crecimiento material en nuestras sociedades sobredesarrolladas (lo cual está muy lejos de equivaler a detener el desarrollo humano, no implica ni siquiera que no crezcan magnitudes contables como el PIB o el PNB, y no implica tampoco que no tenga que darse crecimiento material en los países empobrecidos) .

Aquí nos interesa encontrar criterios operativos para la puesta en práctica de la sostenibilidad. A partir del trabajo previo de economistas como Herman E. Daly se sugieren los principios siguientes :

• Principio de irreversibilidad cero: esto es, reducir a cero las intervenciones acumulativas y los daños irreversibles.
• Principio de la recolección sostenible: las tasas de recolección deben ser iguales a las tasas de regeneración de estos recursos.
• Principio del vaciado sostenible: es cuasi-sostenible la explotación de recursos naturales no renovables cuando su tasa de vaciado sea igual a la tasa de creación de sustitutos renovables.
• Principio de la emisión sostenible: las tasas de emisión de residuos deben ser iguales a las capacidades naturales de asimilación de los ecosistemas a los que se emiten esos residuos (lo cual implica emisión cero de residuos no biodegradables).
• Principio de selección sostenible de tecnologías: han de favorecerse las tecnologías que aumenten la productividad de los recursos (el volumen de valor extraído por unidad de recurso) frente a las tecnologías que incrementen la cantidad extraída de recursos.
• Principio de precaución: ante la magnitud de los riesgos a que nos enfrentamos, se impone una actitud de vigilante anticipación que identifique y descarte de entrada las vías que podrían llevar a desenlaces catastróficos, aun cuando la probabilidad de estos parezca pequeña y las vías alternativas más difíciles u onerosas.

Sin duda ninguno de nuestros representantes públicos piensan en los anteriores principios cuando nos hablan de “desarrollo sostenible”, lo que nos lleva a la conclusión de que si no queremos vaciar de contenido el concepto se hace urgente pasar a la acción para desenmascarar la farsa y que su uso deje de ser demagógico sino sincero. Para ello es fundamental la formación e información de la ciudadanía: despertar su espíritu crítico.

Resulta paradójico observar que en plena sociedad de la información es cuando la población conoce menos de su entorno y del funcionamiento de metabolismo de las sociedades . Ello es un obstáculo importante para conseguir despertar el interés de la ciudadanía por los problemas del desarrollo y promover su implicación en el camino hacia la sostenibilidad.

Otra de las grandes equivocaciones planteadas en lo relacionado a la sostenibilidad es que se confunde con una meta , cuando en realidad es una forma de hacer, un camino, una estrategia de supervivencia que ha de ser permanente y ha de reinventarse constantemente.

Plan Integral de Desarrollo para La Aldea

Plan Integral de Desarrollo para La Aldea

Juan Luis Morales Aguilar

En relación a la alternativa ciudadana “Tamadaba Sostenible. Otra vía es posible”, es oportuno recordar lo que muchos pensamos al respecto del medio ambiente en general y de la problemática de La Aldea de San Nicolás de Tolentino en particular. Es importante no caer en extremismos, la alternativa a la depredación del territorio no puede ser el integrismo medioambiental unilateral que padecen algunos influyentes técnicos del medio ambiente. Afortunadamente, solo algunos.

No debería ser necesario recordar que el ser humano, a pesar de todos los cambios habidos en nuestra relación con la naturaleza, sigue formando parte de ella y depende de ella. Por ello, también es medio ambiente, como el territorio y las especies vegetales y animales, y está tan necesitado de cuidados como ellas. Es preciso atender a su salud física, psíquica y espiritual como un factor, el mas importante, a tener en cuenta en relación al desarrollo sostenible. Si esta simple afirmación se tuviera en cuenta, y no es tan simple, ya que afecta al todo el modelo de desarrollo capitalista, con seguridad no estaría el futuro del planeta tan amenazado como lo está. No es posible concebir la conservación de la naturaleza y el desarrollo sostenible sin una vinculación sana y estrecha del ser humano con su territorio, nunca al margen y/o en contra de los individuos y pueblos, y de sus intereses económicos, creando reservorios naturales para uso exclusivo de determinadas especies y de sus teóricos defensores de forma gratuita.

Esa separación artificial y forzada se ha demostrado perjudicial en numerosos casos. Por ejemplo, legislar desde los despachos, sin sensibilidad, en contra de los intereses locales, sin conocimiento de problemáticas específicas, ha provocado muchas veces situaciones disparatadas y un rechazo justificado que ha alejado a esos ciudadanos de los problemas del medio ambiente. Finalmente, cuando han surgido oportunidades de desarrollo agresivas para algunos espacios naturales no se ha podido contar con esa población maltratada para buscar alternativas mas benévolas. El integrismo medioambiental unilateral tropieza siempre en la misma piedra, encontrando lo contrario de lo que teóricamente persigue. Se cosecha lo que se siembra. Siempre. No se puede esperar que la población local y la ciudadanía en general se movilice para proteger espacios naturales de los que se les ha alejado intencionadamente. Solo se protege lo que se conoce y se ama. Mientras tanto, en otros lugares e islas se promociona activamente el disfrute de sus mejores espacios naturales.

Otro ejemplo: en los casos en los que, en el pasado, existió una larga interacción entre individuo y determinados territorios, el abandono o la prohibición ha provocado la disminución o la desaparición de especies; y no son raros los casos, no sólo en Canarias, en los que la existencia de especies, como aves, depende del mantenimiento de determinadas actividades tradicionales como la agricultura.

El medio ambiente es un asunto de todos, y la democracia real consiste en la participación. Desgraciadamente, en éste y en otros temas, existe un autoritarismo supuestamente ilustrado cercano en el fondo a una dictadura. No se quiere rectificar a pesar de las numerosas evidencias y de la oposición ciudadana, estando algunos más interesados en defender sus intereses personales que el interés general.

En el caso del trazado previsto para la carretera que afectará a Tamadaba, nos enfrentamos a dos problemas antagónicos que afectan al mismo territorio, ambos perjudiciales. Por un lado, prohibiciones anacrónicas y arbitrarias; por otro lado, un afán depredador de irreversibles consecuencias para el futuro de la isla. Se limita o se prohíbe abusiva y discrecionalmente el tránsito libre por senderos y, de haberlas, no se perciben actuaciones eficaces contra plagas e introducción de especies foráneas agresivas como el rabo de gato, la tórtola turca, cotorras, etc. Esta situación esquizofrénica afecta también al conjunto de la isla, y no son raros los casos en los que los ciudadanos nos alegramos de que, afortunadamente, la propia administración prohibicionista carezca de medios y/o de interés para hacer efectivas determinadas medidas restrictivas. Por eso Gran Canaria necesita, hoy más que nunca, un enfoque global de desarrollo.

Y luego se pretende, sin ningún pudor, engañar a la ciudadanía con la declaración de Gran Canaria como Reserva de la Biosfera.

Se puede estar de acuerdo con esa declaración, siempre y cuando no suponga la exclusión del ciudadano de la naturaleza, pero para ello sería imprescindible, en primer lugar, paralizar ese gigantesco y costoso proyecto de carretera por Tamadaba, una C-80 con todo lo que supone, que solo beneficiará a corto plazo a constructores y especuladores diversos, para terminar de destrozar el único pedazo de costa relativamente bien conservada que nos queda en Gran Canaria. En definitiva, más de lo mismo, alquitrán, cemento, turismo clásico y golf. Las alternativas existentes, impulsadas desde “Tamadaba Sostenible. Otra vía es posible”, alumbran un futuro más humano para el conjunto de la isla, solucionaría los problemas de comunicación de los aldeanos con un coste económico mucho menor, y afectaría menos a Tamadaba.

No se olvide nunca que Gran Canaria es de todos y el bienestar y el futuro de la Aldea nos afecta y nos interesa a todos, no solo a los aldeanos.

Los que solo buscan el beneficio a corto plazo se frotan las manos, prestos a especular con uno de los pocos espacios naturales que quedan bien conservados y el único municipio costero que todavía no ha sido totalmente destruido por la especulación. De no ser por las modificaciones ya realizadas en el pasado sobre el proyecto original, gracias a las presiones de ciudadanos responsables, el daño habría sido espantoso, pero se puede hacer todavía mucho más por Gran Canaria.

Sorprendentemente, en este tipo de problemáticas, se observa una increíble e irresponsable carencia de propuestas alternativas en la oposición política, probablemente ocupada en presentar batalla en cuestiones mas rentables desde el punto de vista electoral.

Algunos pensamos que la costa de Gran Canaria, desde Veneguera hasta Guayedra, merece un destino mejor, un futuro diferenciado respecto del resto de la costa. Para ello, el Cabildo de la isla y el Gobierno de Canarias tienen ahora en sus manos quizás la última oportunidad de afrontar el futuro de Gran Canaria desde una perspectiva nueva, mas inteligente y más creativa. Más sostenible. Ese futuro pasaría, a mi entender, inexcusablemente, por apoyar a la población costera, desde la participación y el encuentro, fomentando su integración con el medio natural, impulsando y aprobando un muy bien dotado económicamente Plan Integral de Desarrollo que convierta, fundamentalmente a La Aldea, aunque también al resto de esa costa, en lo que de hecho ya es, un enclave único y diferenciado totalmente rodeado de los mejores espacios naturales de la isla.

No creo que se deba excluir ni tan siquiera el turismo tradicional, aunque de forma moderada, planificándolo desde una perspectiva nueva (¡no mas nichos ni mamotretos!) y respetuosa con el paisaje. Se trataría de convertir ciertas desventajas, como la lejanía, en un motor de desarrollo imaginativo acorde con el entorno. Y aquí cabe la rehabilitación de casas al estilo canario; el fomento de todo tipo de actividades lúdicas y deportivas en la naturaleza, desde un enfoque medioambiental, aprovechando todos los espacios naturales sin limitaciones absurdas, arbitrarias y mezquinas, pero con una gestión y vigilancia adecuada; parques temáticos; el fomento, de forma respetuosa con el medio ambiente, de actividades tradicionales de todo tipo, desde una perspectiva ecológica, como la implantación de una agricultura y ganadería ecológica, como contraposición al envenenamiento del territorio por el uso masivo que se ha hecho de pesticidas, con efectos ya denunciados en la salud de los aldeanos; el fomento de una gastronomía diferenciada; la introducción de nuevas actividades económicas; etc.

Estoy seguro que los canarios apoyaríamos un proyecto ilusionante como éste, respetuoso con el medio ambiente, ¡un oasis para Gran Canaria!, que, además, a la larga, sería sin duda beneficioso para el futuro turístico y económico de la isla. Los turistas quieren algo mas que cemento y alquitrán. También buscan cultura, gastronomía, tradiciones, belleza natural, tranquilidad, disfrute de la naturaleza, respeto al medio ambiente y desarrollo sostenible.

Pero a nadie se le puede negar el progreso a cambio de nada, como habitualmente se ha estado proponiendo o imponiendo desde determinados sectores ecologistas retardatarios, tanto institucionales como ciudadanos.

Eficiencia energética

Eficiencia energética

Maldita sea la eficiencia

artículo de opinión de Nicols Fox (+)
www.portaldelmedioambiente.com

Lejos de ser la bala de plata contra el cambio climático, la eficiencia es la fuerza impulsora de patrones de consumo cada vez más glotones y de todas las consecuencias de salud y ambientales acarreadas.

Mientras los casquetes polares están pariendo icebergs (témpanos de hielo) del tamaño de pequeños países, los glaciares se están derritiendo y el agua le está llegando hasta los tobillos a los isleños del Pacífico, la respuesta dada por los expertos al cambio climático es virtualmente un coro: apliquen la eficiencia. Desde la planta en la fábrica hasta la cocina en su hogar, hacer las cosas más rápido y usar menos recursos haciendo menos trabajo se han convertido en las metas universalmente aceptadas y en las soluciones elegidas para evitar un mayor cambio climático. Los carros con motores híbridos no usarán tanto petróleo, los hambrientos aparatos eléctricos serán rediseñados para que sean felices con raciones pequeñas de electricidad, el mejor aislamiento térmico significará ahorros sustanciales, y todo esto combinado significará un menor uso de energía. En pocas palabras, una mayor aplicación de la eficiencia nos salvará sin el doloroso sacrificio y sin el ajuste del estilo de vida que tendría que ser hecho.

Y si tú crees eso, problamente pensarás que usar computadoras reducirá el consumo de papel. De hecho, ha sucedido exactamente lo contrario. La facilidad para escribir e imprimir que la computación moderna ha puesto en las manos de todo el mundo ha significado un mayor uso de papel que nunca antes. La eficiencia tiene el hábito de producir consecuencias inesperadas e inintencionadas.

La idea de obtener lo máximo de lo mínimo (esta misma es un resultado de la filosofía del utilitarianismo de Jeremy Bentham del siglo 18) fue un preludio a la revolución industrial. A principios de la década 1900-1910, Frederick W. Taylor llevó la idea más allá. Fundador de la administración científica de las fábricas, Taylor dividió las tareas en acciones específicas y usó análisis de tiempo fraccionado para obtener lo mejor de los trabajadores. El soñó con llevar la eficiencia afuera de la fábrica y aplicarla a cada aspecto de la vida para incrementar la producción a través de toda la sociedad. "Nuestros mayores desperdicios de esfuerzo humano", dijo él, "que ocurren cada día gracias a tales de nuestros actos como son equivocarse, mal encaminarse, o ser ineficiente... son menos visibles, menos tangibles... pero vagamente apreciados". Eramos flojos y podríamos hacerlo mejor.
En gran medida Taylor tuvo éxito. La eficiencia se mudó de la fábrica al hogar. Se ha convertido en el mantra de la época, produciendo la presionada vida moderna, en la cual escurrir cada gota del tiempo del día parace razonable. Cuestionar la eficiencia empieza a sonar como herejía.

Sin embargo, la eficiencia no es solamente el secretito sucio detrás del aumento del uso de energía (las gráficas revelan que aún cuando las cosas que usamos son hechas para ahorrar más energía, el uso de la energía aumenta); la eficiencia es en gran parte la razón por la cual el mundo está experimentando una seria escasés de energía. Hacer más con menos no se ha traducido en usar menos, si no en hacer más y usar más.
La eficiencia se ha instalado en una época dorada de consumo. Reducidos costos de producción han significado que el potencial para acumular bienes de consumo se ha incrementado para todos: más ropas, más bienes del hogar, más artefactos y tonterías, casas más grandes con más baños.

Al hacerse más eficientes los dispositivos y artefactos del hogar demandando menos energía, simplemente hemos aumentado el número de artefactos (o la complejidad de los artefactos), hasta hemos inventado nuevas categorías completas de ellos. ¿Realmente necesitamos dianas electrónicas en la pared para lanzar dardos o porta-corbatas giratorios eléctricos en el armario? ¿los teléfonos celulares son realmente eficientes? ¿o simplemente significan que más gente está hablando con más gente más a menudo que nunca antes, diciéndose muy poco al mismo tiempo?. Ciertamente, los celulares no han reducido la comunicación telefónica. Y su complejidad requiere muchísimo más uso inicial de energía que los teléfonos convencionales.

Las casas con mejores aislamientos no han llevado a la gente a usar menos combustible de calefacción, si no que han alentado el establecimiento de mejores niveles de comodidad. Ahora pueden estar más calientes que lo que jamás hubieran esperado estar, y en vez de usar menos combustible para calefacción están usando la misma cantidad o más. Al mejorar la eficacia del uso de combustible en los carros, cada persona simplemente maneja más y, particularmente en los EE.UU., viven cada vez más lejos afuera de las áreas urbanas donde trabajan.

Pero la eficiencia no está limitada al uso de la energía. Al emplear las flotas pesqueras nuevas tecnologías para encontrar y capturar peces más eficientemente, más gente alrededor del mundo está comiendo más pescado y la provisión de peces se está acabando más rapidamente. Al pasar la tala de madera de sierras de mano a moto-sierras y ahora con taladoras-amontonadoras (grandes monstruos mecánicos que pueden cortar, desrramar y amontonar troncos a ritmos asombrosos), los bosques están siendo desvastados a un paso que hace la sustentabilidad imposible. Al hacerse la norma de una agricultura más eficiente y desarrollarse medios de transporte más eficaces, estamos gastando menos para comer más y nuestras dietas se han expandido desde selecciones limitadas por los climas locales hasta las posibilidades globales. Las estaciones se han desvanecido al posibilitar al consumidor ordinario para que pueda considerar el comer frambuesas o esparragos en cualquier día del año y las aplicaciones mundiales de la eficiencia en la producción y distribución han hecho que el consumirlos sea una posibilidad que hubiera parecido salvajemente lujosa hace una generación o dos.
Pero la eficiencia ha producido algunos verdaderos desastres. Fue en persecución de la eficiencia que el negocio-agrícola (agri-bussiness) llegó a pensar que la idea de reciclar animales muertos para alimentar ganado era buena para la producción de carne y leche. Y sabemos a donde llevó eso. El transporte eficiente en forma de viajes aéreos ha significado que las enfermedades que empiezan en una parte del globo pueden ahora desperdigarse por medio mundo en cuestión de horas. Los camiones y el comercio facilitaron eficientemente la epidemia original del virus del SIDA.

Con una producción eficiente de comida, el procesamiento masivo y la distribución amplia y rápida, el tipo de error que una vez pudo haber producido una emergencia local de envenenamiento en los alimentos puede ahora tener consecuencias nacionales o globales. En 1994 la pobre limpieza de los camiones-tanques que transportaban huevos líquidos resultó en la contaminación de una mezcla para hacer helados que, debido a la producción masiva y el eficiente sistema de distribución nacional de la compañía involucrada, esparció salmonella por todos los EE.UU., resultando en un estimado de 223.000 casos de infección. E.Coli O157:h7, algunas veces llamada "la bacteria de la hamburguesa", era desconocida en 1976; gracias al comercio global de carne, se ha esparcido virtualmente alrededor del mundo para 1996. Los expertos en enfermedades emergentes están observando con precaución la nueva gripe de aves en Asia, sabiendo que una vez que empiece a propagarse de persona a persona las redes globales de transporte podrían rápida, y muy eficientemente, crear una pandemia.
Cuando empiezas a buscar ejemplos del lado feo de la eficiencia se encuentran en todos lados, pero pocas personas le echan la culpa de tanto "stress" y frustaciones comunes de la vida moderna a este principio. Gastar 5 minutos elevadores de la presión arterial en el teléfono oyendo una grabación y apretando botones para la selección del buzón de mensajes que realmente no funcionan es ser víctima de la aplicación de la eficiencia de alguna otra persona. Guste o no, tú eres el nuevo recepcionista de la compañía, haciendo el trabajo que alguien hizo por ti antes. Usualmente, estas transferencias de labor están acompañadas por aquella frase Orwelliana "para su mejor conveniencia". No les crean.
Las compañías te han transferido eficientemente su trabajo a tí cuando te sirves tú mismo, limpias tu mismo la mesa, le echas tu mismo gasolina al carro en la bomba, metes tus propios alimentos en bolsas en el supermercado, pagas tus cuentas y manejas tu dinero en el banco desde tu propia computadora. Pronto, se nos ha dicho, nosotros los sobre-explotados consumidores estaremos conformando nosotros mismos nuestros cheques en el cajero electrónico. Todo esto está creando más productividad y por lo tanto más ganancias para la compañía, pero también más trabajo para el consumidor individual, quien justificadamente se siente agobiado. La frustración y la alienación siguen.
La eficiencia es el perro fiel que te sigue a casa después del trabajo, Las multi-tareas podrán ser buenas para la economía pero no son divertidas para el resto de la familia. Los alimentos rápidos son eficientes, pero el cocinar y comer juntos tiene un valor intrínsico en el establecimiento de la familia. La agenda al minuto es lo que hacen los negocios, no los humanos. Si el tiempo se ha hecho un tirano, hay que echarle la culpa al culto a la eficiencia. La mayoría de las cosas que la gente disfruta, lo esencial para vivir y amar, no son tan eficientes después de todo.
La eficiencia tiene su lugar, pero ya más nunca lo conoce. Y no va a resolver los problemas del sobre-consumo de energía por su propia cuenta. Una re-priorización de valores y una conservación genuina si podrían.

Nicols Fox escribió el libro: "Contra la Máquina: la Tradición Luddite en la Literatura, el Arte y las Vidas Individuales". Y ahora está escribiendo un nuevo libro con el título en borrador de: "El Caso Contra La Eficiencia".
Nicols Fox
Revista The Ecologist (abril 2005)


Paseando por las cumbres de la isla nos hemos llevado la desagradable sorpresa

Paseando por las cumbres de la isla nos hemos llevado la desagradable sorpresa

SUAVE QUE ME ESTÁS MATANDO… (VERSIÓN POLÍTICAMENTE CORRECTA)

Anselmo Marrero Tejera
José Manuel Espiño Meilán (*)
artículo de opinión publicado en www.teldeactualidad.com


¿DELICADEZA MEDIOAMBIENTAL POR PARTE DEL CABILDO?

Paseando por las cumbres de la isla nos hemos llevado la desagradable sorpresa de ver que los trabajos de silvicultura que desarrolla el Cabildo en los montes (aclarado de la arboleda) se llevan a cabo con métodos bastante destructivos, que no respetan el medio.

La retirada de los pinos cortados se hace con maquinaria pesada sin importar la pendiente del terreno y sin respetar el sotobosque, que a la sombra de los pinos crece en el lugar, con lo cual la protección del terreno en caso de aguaceros (habituales en la cumbre) desaparece provocando la aparición de procesos erosivos.

Además, se favorece la desaparición de algunas especies endémicas de la zona.

¿Los técnicos del Cabildo han previsto estos efectos?

Defiéndenos Señor de los “protectores del medioambiente” (Versión popular)

Respeto por favor, respeto por el monte y por todos los seres que lo habitan. Los espacios ajardinados, en su casa por favor.

¿Desarrollo sostenible? ¿Fomento de la biodiversidad? ¿Regulación de los montes canarios?

Muchos conceptos vacíos de contenido.

Muchas expresiones rimbombantes que aplican los técnicos pero que el pueblo, la ciudadanía traduce en: más grúas, más especulación, menos espacios públicos, más compensaciones, menos naturaleza.

Lo que sí hay es muchos asesores de políticos (¿políticos también?) incompetentes, inútiles e ignorantes, en las carteras, consejerías, concejalías o despachos que ostentan.

También hay muchos técnicos forestales, agrícolas, biólogos que afirman lo que no se sostiene, inconexos del medio en que habitan, trazados en sus despachos, sin sentimiento alguno por el espacio afectado, donde jamás leyeron a pie de naturaleza una puesta de sol, un amanecer, la realidad animal, vegetal y humana del lugar.

Es por ello que ante la frustración colectiva de muchos de nosotros (ecologistas, ganaderos, agricultores, yerberos, caminantes, ciudadanos en general…) estemos obligados a manifestar: ya está bien de utilizar los espacios naturales públicos como fincas particulares donde hacer y deshacer cuando les venga en gana.

Y viene a cuento por mil razones que iremos desgranando cuando la adrenalina, el malhumor y este no saber estar social y políticamente correcto se nos manifieste.

La última ha sido esta: ¿Qué se está haciendo con los montes de Gran Canaria?

Un paseo reciente, la ruta que desde Los Llanos de la Pez nos llevó a San Mateo pasando por el roque Saucillo, nos ofreció imágenes como estas.

• Taludes nuevos realizados con maquinaria pesada arrasando literalmente con franjas enteras de pinar.

• Entresacas donde caen los ejemplares más soberbios, los de más edad.

• Al lado mismo de los enclenques pinos que intentaban la búsqueda de la luz, tocones, maderos, leña amontonada… ¿pendiente de un asadero, una serrería, su comercialización…?

¿Otra contrata al uso? ¿Otro negocio solapado? ¿Simple despropósito y abuso del monte público?

A muchos suena que las tramas de la especulación y el pelotazo llegaron a nuestros queridos pinares.

A todos sabe a malestar, enfado, mal rollo. El silencio del espacio alterado y el solajero cascando en nuestras cabezas denuncian una agresión brutal al paisaje.

Seguro que se esconde la falacia de una protección integral de los montes de pinar, el riesgo de incendios, el peligro del monte y demás historias que ellos se inventan y nadie se las cree (algo del tipo: tu vecino es malo, defiéndete; o aquello de: mejor una guerra preventiva por si acaso; o debes ahorrar agua y energía, pero nosotros no te lo vamos a premiar- por ejemplo en los recibos de consumo- … y así tantas historias).

Lo que no se esconde y no dicen es que:

• la erosión baja ya rauda por las trochas abiertas.

• el suelo desaparece para siempre y queda la roca desnuda

• las plantas no prosperan porque las condiciones edáficas y microclimáticas (humedad, insolación, vientos…) son otras.

• los animales del bosque encuentran claros y espacios abiertos donde antes había un pinar natural.

• la masa de pinos cortada produce una cantidad insospechable de madera comercial.

Tocones que lloran savia es lo que queda al paso de las máquinas.

Al lado pisoteada o arrancada de cuajo toda la vegetación arbustiva del pinar.

Alguna moto trialera aprovecha ya estas nuevas pistas para acceder a lugares antes imposibles. ¿Llegarán los quads y los todo terrenos? Algún día hablaremos de ellos.

El pinar ya no es lo que era. Pero esto no es de extrañar, cojan la prensa diaria. No hace mucho un alto cargo de nuestra política insular dejó esta bonita sentencia:

“Los pinares de nuestra isla están llamados a ser el parque urbano de los habitantes de Gran Canaria”.

Pues si es así, sigamos imparables construyendo en todos los rincones, sigamos con el crecimiento vertiginoso poblacional sin control alguno, aumentemos las zonas de asaderos, los rallies, las pistas de motos, coches y otros vehículos en espacios naturales, convirtamos los pinos en leña para quemar y tal vez entonces, a alguien se le ocurra que, en la isla dormitorio que habremos creado es difícil vivir, hay mucho paro y la calidad de vida es muy deficiente.

Pero mientras esto llega, (tiempo al tiempo si no nos movemos antes), gritemos, protestemos, llenemos las calles de nuestras voces y nuestros escritos, denunciemos las desvergüenzas de ladrones y salteadores que vestidos de políticos y mandamases roban nuestro dinero y saquean nuestro patrimonio natural y cultural.

(*) Anselmo Marrero Tejera y José Manuel Espiño Meilán son miembros del colectivo ecologista Turcon.

Voy a hacer un cuarto pileta en la azotea de mi casa.

Voy a hacer un cuarto pileta en la azotea de mi casa.

Artículo de opinión del ingeniero Manuel Fernández (Marzagan, Las Palmas de Gran Canaria)

EL CONCURSO RESTRINGIDO DEL CUARTO PILETA

Voy a hacer un cuarto pileta en la azotea de mi casa.
Como su nombre indica, un cuarto pileta sirve para ubicar la pileta y la lavadora.

Pero uno, que no es tonto, y se fija lo que hace la gente guapa de la capital, aprende rápido: ¡He convocado un concurso restringido de ideas (solo cinco superestrellas del bloque de 20 invitadas, eso si, de cinco barrios diferentes de la capital)!.

El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria dice que es ilegal, y el Gobierno de Canarias, que me tenía concedido una subvención de 300 €, ante la demanda efectuada por el Presidente de la Asociación de Maestros de Obras de Canarias (Demarcación de Las Palmas), por no haber realizado un concurso abierto, con difusión del mismo y por conocer de antemano los autores de los croquis, saltándome, según dicen todas las normas, me ha retirado la subvención. (Yo creo que es envida cochina, de los que no quieren que mi casa progrese).

También ha habido una manifestación de vecinos de mi barrio, que están en contra del proyecto porque dicen que es ilegal, y que quiere que se cuente con ellos.
(60 manifestantes, según la asociación de Vecinos, 6 según el Ayuntamiento).
He nombrado un jurado, compuesto por mi mujer, mis dos hijos y mi hija para que eligiera democrática e imparcialmente el croquis ganador.

Yo soy el Presidente, ¡faltaba más!
Al final hemos optado por coger una idea de Maestro César “El Pelliza” y otra de Maestro Carlos “El Ferralla”, pues si el primero planteaba una tejas muy curiosas en su croquis, el segundo dibujaba una cubierta a cuatro aguas, mientras que el primero, más modesto, había dibujado solo dos.
He mandado hacer una maqueta, y ya me la han entregado.
¡Ha quedado preciosa!.
Tanto es así que en cuanto acabe la exposición de la maqueta de LA GRAN PARIDA, voy a pedir permiso al Ayuntamiento para exponerla en el edificio Miller.
¡Voy a convocar a los medios!¿Que te crees?: prensa radio y televisión, y voy a invitar a los Maestros de obra ganadores. Invitaré a todos mis amigos, empleados y a los que me han solicitado empleo en los últimos tres años, y les pediré que si les gusta la maqueta del cuarto pileta que me aplaudan al final de la presentación.

Lo que no logro entender es porqué el Ayuntamiento dice que es ilegal, así como porqué el Gobierno de Canarias me ha retirado la subvención.

Vamos a ver, a mi me parece que aquí hay dos varas de medir.

¿No fue el Ayuntamiento el que tiró (con nocturnidad y alevosía) el edificio Woermann que estaba protegido?
¿No era acaso el Ayuntamiento quién tenía que protegerlo?
¿Y yo no puedo hacer un cuarto de pileta en la azotea de mi casa?
¿Pero no iban a hacer una biblioteca pública en una de las plantas de dicho edificio?
¿No permutaron dicha planta por un solar del Gobierno de Canarias calificado como de uso cultural o educativo en Tafira?
¿Para hacer la biblioteca allí? ¡No!, ¡Para recalificar los terrenos y hacer dúplex, que la vida está muy achuchada, y no solo con multas se financia el ayuntamiento! Entonces… ¿Dos espacios dedicados a la cultura eliminados de carambola?¡¡Sí!! ¡Total, si aquí no leen sino cuatro y además suelen ser rojos!¿Y la promesa que hicimos de montar la biblioteca pública como justificación para derribar el viejo edificio Woermann?
¡El edificio ya está hecho! Además, como en el Quijote, “De cuyo nombre no quiero acordarme” Así me lo aprendí yo.
Pero…¿No es el Ayuntamiento el que quiere hacer un hotel, un gran edificio de viviendas y una marina en el Istmo, a pesar de que el Ministerio de Fomento ha dicho que es ilegal, que la U.E. se ha pronunciado diciendo que es ilegal y que 6000 vecinos se manifestaron porque el proyecto era ilegal?
¿Y yo no puedo hacer un cuarto de pileta en la azotea de mi casa?
Pero…, ¿No fue el Ayuntamiento quién insistió para que el anterior presidente de la Autoridad Portuaria acortara la longitud de dique Reina Sofía en unos cientos de metros? Y resultó que era ilegal, retirando la UE la euromillonaria subvención anteriormente concedida?
¿Y no fue la Autoridad Portuaria, la que, como consecuencia del acortamiento del dique Reina Sofía, quién otorgó a dedo la ejecución del espigón de la Esfinge para compensar la pérdida ocasionada por dicho acortamiento, a las empresas que estaban ejecutando esa obra? Y resultó ilegal, puesto que tenía que haberse sacado a concurso.
¿Y yo no puedo hacer un cuarto de pileta en la azotea de mi casa?
Pero…¿No es el Ayuntamiento quien está haciendo las obras del Guiniguada para tirar el escalextric? ¿Pero es que el servicio de Carreteras del Gobierno de Canarias no advirtió hace apenas dos meses al Cabildo de Gran Canaria que parte de las obras que se están efectuando en el entorno del escalextric del teatro Pérez Galdós son inseguras para los conductores, y que, además dichos trabajos no tienen autorización, habiendo solicitado en febrero pasado a dicha institución insular que debía ordenar la paralización de los trabajos?
¿No es acaso cierto que el Cabildo, en un dictamen del 31 de enero avise que la ejecución de obras sin autorización puede suponer “una infracción grave”, ya que “puede afectar a la seguridad de la circulación rodada y de los peatones”?
¿No es acaso más cierto aún, si cabe, que el servicio de carreteras no sólo apela a las condiciones de seguridad, sino que se apoya en la inexistencia de planes urbanísticos que avalen la actuación (un plan territorial parcial que debe realizar el Cabildo, y otro especial que es competencia del Ayuntamiento)?
Pero… ¿Es cierto que además, estas obras se están realizando con la partida (9 millones de euros) destinada a la construcción de un cuarto carril desde Lady Harimaguada hasta la calle Bravo Murillo, hacia el mar, lo que ha sido duramente criticado por la oposición municipal?.
Y pregunto yo, ¿Para construir el cuarto carril tendrán que demoler la enorme tubería que hormigonaron como si fuese un dique y que acaban de poner hace solo un par de meses, desde el teatro a Bravo Murillo?
Y yo pregunto, ¿Se puede hacer una obra con el dinero destinado a otra?
¿Estará pensando la primera autoridad municipal de nuestra capital que le legalice las obras clandestinas Don Guillermo Reyes, ahora que donde dijo digo, digo Diego?
¡Y yo no puedo construir un cuarto pileta en la azotea de mi casa! ¡Con mi propio dinero!

Manuel Fernández. Mafersa

Estudiando la factibilidad del hidrógeno como energía

Estudiando la factibilidad del hidrógeno como energía

Cristian Frers
Técnico Superior en Gestión Ambiental y Comunicación Social

La tecnología del hidrógeno puede ser una de las alternativas energéticas al petróleo que permita sortear los problemas ambientales que plantea el actual uso de combustibles fósiles, que es insostenible, pero sólo en el plazo de varias décadas, y a condición de que se invierta masivamente desde ahora. Históricamente y desde hace algo más de doscientos años, el manejo por parte del hombre de formas de energía de mayor densidad que la leña, como el carbón, luego el petróleo y ahora el gas natural han brindado junto a la tecnología de conversión del calor en trabajo mecánico y electricidad, aquellas otras tecnologías que facilitan y permiten acceder a superiores servicios de transporte, fuerza motriz, comunicaciones, confort en el hogar y perfeccionamiento del comercio.

El conjunto de tecnologías especialmente desarrolladas en el siglo XX, ha elevado el nivel de consumo de energía per capita en la mayoría de los países. Ese parámetro se toma como sinónimo de bienestar.
También, esa mayor cantidad de energía permite incrementar la producción de alimentos, considerando que el riego y los fertilizantes son en buena medida el resultado del dominio energético dentro del bagaje cultural evolutivo de la humanidad, hechos que han posibilitado el incremento vertiginoso de la población global. Toda esta bonanza que parecía orientada hacia un destino continuo y mejor, colapsa y resulta inconveniente para el interés común.

Afortunadamente, el ingenio humano, impulsado muchas veces por la necesidad de encontrar alternativas, logrará en las fuentes renovables directas o derivadas del sol, como el viento, la hidráulica, la geotermia y la biomasa el recurso energético primario que le permita mantener el consumo per capita e incluir al tercio de población mundial, hoy todavía carente de servicios energéticos. Esto permitiría que el hombre no sea dependiente exclusivo de la tracción a sangre o la leña, cuando se tiene, empleada directamente como fuente de calor. Así, aparece el hidrógeno, elemento en estado gaseoso en condiciones ambientales normales, pero que es factible de almacenamiento, transporte y distribución, lo que permite su aplicación a cualquier segmento de la demanda.

El hidrógeno fue descubierto por el científico británico Henry Cavendish, en 1776, quién informó de un experimento en el que había obtenido agua a partir de la combinación de oxígeno e hidrógeno, con la ayuda de una chispa eléctrica. Como esto elementos, no eran conocidos los denomino “aire sustentador de la vida” y “aire inflamable” respectivamente. El químico francés Antoine Lauren Lavoisier consiguió repetir con éxito el experimento en 1785 y dio el nombre de oxígeno al “aire sustentador de la vida” y el de hidrógeno al “aire inflamable”.

El hidrógeno es el elemento más ligero, más básico y más ubicuo del universo. Cuando se utiliza como fuente de energía, se convierte en el combustible eterno. Nunca se termina y, como no contiene un solo átomo de carbono, no emite dióxido de carbono. El hidrógeno se encuentra repartido por todo el planeta: en el agua, en los combustibles fósiles y en los seres vivos. Sin embargo, raramente aparece en estado libre en la naturaleza, sino que tiene que ser extraído de fuentes naturales.

El hidrógeno es un elemento químico que contiene energía y que puede ser almacenado en forma líquida o gaseosa. Es 14 veces más ligero que el aire, incoloro, inodoro y no tóxico, ya que su único producto luego de la combustión es agua. El hidrógeno no es fuente primaria de energía, no es un combustible que podamos extraer directamente de la tierra como el gas natural.

La fuente más común de hidrógeno es el agua. Se obtiene por la descomposición química del agua en oxígeno e hidrógeno partir de la acción de una corriente eléctrica (electrólisis) generada por fuentes de energía renovable (solar fotovoltaica, eólica, etc.). Este proceso divide el agua, produciendo oxígeno puro e hidrógeno. El hidrógeno obtenido puede ser comprimido y almacenado en celdas por varios meses hasta que se lo necesite. El hidrógeno representa energía almacenada, se puede quemar como cualquier combustible para producir calor, impulsar un motor, o producir electricidad en una turbina.

¿Qué pasaría si todos los vehículos obtuvieran de repente su energía a partir de células de combustible basadas en el hidrógeno?. Distintos estudios sostienen que tal conversión mejoraría la calidad del aire, la salud humana y el clima, sobre todo si se utilizara el viento en la generación de la electricidad necesaria para extraer el hidrógeno del agua en un proceso sin contaminación.

De forma semejante a cómo se bombea el gas en tanques, el hidrógeno se bombearía en células de combustible que se basan en procesos químicos y no en la combustión, para impulsar los vehículos. Cuando el hidrógeno fluye a través de los compartimientos de la célula de combustible, reacciona con el oxígeno para producir agua y energía.Tal conversión podría evitar anualmente millones de casos de enfermedades respiratorias y decenas de miles de casos de hospitalización.

La conversión de todos los vehículos actuales en vehículos alimentados por células de combustible recargadas por el viento, podría hacerse a un costo de combustible comparable con el de la gasolina, e incluso menor si se consideran los efectos de la gasolina sobre la salud.

Las ventajas de utilizar el hidrógeno como energía son:

-No produce contaminación ni consume recursos naturales: El hidrógeno se toma del agua y luego se oxida y se devuelve al agua. No hay productos secundarios ni tóxicos de ningún tipo que puedan producirse en este proceso.

-Seguridad: Los sistemas de hidrógeno tienen una historia de seguridad muy impresionante. En muchos casos, el hidrógeno es más seguro que el combustible que está siendo reemplazado. Además de disiparse rápidamente en la atmósfera si se fuga, el hidrógeno, en contraste con los otros combustibles, no es tóxico en absoluto.

-Alta eficiencia: Las celdas de combustible convierten la energía química directamente a electricidad con mayor eficiencia que ningún otro sistema de energía.

-Funcionamiento silencioso: En funcionamiento normal, la celda de combustible es casi absolutamente silenciosa.

-Larga vida y poco mantenimiento: Aunque las celdas de combustible todavía no han comprobado la extensión de su vida útil, probablamente tendrán una vida significativamente más larga que las máquinas que reemplacen.

-Modularidad: Se puede elaborar las celdas de combustible en cualquier tamaño, tan pequeñas como para impulsar una carretilla de golf o tan grandes como para generar energía para una comunidad entera. Esta modularidad permite aumentar la energía de los sistemas según los crecimientos de la demanda energética, reduciendo drásticamente los costos iniciales.

Lo novedoso de esta tecnología es que la producción de hidrógeno es realizada a partir de fuentes de energías renovables. La economía del hidrógeno posibilita una enorme redistribución del poder, con consecuencias trascendentales para la sociedad. El hidrógeno tiene el potencial de poner fin a la dependencia que el mundo tiene del petróleo importado y de ayudar a eliminar el peligroso juego geopolítico que se está dando entre los países musulmanes y los países occidentales. Reducirá drásticamente las emisiones de dióxido de carbono y mitigará los efectos del calentamiento global. Y dado que es tan abundante y existe en todas las partes del mundo, todos los seres humanos dispondrán de energía.

No desarrollar en la Argentina una tecnología nacional para el manejo del hidrógeno sería equivalente a una dependencia como la que nuestro país tuvo hacia finales del siglo XIX con la importación de carbón, que superaba el millón de toneladas para poder hacer funcionar las locomotoras y el ferrocarril. Situación que se repitió a principios del siglo XX con la dependencia de los combustibles derivados del petróleo. El caso más patético ocurrió cuando el General Enrique Mosconi buscaba asegurar el abastecimiento de carburante para los aviones que conformaban nuestra incipiente aviación. En aquel momento, 1922, las condiciones exigidas por uno de los gigantes petroleros que monopolizaban la venta de naftas impulsó, por iniciativa del General Mosconi, a que nuestro país encarara una Industria Nacional de Hidrocarburos. Buena parte del resto es historia

En la búsqueda de una fuente de energía más limpia, la culminación debe ser el hidrógeno mismo; hoy se están desarrollando tecnologías para hacer esto realidad. El hidrógeno tiene el potencial de ser utilizado en prácticamente todas las aplicaciones donde actualmente se utiliza combustible fósil, por lo que podríamos alcanzar pronto una economía de hidrógeno.

Nos hallamos en el vértice de una nueva época histórica en la que todas las posibilidades se mantienen abiertas. El hidrógeno, la materia misma de las que están hechas las estrellas como nuestro sol, esta comenzando a ser controlado por el ingenio humano y aprovechado para fines humanos. Proyectar la ruta adecuada al comienzo del viaje es esencial si queremos convertir la gran promesa de una era del hidrógeno en una realidad viable para nuestro hijos y en un valioso legado para las generaciones que vendrán atrás nuestro.

La imparable demanda de crudo está convulsionando los precios del petróleo

La imparable demanda de crudo está convulsionando los precios del petróleo

OPINION
Esta vez, el lobo está aquí

FELIX BORNSTEIN (*)

Mediada la década de los 60 del siglo XX, Arabia Saudí producía 1,4 millones de barriles de petróleo al día, que las compañías petroleras occidentales compraban por menos de dos dólares el barril. En 1973, la producción saudí ya ascendía a 7,6 millones de barriles diarios, que se vendían a 3,6 dólares. Con las mayores reservas del mundo en sus yacimientos, Arabia Saudí controlaba la OPEP e imponía los precios del cártel en el exterior, basados en una capacidad de bombeo que crecía exponencialmente (hoy la cuota saudí es de un 17% de la producción mundial). Los precios anteriores contrastan brutalmente con el coste del crudo alcanzado esta semana, por encima de 74 dólares el barril de petróleo Brent. Desde 1975 y hasta comienzos del año 2000, el precio del petróleo Brent (el de referencia para los consumidores europeos) ha fluctuado en una franja de 10-15 dólares el barril, una cifra que parecía natural en un mercado que mantenía, sobresaltos aparte, bastante equilibrio entre la oferta y la demanda. Esta ecuación se rompió en numerosas ocasiones, pero en su mayor parte lo hizo por causas extraeconómicas, ajenas a los factores ordinarios del mercado.Así, en octubre de 1973, la OPEP suspendió la venta de petróleo a las naciones aliadas de Israel, 10 días después del inicio de la Guerra del Yom Kippur que enfrentó a este país con Siria y Egipto, un boicot que sólo finalizó el 19 de marzo de 1974.El coste del crudo se disparó, aunque su nivel de entonces hoy nos parece ridículo (al terminar 1974, el petróleo de la OPEP cotizaba a 11,65 dólares el barril). Mucho mayor impacto en los precios tuvo, en 1979, la revolución islámica en Irán y, sobre todo, el inicio en 1980 de la guerra de este país con Irak, un año en que el coste del barril ascendió a casi 40 dólares. La orgía en los precios, debida también a la política sistemática de recortes en la producción seguida por la OPEP, continuó hasta 1983, en que tocó techo, para caer, primero con suavidad, y luego vertiginosamente en 1986, año que pareció ser el de la reinvención del túnel del tiempo, pues el barril se estabilizó nuevamente en el entorno de los 10-15 dólares, que, salvo contadas excepciones, no abandonaría hasta el inicio del nuevo milenio. Hasta 1983, los precios venían respondiendo a las estrategias sobre la oferta ejecutadas por los países productores liderados por Arabia Saudí, mientras que la demanda se mantenía en unos niveles relativamente estables. Esta contención natural del consumo dotaba de bastante elasticidad a la demanda de crudo, lo que propició una reordenación de los precios. Los altos costes incentivaron la búsqueda y la explotación intensiva de nuevos yacimientos, como los del Mar del Norte, y la perforación de pozos adicionales, como los texanos a partir de 1981. Al mismo tiempo, las economías occidentales acentuaron el uso de energías alternativas. La contracción de la demanda forzó a los países productores, especialmente a Arabia Saudí, a incrementar la producción, con lo que los precios, ante la sobreabundancia de oferta y las tensiones internas en la OPEP, cayeron en picado. Pero este idílico escenario para los consumidores occidentales se desplomó con la irrupción en los mercados mundiales, muy visible desde el año 2000, de la India y, sobre todo, de China, una economía que está creciendo de manera prolongada a tasas anuales de dos dígitos. Su demanda energética se ha vuelto insaciable y ha ocasionado una revolución en los precios que parece no tener fin, mostrando las limitaciones de la oferta de crudo, así como las insuficiencias actuales en la capacidad de refino. Si al panorama anterior se añaden complicaciones extraeconómicas del lado de la oferta, como la crisis nuclear iraní o los conflictos de Nigeria, el fantasma de un nuevo shock petrolero toma cuerpo y amenaza gravemente a la economía global. En un artículo publicado en Foreing Affairs en 1973, James E.Atkins se mostraba muy alarmista sobre las consecuencias de la primera crisis energética. Su colaboración se titulaba The Oil Crisis: This Time the Wolf is Here. Atkins se equivocó en el tiempo, pero esta vez parece que el lobo de Atkins ya está aquí.

Félix Bornstein es abogado


Los colonizadores europeos extendieron el mito de América como un territorio virgen

Los colonizadores europeos extendieron el mito de América como un territorio virgen

Artículo de opinión de Antonio Muñoz Molina
Escritor, director del Instituto Cervantes de Nueva York

Los colonizadores europeos extendieron el mito de América como un territorio virgen
apenas habitado por unos pocos salvajes. Lo cierto es que, en vísperas del viaje de Colón,
el Nuevo Mundo estaba más densamente habitado que Europa.

Fuente: muyinteresante.com

La amplitud intacta y en gran parte deshabitada de la naturaleza americana es uno de los grandes mitos del primitivismo, tan poderoso como el de los nativos felices de las islas del Pacífico. Los viajes de Bougainville y de Cook a la Polinesia inspiraron a Rousseau la leyenda de la bondad originaria del ser humano, corrompida lamentablemente por la civilización. Los cuadros de George Catlin, las crónicas de las exploraciones del Oeste, los relatos de Fenimore Cooper y de Chateaubriand, los grabados botánicos y ornitológicos de los naturalistas, introdujeron en nuestra imaginación la idea de un continente inmenso, de praderas oceánicas, poblado apenas por nativos nómadas y cazadores y por multitudes de animales salvajes, bisontes, ciervos, pájaros tan numerosos que sus migraciones llenaban toda la anchura del cielo. Para los europeos y americanos expansionistas, esa naturaleza, tan indeterminada como un mapa en blanco, ofrecía una posibilidad, un destino grandioso de colonización, sin más impedimento que la presencia molesta de los indios, supervivientes de un mundo arcaico cuyo destino era extinguirse para dejar paso a los emisarios del progreso, a los ingenieros y trabajadores de los ferrocarriles, a los rancheros y a los ganaderos, a las grandes compañías que explotaban las minas y creaban la poderosa musculatura industrial de América. El sueño progresista parece del todo inverso, pero se basa en el mismo principio, en la convicción de que una naturaleza virgen había precedido a la llegada del hombre blanco a América, de un paraíso ecológico en el que los indios, a diferencia de los europeos, habían sabido integrar armoniosamente sus formas de vida milenarias.

- Las bacterias y virus de sus enfermedades fueron las armas más poderosas -

Ambos relatos, tan enraizados en nuestra imaginación gracias al cine, tienen una poderosa magia narrativa, pero parece ser que son igualmente falsos. Investigaciones cuidadosas en los últimos años han mostrado que los indios cazadores de las praderas no vivían en esa intemporalidad arcaica de las leyendas románticas, en esa cultura sagrada e inmóvil que a todos nos ha gustado imaginar: las sociedades cazadoras y nómadas, dependientes del caballo y del bisonte, se extinguieron del todo y sin remedio en la segunda mitad del siglo XIX, pero en realidad no se habían sostenido sobre tradiciones milenarias, sino sobre una innovación bastante tardía, la doma de los caballos salvajes, que también eran unos recién llegados en América, pues descendían de los caballos traídos por Hernán Cortés.

Y las praderas sin límites, las manadas innumerables de bisontes, tampoco eran un regalo de la naturaleza: eran la consecuencia de una masiva mortandad que empezó a despoblar el continente con rapidez pavorosa cuando los primeros europeos llevaron consigo sus armas de guerra más poderosas, no los mosquetes ni los cañones, ni las corazas, ni las espadas de acero, sino las bacterias y los virus de sus enfermedades. La naturaleza que tanto sedujo a los exploradores europeos había sido creada por ellos mismos desde el primer día que desembarcaron en América.

Lo cuenta el historiador Charles C. Mann en un libro erudito y deslumbrante, 1491: el continente que no mucho después se llamaría América estaba en vísperas del primer viaje de Colón más densamente habitado que Europa, y el estado de atraso que los viajeros colonialistas miraban con desdén y los antecesores del ecologismo identificaron con una especie de amenazado paraíso no era un indicio de que a aquellos hombres y mujeres les faltaba mucho para llegar a la plena civilización, sino de que las civilizaciones creadas por ellos se habían derrumbado. En la ortodoxia histórica europea, los cazadores y los recolectores son los antepasados de los campesinos: pero en América eran con mucha frecuencia sus descendientes, porque fue la ruina de la agricultura por culpa de las invasiones y de las enfermedades la que creó paisajes que unos siglos después ya parecían vírgenes, habitados por manadas ingentes de animales salvajes que sólo habían podido reproducirse tanto al desaparecer la competencia de los seres humanos.

Poco a poco, gracias al trabajo de los arqueólogos que excavan ciudades perdidas y canales de riego abandonados, que estudian bajo el suelo de las praderas los residuos de plantas cultivadas, la leyenda romántica empieza a deshacerse. Lo que parecía el territorio del Génesis resulta ser el paisaje de un apocalipsis que no tiene comparación en la historia humana. La conquista de América no la llevaron a cabo conquistadores heroicos, según nos contaban en la escuela franquista, ni renegridos españoles genocidas, según la leyenda torva que todavía tiene tanto crédito en el mundo: la viruela, la sífilis, el sarampión, la gripe, arruinaron ciudades, dejaron despobladas y estériles llanuras de regadío, condenaron a los supervivientes a formas miserables de subsistencia, crearon las selvas y las praderas, las amplitudes de una naturaleza a la que los seres humanos no estaban a punto de llegar, sino de la que habían sido borrados.

Límites a la transformación y ocupación del territorio

Límites a la transformación y ocupación del territorio

Carlos Martínez Camarero
Responsable Adjunto del Departamento Confederal de Medio Ambiente de CC.OO.

Todas las civilizaciones humanas han sustentado su base material fundamentalmente en dos factores: los recursos que les ha proveído el territorio donde se asientan y los niveles tecnológicos alcanzados por cada una de ellas.

Nos referimos a los recursos disponibles por las sociedades en sentido amplio, tanto los minerales y el agua, como los factores climáticos y la productividad del suelo o como la diversidad biológica o el paisaje. De todo ello se obtiene alimento, riqueza y bienestar.

Durante muchos siglos, o mejor dicho milenios, se modificó relativamente poco el territorio. Grandes extensiones fueron dedicadas a los cultivos agrícolas y a usos ganaderos, se construyeron pueblos y ciudades, así como caminos, carreteras y puertos. A pesar de la deforestación que implicaron, la agricultura y la ganadería fueron durante mucho tiempo compatibles con la conservación de los ecosistemas.

La era industrial que comenzó en el siglo XIX significó un aumento importante de los niveles de apropiación de recursos no renovables (combustibles fósiles, minerales..) y de la contaminación del aire y del agua. Las industrias y lo que estas trajeron asociado (el consumo de madera en una primera fase como combustible, el ferrocarril, la expansión de las ciudades, el automóvil, los residuos no bidegradables...) comenzaron a suponer, también, una ocupación y una alteración del territorio considerable.

Pero es a partir de los cambios operados en el desarrollo tecnológico e industrial posterior a la segunda guerra mundial cuando se producen una serie de fenómenos que, al mismo tiempo que incrementan la contaminación del medio, van a suponer un uso abusivo del territorio. Nos referimos, entre otros, a la expansión urbana dispersa, a la segregación espacial de actividades asociada al uso del automóvil, al desarrollo de infraestructuras viarias de gran capacidad y, más recientemente, a la explosión del turismo masivo y de las segundas residencias.

La capacidad de extraer, transformar y, sobre todo, producir bienes materiales de este modelo industrial es tan extraordinaria que hace tiempo ya que hemos superado los niveles de satisfacción de nuestras necesidades básicas. Eso sí, los hemos superado sólo una pequeña parte de la población mundial y a costa, además, de alterar nuestro ecosistema de manera insostenible, es decir, de forma que no vamos a poder mantener durante mucho tiempo este modelo. La expansión de este no encuentra correlato en el mero aumento de la población, que en los países accidentales se ha contenido notablemente en las últimas décadas, sino en el potente desarrollo tecnológico que ha aumentado inusitadamente la capacidad de aprovechamiento y alteración de los recursos.

Dejando a un lado el problema del cambio climático, el de la contaminación tóxica local y global y el de la pérdida de biodiversidad, uno de los problemas más importantes a escala mundial que genera este modelo de producción es el de la creciente colonización y degradación del territorio.

El problema de la ocupación de espacio derivada de los fenómenos de expansión urbana y de construcción de infraestructuras de todo tipo (de transporte, industriales, turísticas y de ocio, energéticas, hidráulicas...) supone la pérdida de amplios espacios naturales que son soporte de la diversidad biológica y de suelo fértil que podía destinarse a cultivos agrícolas o a aprovechamiento forestal. Influye también negativamente en la capacidad de absorción de agua por el subsuelo dificultando la recarga de los acuíferos y produce asimismo un gran deterioro de la calidad paisajística y cultural.

Junto a la colonización y ocupación del espacio está la degradación ambiental del suelo, del subsuelo, de las aguas y de aire que implican los mencionados fenómenos. La expansión urbana genera, particularmente, un fuerte aumento del consumo energético.

Situación en España

El fenómeno y los problemas descritos se han disparado espectacularmente en España en los últimos años. A finales de 2004 se hizo público un censo del suelo, coordinado por el Instituto Geográfico Nacional y realizado a partir del procesamiento de imágenes por satélite, cuya conclusión principal es que en la década de 1990 a 2000 la superficie urbanizada aumentó de media en España un 25%. En la Comunidad Valenciana, Madrid, Navarra y Murcia el aumento fue mucho mayor, en torno a un 50%.

Los resultados de este censo son definitivos a la hora de calibrar los cambios de uso del suelo en nuestra geografía ya que supone una fotografía basada en satélites de alta resolución que saca a la luz los datos tanto de urbanización legal del suelo como de construcciones ilegales que, como ya se sabía, se pueden contar por decenas de miles.

Hay que señalar, obviamente, que este censo no incluye los datos de estos últimos 4 años (2001-2004) que han sido los de un crecimiento urbanizador mayor. En el período mencionado de 1990 a 2000 la superficie urbanizada aumentó en 170.726 hectáreas, mientras que la de bosque disminuyó en 239.248 hectáreas. Las hectáreas dedicadas a cultivos agrícolas aumentó ligeramente en 31.763. En el mismo período la población española aumentó en un 5%.

La vivienda

En España, desde hace 10 años, se bate cada año el record de viviendas construidas respecto del anterior. En el año 2004 se construyeron 675.000 viviendas nuevas. Como es obvio en esta cifra no están contempladas las que se construyen de forma ilegal.

La situación no tiene parangón en Europa: el año pasado se construyeron en España más viviendas que en Francia, Alemania e Italia juntas. España es el país europeo que más viviendas totales tiene por cada 1.000 habitantes (más de 500). Asimismo, sólo somos superados por Grecia en cuanto a menos viviendas anteriores a 1945 respecto del total de viviendas. El porcentaje es de aproximadamente el 12%, frente a países que tienen más del 30% como Dinamarca, Gran Bretaña, Francia, Bélgica o Italia. Incluso Alemania, que sufrió una destrucción impresionante de su patrimonio inmobiliario durante la segunda guerra mundial, tiene en torno a un 27% de viviendas anteriores a dicha fecha.

Algunos datos más nos servirán para diagnosticar mejor las características de la situación. Del parque de viviendas existentes en 2001, un 30% tiene un uso distinto al de residencia habitual. Mas en concreto 3.323.000 (un 16%) se tipifican como segunda residencia y 2.900.000 (un 14%) están desocupadas. De estas últimas la tercera parte están en zonas rurales en declive o tienen una deficiente conservación, pero 2/3 (es decir unos 2 millones) son aprovechables.

Como destaca el informe “Una nueva cultura para afrontar el creciente problema de la vivienda en España” elaborado por el Gabinete Económico Confederal de CC.OO. y actualizado en junio de 2005, un aspecto muy importante a destacar es que de las viviendas construidas “el protagonismo de las viviendas de tipo libre ha aumentado su presencia hasta alcanzar el 88,4% del total en 2003”. Por el contrario las protegidas no han hecho más que descender desde principios de los años 80 en que representaban aproximadamente la mitad.

Otro aspecto a considerar es que el porcentaje de viviendas en alquiler no ha hecho más que bajar de un 42,5% del total en 1960, a un 18% en 1990 y a un 11,3% en 2001. Por el contrario, en la Unión Europea en el año 2000 se mantenía una media de un 39% de viviendas en alquiler. En países como Alemania (57%), Holanda (52%) o Francia (46%) el porcentaje de alquileres es mucho mayor.

El aumento del número de viviendas en el período 1991-2001 ha cuadruplicado la población española en ese mismo período. Como señala el profesor de economía aplicada de la Universidad de Valladolid Oscar Carpintero la situación española se caracteriza por la elevada construcción de viviendas respecto del escaso crecimiento demográfico y el moderado aumento de hogares y por el fuerte aumento del precio de la vivienda frente al aumento moderado de la renta. Según él esto ha dado lugar a una extraordinaria revalorización del patrimonio inmobiliario, a grandes dificultades de acceso a los no propietarios, a un extraordinario auge de la demanda especulativa y a un aumento de la polarización social.

Como también señala el informe de CC.OO. señalado anteriormente “El precio de la vivienda influye directamente en la calidad de vida de los trabajadores, pero además delimita su renta disponible, influyendo, por tanto, en las reivindicaciones salariales dentro de la negociación colectiva”.

El extraordinario auge de la construcción de viviendas ha generado indudablemente mucho empleo en el sector pero ha impedido el acceso generalizado a una vivienda digna, ya que dicha demanda se ha construido por una suma de intereses derivados de la consideración de la vivienda “como bien de inversión, con el mero objetivo de obtener una plusvalía revendiéndola a un precio mayor o para alquilarlas”. En esta dinámica ha influido, también, la presión de la demanda extranjera de segundas residencias. Esto ha venido acompañado de un traspaso de elevadas cantidades de dinero antes situados en las bolsas de valores al sector inmobiliario.

El informe sobre la vivienda de CC.OO. mencionado anteriormente señala que el precio de la vivienda no se construye tanto en función de los costes de la misma como en función de las expectativas de venta del promotor. De esa manera un descenso en el precio del suelo, que es lo que la “doctrina oficial” está apuntando como solución a la escalada actual, “no tiene porqué implicar necesariamente una reducción de los precios de las viviendas y sí, posiblemente, un aumento del margen de beneficio de los promotores”. El documento apunta que “el problema estallará en toda su magnitud cuando la burbuja inmobiliaria no pueda seguir creciendo y no exista demanda solvente suficiente que permita un crecimiento indefinido del precio final de venta”.

El incremento espectacular de la construcción de viviendas en España está generando no sólo los problemas sociales descritos respecto del acceso a la vivienda y el riesgo de abrir una crisis en el sector, sino los problemas ambientales y territoriales que se apuntaron anteriormente.

El modelo urbanístico

Los problemas del impacto para el medio ambiente derivados de la construcción de viviendas o segundas residencias no sólo tienen que ver con el número de ellas construidas, sino con el modelo de ciudad que se está desarrollando y, probablemente, consolidando.

Durante mucho tiempo las ciudades y pueblos españoles se caracterizaron por la integración de usos (trabajo, ocio, residencial, comercio..) y la construcción compacta. Es lo que se ha venido denominando “ciudad mediterránea”. Este modelo permite un mejor aprovechamiento espacial y modera las necesidades de movilidad motorizada.

Sin embargo, desde hace tiempo se está empezando a imponer otro modelo, denominado “anglosajón”, que se basa en la construcción dispersa (chalets, adosados..) y en la segregación espacial de las actividades que desarrollamos. Muchos son los factores que han permitido que se desarrolle este cambio, pero uno de ellos ha sido la imagen distorsionada para muchas personas de que a la felicidad de podría acceder mejor disponiendo de unos cuantos metros cuadrados de césped.

Las consecuencias territoriales de este tipo de urbanismo son muy negativas. El modelo de construcción dispersa o de baja densidad consume, lógicamente, mucho más suelo y muchos más recursos al necesitar la urbanización (calles, aceras..) de un espacio mucho mayor. A estas zonas es mucho más difícil dotarles de unos servicios de transporte urbano adecuados, por lo que el uso del automóvil se convierte en la mayor parte de las ocasiones en imprescindible.

La dinámica es perversa porque el uso del vehículo privado exige la construcción de carreteras y vías de alta capacidad, que enseguida se colapsan y que demanda, a su vez, nuevas infraestructuras que no siempre resulta viable atender. En ocasiones porque ya no se dispone de suelo para ello.

Estas infraestructuras para el transporte privado no sólo son la consecuencia de este modelo de urbanismo, sino que con demasiada frecuencia se desarrollan para que se conviertan en un eje vertebrador y generador de nuevos desarrollos urbanísticos. La ordenación territorial “mallada”, el desarrollo de más cinturones de circunvalación en las ciudades no sólo imponen un modelo de transporte determinado, sino que conforman la ciudad dispersa.

La Unión Sindical de Madrid Región (USMR) de CC.OO., por ejemplo, viene denunciando reiteradamente la política urbanística y muchos proyectos de infraestructuras asociados a la misma que está propiciando el Gobierno autonómico madrileño desde hace tiempo. Comisiones Obreras estima que esta política puede llevar al colapso territorial y a la insostenibilidad ambiental a una región que soporta ya una gran presión humana en un espacio relativamente reducido.

Un fenómeno particularmente importante para los sindicatos es el cambio que se ha ido operando en las últimas décadas en la movilidad al trabajo. En lo que hemos denominado ciudad compacta el trabajo estaba más cerca de la vivienda. Había, además, más estabilidad tanto en un aspecto como en el otro. A los polígonos industriales que estaban en las afueras se acudía en autobús de empresa, las denominadas “rutas”.

Ahora, cada vez más, el centro de trabajo está mucho más lejos de la vivienda y el transporte público muchas veces o no existe o es muy deficiente en términos, sobre todo, de frecuencias y de recorridos. Particularmente grave en cuanto a falta de transporte público es la situación de la mayoría de los polígonos industriales o empresariales, que normalmente suelen estar muy mal comunicados por autobuses con los centros urbanos. Se necesita mucho más el automóvil, y a veces, aunque no se necesite, también se utiliza.

El problema es serio porque, además de los impactos de contaminación global y local y de congestión urbana, la actual situación supone un elevado coste económico para los trabajadores, una importante siniestralidad “in itinere”, aumento del estrés y empeoramiento, en general, de las condiciones de vida. Es por tanto un problema que tiene una clara vertiente sindical. Es una necesidad urgente abordar este aspecto y actuar a nivel territorial (con las autoridades locales) y a nivel de empresa (negociando planes de movilidad para las empresas).

En las zonas costeras mediterráneas los desarrollos urbanísticos tienen más que ver con el fenómeno de la segunda residencia, pero el modelo es similar. Allí, además, el crecimiento de las urbanizaciones topa con límites físicos y ambientales que ya no es posible eludir. Estos límites son la falta de suelo disponible en muchos municipios y la escasez y deterioro del agua para abastecer al consumo humano residencial.

El turismo

El sector turístico ha venido creciendo espectacularmente a lo largo de las últimas décadas. Según la Organización Mundial del Turismo (OMT) se ha pasado de 25 millones de turistas en todo el mundo hace 50 años a 700 millones actuales y a unas previsiones para 2010 de unos 1.000 millones. Estas cifras suponen en torno al 10% del Producto Nacional Bruto mundial y ocupan a millones de trabajadores.

Los impactos ambientales del turismo son inocultables (emisiones del transporte asociado al mismo, generación de residuos, afección a la diversidad biológica y a los espacios naturales, consumo de agua y de energía, ocupación de suelo, impacto paisajístico...). Las preguntas son ¿hasta dónde puede crecer el sector de forma que no se alcancen niveles insoportables de afección al medio ambiente? ¿no debería reorientarse el turismo existente hacia una estructura y formas más sostenibles?

En España la voz de alarma sobre su futuro ya está dada desde hace tiempo. Estamos aquí en presencia de un modelo, basado fundamentalmente en el turismo masivo de sol y playa, que parece estar agotado. En España representa el 11% de la economía y ocupa a 1,7 millones de trabajadores, pero a pesar de que aumenta cada año el número de turistas (53,6 millones en 2004) los ingresos de este sector están estancados. Uno de los motivos es la proliferación de segundas residencias de extranjeros que apenas deja ingresos al sector. Otro factor puede ser que existe un segmento de turistas que exige una calidad medioambiental de la que empiezan a carecer algunos destinos españoles.

Veamos algunas de sus consecuencias en relación con su impacto sobre el territorio. El turismo conlleva, obviamente, el desarrollo de infraestructuras hoteleras que implantadas masivamente en algunas zonas han alterado la configuración de amplias zonas naturales, sobre todo costeras. Pero el impacto de estos establecimientos no es comparable con el que producen las urbanizaciones turísticas, especialmente, también, las construidas junto al litoral.

El estudio del Instituto Geográfico Nacional mencionado anteriormente pone de manifiesto que hay 10 provincias de la costa española donde está ya construido más de una cuarta parte del primer kilómetro de costa. De ellas en Málaga, Alicante, Barcelona y Melilla está ya urbanizado el 50% de ese primer kilómetro. La apropiación turística del suelo costero en la Comunidad Valenciana está desplazando ya el proceso urbanizador hacia el interior.

Según un reciente informe de Greenpeace titulado “Destrucción a toda costa” en diferentes lugares de la costa española hay actualmente 768.000 viviendas de segunda residencia y plazas hoteleras en proyecto y en el último año se han declarado urbanizables 2.200 nuevas hectáreas en el litoral.

Pero las infraestructuras de nuestro modelo turístico no son sólo las edificaciones. En los últimos años también se han construido desmesuradamente puertos deportivos, parques temáticos y campos de golf. De los primeros aún existen 77 nuevos proyectos de construcción o ampliación.

Actualmente hay unos 300 campos de golf en un territorio que presenta períodos de sequía cada vez mas frecuentes y prolongados. Es sabido que estas instalaciones consumen volúmenes importantísimos de agua. El consumo de los campos de golf existentes viene a ser similar al de 4,5 millones de personas. Aún hay proyectos de construcción de otros 58. Los campos de golf están, además, cada vez más ligados a la simple construcción de urbanizaciones anexas cuyo valor es más alto que el del mercado ordinario de residencial.

Señalábamos antes que este modelo turístico está tocando fondo. De hecho, a pesar del aumento constante de la oferta, el peso del sector está cayendo desde hace cinco años. En las zonas donde este problema de saturación y de insostenibilidad territorial es más patente, diversas instancias de CC.OO. vienen advirtiendo de la situación y planteando la necesidad de un freno al crecimiento de este modelo.

En Málaga, donde a pesar de la saturación que ya existía se incrementó entre 1998 y 2002 un 27% el número de plazas y un 34% el número de establecimientos registrados (hoteles y apartamentos), la Unión Provincial y la Federación de Comercio, Hosteleria y Turismo (FECOHT) han planteado que el sector “se debe encaminar hacia la remodelación global, más que seguir creciendo a este ritmo, en especial en el segmento de turismo residencial y en el de sol y playa, y que se debe romper con la dinámica de que cuanto más mejor”. También plantean una moratoria urbanística y la adopción de medidas de fiscalidad ecológica. Para CC.OO. de Málaga el turismo residencial (del que existen en la Costa del Sol 600.000 plazas frente a las 75.000 hoteleras) es incompatible con este último, porque aquel ocupa más territorio y genera menos empleo. El sindicato está planteando allí reiteradamente un gran acuerdo político sobre la ordenación del territorio que frene el crecimiento urbanístico de las segundas residencias.

En Baleares CC.OO. apostó en su séptimo Congreso (año 2.000) por un cambio de modelo turístico que garantice que el principal motor de su economía siga siendo fuente de trabajo para las futuras generaciones. La sobresaturación de infraestructuras turísticas y el excesivo crecimiento urbanístico ponen en peligro ese futuro, en una Comunidad Autónoma donde el hecho insular pone precisamente límites físicos y espaciales incontestables. El sindicato piensa allí que “la ordenación del territorio es la clave estratégica para, primero, frenar e ir reduciendo la propia oferta turística. La diversificación de esa oferta debe ir orientada a la mayor promoción del turismo social, deportivo, cultural y ecológico”.

Comisiones Obreras de Canarias viene alertando también desde hace tiempo sobre los límites y peligros de un modelo urbanizador ligado al turismo que amenaza, como en los casos anteriores, la sostenibilidad territorial de las islas y la propia estabilidad del empleo turístico. El sindicato viene participando muy activamente en las movilizaciones que se han sucedido contra determinados proyectos de infraestructuras y que, como en el caso de Baleares, han tenido una participación ciudadana masiva. El VII Congreso de las Comisiones Obreras Canarias (enero de 2005) han estimado que ”es la hora de definir claramente los límites del crecimiento que debe experimentar el archipiélago, apostando por reducir drásticamente y de forma selectiva las expectativas urbanizadoras, excepto en lo referente a la vivienda de primera necesidad. Igualmente consideramos que se debería aplicar un tope a la oferta turística, en cuanto al número de camas, primando la calidad frente a la cantidad en el desarrollo turístico”. En la isla de Gran Canaria CC.OO. ha pedido, junto a otras organizaciones, que se retire el Plan Especial de Ordenación de Campos de Golf que pretendía aprobar la construcción de 18 nuevos campos de golf.

Hacia una ordenación racional del territorio

Antes hemos afirmado que la construcción en España ha creado un volumen de empleo importantísimo, pero también hemos apuntado los riesgos que se pueden plantear para el empleo en muchos sectores como consecuencia del modelo que hemos descrito. En primer lugar los que acabamos de apuntar en el sector turístico como consecuencia de un desarrollo residencial que empeore la imagen de calidad de los destinos y acabe reduciendo la afluencia de turistas.

En segundo lugar, los que se derivan de una colonización de suelo antes destinado a cultivos agrícolas y que debido a la revalorización del terreno genera una riqueza, en quien la genera, pero induce abandono de cultivos y por tanto pérdidas de empleo tanto en la agricultura como en la industria agroalimentaria. Hace poco, por ejemplo, las páginas económicas de un diario daban cuenta del cierre en Salobreña (Granada) de la última empresa azucarera (antes había 9) basada en la caña de azúcar. El motivo: “los agricultores han ido abandonando el cultivo ante la demanda de suelo por intereses urbanísticos”. “De las 4.000 hectáreas que llegó a haber, ahora sólo quedaban 600, de las cuales 400 ya han sido recalificadas para su destino a la construcción”.

El número de puestos de trabajo que se han podido perder en muchas zonas debido a este fenómeno, aunque resulta muy difícil de evaluar, puede ser muy elevado. Y lo peor es que el empleo perdido, agrícola o industrial, era mucho más estable que el de la construcción, que necesita, en principio, consumir suelo y recursos que, como hemos dicho antes, tienen un límite físico. Todo ello sin contar con el riesgo para el empleo, apuntado antes, de que el sector de la construcción entre en una crisis derivada de su insostenible crecimiento especulativo.

A las organizaciones sociales, y a los sindicatos en particular, no nos queda más remedio que intervenir activamente para promover líneas de racionalidad económicas y medioambientales en las políticas públicas, ahora demasiado orientadas a satisfacer en exclusiva los intereses de constructoras, promotores y propietarios de suelo.

La ordenación del territorio tiene que ser de verdad la expresión espacial de las políticas económicas, sociales, culturales y ecológicas de toda la sociedad (Carta Europea de la ordenación del territorio) y debe conformar aquel de acuerdo con las necesidades del conjunto de la sociedad y evitando la destrucción y alteración del medio físico y natural.

La articulación territorial y la distribución geográfica de las actividades y los usos del suelo debe armonizarse con las potencialidades existentes en el territorio y con la protección de la naturaleza y del patrimonio cultural.

Para los sindicatos un primer nivel de intervención es la presión para que se realicen los cambios normativos necesarios, en particular en lo que respecta a la legislación del suelo y de vivienda, tanto a escala autonómica como estatal. Los cambios deberían ir hacia la modificación del régimen del suelo y hacia la reorientación del régimen fiscal de la vivienda, especialmente respecto del patrimonio inmobiliario no usado, del sistema de alquiler y de la promoción de la rehabilitación de viviendas.

Es preciso poner límites a la construcción en suelo no urbanizable, especialmente en aquel que tenga algún nivel de protección, así como en las proximidades del litoral. En algunas Comunidades Autónomas y en algunas zonas particularmente saturadas es muy razonable plantear moratorias urbanísticas.

Esta medida debería plantearse asimismo allí donde los recursos hídricos sean previsiblemente escasos en un futuro. En la situación española, y con las previsiones de disminución para las próximas décadas de este recurso, es particularmente importante determinar un adecuado uso, conservación y aprovechamiento del agua, especialmente en la zona mediterránea y las islas. Ligado a esto una de las medidas que puede resultar imprescindible es una moratoria en la construcción de campos de golf, al menos en las zonas mencionadas.

Existen ya, por otra parte, ciertos instrumentos legales para planificar y ordenar de manera racional y sostenible el territorio y sus usos que es necesario aprovechar y sobre los que es necesario intervenir desde la acción sindical responsable.

Espacios protegidos

Existen figuras de espacios naturales que tienen reconocida legalmente una protección específica que impide desarrollar determinados usos y proyectos en aras de su conservación. Esta es en síntesis su tipología:

Derivados de la ley 4/89 y de la normativa autonómica de conservación de la naturaleza. Existen muchas figuras de protección. La de los Parques (Nacionales, naturales o Regionales) implica la planificación de los recursos y de la gestión (PORN y PRUG).

De la Red europea natura 2000 (ZEPAS y LICs)

De otras normas internacionales (Convenio de Ramsar...)

La Planificación urbanística

Los Ayuntamientos y las Comunidades Autónomas, a pesar del retroceso que ha habido en la legislación el suelo, dispone del instrumento de los planes urbanísticos que incluyen un período de información pública en el que se puede intervenir desde los interesados y la sociedad para formular alegaciones e incidir en sus determinaciones.

La Evaluación de Impacto Ambiental de proyectos permite también intervenir a través de alegaciones en numerosos proyectos de obras o instalaciones, tanto públicas como privadas. En pocos meses se aprobará y desarrollará un nuevo instrumento denominado Evaluación Ambiental de Planes y Programas que, como su nombre indica, permitirá poner en marcha un instrumento, también con participación pública, que obligará a las administraciones a realizar un análisis medioambiental de los planes (urbanísticos, turísticos, de transporte, agrícolas...) que quieran aprobar.

Madrid, 2005.

No es tan malo el girasol

No es tan malo el girasol

Domingo Martínez Madrid

El País, 26-04-2006

Con motivo de la adulteración de aceite de girasol por parte de unos desaprensivos, han vuelto a aparecer injustas críticas al cultivo del girasol, y algunos repiten los tópicos de los años noventa. En este contexto, me parece conveniente recordar, a favor del girasol, que en Europa se ha planteado el objetivo de llegar a que, en 2010, un 5,75% de los combustibles empleados en el transporte provenga de los biocarburantes. El girasol es una de las posibles fuentes de suministro. El girasol resulta ser una de las posibles grandes fuentes de biodiésel en España, por adaptarse bien a nuestro suelo y climatología.

Por cada litro de biodiésel que produzcamos, lograremos un ahorro de 2,6 kilos de CO2, con la ventaja para el agricultor de disponer de un contrato de venta de su producción, a precio asegurado, y con una ayuda complementaria de la PAC. Así, el productor está en condiciones de percibir una retribución total de no poco interés, cuando los precios de los cultivos herbáceos se han reducido extraordinariamente en términos reales.

Ahora, además, parece llegado el momento en que la producción de girasol puede recuperarse, por la oportunidad que le brindan el Protocolo de Kioto, el precio del petróleo y la nueva PAC. El girasol puede convertir su cultivo en un auténtico sumidero de CO2, reduciéndose de esa manera la emisión de gases de invernadero que generan el calentamiento global. A cuyos efectos debe recordarse que el CO2 que pueda producirse por la elaboración del biodiésel y su ulterior utilización en la combustión interna está más que compensado por la captura de CO2 a lo largo del cultivo de la planta. Todo esto sin tener en cuenta su capacidad productiva como planta oleaginosa y el efecto decorativo que produce durante el verano en los campos, especialmente de secano, castellanos y aragoneses.

Chernóbil, Irán y el cambio climático

Chernóbil, Irán y el cambio climático

David Hammerstein
Eurodiputado de Los Verdes

Últimamente he perdido ya la cuenta de tantos bulos y errores que se cuentan acerca de la energía de origen nuclear. A pesar de todas las edulcoradas ficciones, los forofos de la energía atómica lo tienen cada vez más difícil a la hora de presentar con una mínima credibilidad sus posiciones pro-nucleares ante la evidencia abrumadora de la insensatez e inviabilidad del renacimiento de la energía nuclear.

Una de las mentiras más repetidas hace apología de una pretendida seguridad y capacidad de control de las instalaciones y la energía atómica para usos civiles. Este engaño busca defender la existencia de una nítida y hermética separación entre la fuente de energía nuclear y el armamento atómico. Mientras que con razón, los titulares de prensa se escandalizan ante la actual amenaza nuclear iraní y sopesan las posibles medidas militares a tomar frente al gobierno islámico, al mismo tiempo suelen callarse ante lo que paradójicamente ha sido una largo matrimonio de colaboración atómica "civil" entre países occidentales e Irán. Este histórico entendimiento entre los usos civiles ha posibilitado el posible acceso del régimen fundamentalista a las armas nucleares de destrucción masiva. El mito sobre la radical separación entre los "usos pacíficos" de la energía atómica y los "usos militares" ya no puede mantenerse por más tiempo. Dónde existe un programa nuclear, se crean las condiciones necesarias para que pueda existir también la bomba. Sí no, que le pregunten a la India, a Pakistán, a Israel, y ahora a Irán.

Otra de las afirmaciones infundadas sobre la pretendida bondad de la energía radioactiva insiste en que necesitamos las nucleares para luchar contra el cambio climático y para reducir nuestra dependencia con el petróleo. Nada de esto tiene que ver con la realidad ni con los datos objetivos. La energía nuclear aporta sólo una muy pequeña fracción (el 6%) del consumo energético final europeo, y su aportación es prácticamente insignificante a nivel mundial (de l% al 2%). La energía atómica no compite con la energía obtenida del petróleo que se consume sobre todo para el transporte y en otros destinos industriales. Por tanto, la producción de energía atómica difícilmente puede ayudar a reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera generadas por la quema de combustibles fósiles petrolíferos. Tenemos que recordar que ni los coches ni los aviones funcionan con energía nuclear. Aunque hubiera más centrales nucleares, nuestra dependencia e inestabilidad económica asociada a la importación de petróleo seguiría, y tendría una escasa o nula influencia sobre la necesaria reducción de los gases invernadero emitidos a la atmósfera y sobre el cambio climático.

Sólo se puede luchar por un clima global estable mediante las recetas verdes: con inversiones en la eficiencia energética, el ahorro, el transporte público y las fuentes renovables de energía. Por ello, es urgente reorientar el grandioso gasto económico que suponen las nucleares hacia otras políticas energéticas mucho más eficaces y acordes con las necesidades del mundo vivo que habitamos.

En la búsqueda desesperada de argumentos y legitimidad pro-nuclear se afirma también que las instalaciones y producción nuclear son eficientes, cuando en realidad ocurre todo lo contrario. Se suele distorsionar la realidad mediante cifras sobre la energía generada pero no sobre la energía realmente consumida, que son mucho menores. También se ocultan y no se incluyen en el precio y la factura de consumo energético nuclear los astronómicos costes "externalizados" que exige la seguridad y las tareas para prevenir accidentes, el eventual desmantelamiento de las instalaciones o la gestión infinita de los residuos atómicos. Se suele olvidar también la total dependencia del uranio importado de países no muy estables. Además, las nucleares incorporan un desigual e injusto coste social de facturación: sólo pueden subsistir con subvenciones públicas masivas y con la garantía del estado. Es decir, la ciudadanía de a pie además de afrontar los riesgos y daños radioactivos que actúan y permanecen miles de años, también es la encargada de sufragar los gastos y incluso las seguridad misma de la anacrónica empresa nuclear, ya que ninguna aseguradora privada está dispuesta a asegurarla ante posibles accidentes.

Y ahora que estamos metidos de lleno en "la guerra contra el terrorismo", resulta muy curioso ver como los promotores del resurgimiento y la vuelta a las nucleares, sistemáticamente se olvidan de mencionar el grave peligro que comporta al convertir en objetivos terroristas las mismas instalaciones y los materiales transportados como el plutonio y el uranio y los residuos nucleares.

¿Debemos seguir aumentando estos riesgos atómicos? Es evidente que 20 años después del accidente de Chernóbil existen poderosas razones para mantener nuestro profundo rechazo a esta peligrosa tecnología que amenaza la vida de hoy y la de mañana.

'La soja está matando la agricultura de Latinoamérica'

'La soja está matando la agricultura de Latinoamérica'

JAVIERA RULLI
Bióloga
Miembro del Grupo Reflexión Rural

La soja es un modelo de agricultura industrial. Se basa en un consumo de semillas procedentes de corporaciones, con consumo de herbicidas de corporaciones, con maquinaria de alta tecnología de corporaciones... Es una agricultura sin agricultores. Sólo se necesitan dos personas para 500 hectáreas. Se fumiga desde avionetas. Sólo requiere tierra y más tierra.

El super está surtido de yogures, queso, carne, galletas y zumo enriquecidos con soja. Pero Javiera Rulli, bióloga y ecologista, suscribe una idea chocante: "La soja mata". Sostiene que no sólo perjudica a la salud, sino que desertiza el campo y corrompe a las autoridades en Latinoamérica. Veterinaris sense Fronteres la ha invitado a participar en el Tribunal Popular de la Soja, que se celebrará mañana en la Facultat de Ciències de l'Educació de la UAB.

--¿Tan mala es la soja?
--Se la ha mitificado como un producto medicinal. Se suele apelar a la cultura china, cuando en China jamás se ingirió tanta soja junta. Además, ellos comen tofu y miso, que es la soja fermentada. Y, encima, nunca es transgénica.

--Algún beneficio tendrá, ¿no?
--La soja tiene un alto contenido proteico y fitohormonas. Es aconsejable cuando se atraviesa la menopausia, porque las fitohormonas son parecidas a las hormonas femeninas. Pero no hay que dársela a los niños menores de 5 años ni a las embarazadas. Además, la soja tiene un inhibidor de calcio, zinc y hierro, importantes para el crecimiento.

--Pues andamos ensojados.
--¡Ingerimos soja en todas partes! En el filete del almuerzo --la ternera come forraje con soja transgénica--, en el yogur de la merienda, en el café con leche... ¡No sabemos qué nivel de hormonas femeninas consumimos!

--¿Eso significa que los pechos...?
--En Argentina, donde el 45% de la agricultura está dedicada sólo a la soja, se distribuye en los comedores populares. Así, un niño desnutrido que se alimente de soja, ingiere el equivalente a dos pastillas anticonceptivas diarias. Para desactivar eso, habría que cocinar la soja durante tres horas. Pero apenas disponen de gas. Le dan un hervor y a la mesa. ¡Hay un alto registro de niñas con pechos y menstruación! Y la osteoporosis empieza a afectar a los jóvenes.

--¿No es usted algo catastrofista?
--No. La sociedad del petróleo está dando paso a la sociedad de la soja. Es un artículo industrial con el que se hace forraje, pintura, lácteos, ecodiésel. Resulta muy útil para las corporaciones. Además, la soja que consumen en España a través de la carne y la leche es transgénica...

--Alto. ¿Toda la soja que llega aquí es transgénica?
--La que llega a Catalunya procede en un 43% de Argentina; en un 35%, de Brasil, y en un 23%, de EEUU. Las de Argentina y EEUU son transgénicas. Y un alto porcentaje de la brasileña está contaminada de fungicidas, herbicidas y fertilizantes.

--Entonces, ¿quién se ha sacado de la manga que es tan beneficiosa?
--¡La industria! La soja es un modelo de agricultura industrial. Se basa en un consumo de semillas procedentes de corporaciones, con consumo de herbicidas de corporaciones, con maquinaria de alta tecnología de corporaciones... Es una agricultura sin agricultores. Sólo se necesitan dos personas para 500 hectáreas. Se fumiga desde avionetas. Sólo requiere tierra y más tierra.

--Empiezo a ver que ése es uno de los problemas...
--La base del forraje que alimenta a cerdos, gallinas y vacas en Europa y China es la soja que viene de Latinoamérica. Ustedes no la ven, pero la consumen. Y eso mata al payés, pero también nos mata a nosotros, porque ocupa nuestras tierras agrícolas. Argentina era productora de arroz, maíz, carne... Pues hoy tenemos que importar lentejas de Canadá, leche de Uruguay... Y como el precio de la soja se determina en la Bolsa de Chicago, la demanda es cada vez mayor, y la avaricia, también.

--¿Se cometen muchas tropelías?
--Sí. La soja está desforestando el norte de Argentina, Paraguay, el Matto Grosso (Brasil). Eso agrava el conflicto por la tierra y provoca corrupción. Los que más tajada sacan son las exportadoras cerealeras, que son corporaciones extranjeras. Están drenando el Paraná, para poder sacar la soja desde el Matto Grosso.

--¿Es como la fiebre del oro?
--Sí. El sur de Latinoamérica da ganas de llorar. Es un desierto tóxico y verde. ¡Hay 15 millones de hectáreas de soja en Argentina! Y avanza con violencia entre las comunidades campesinas. Los sojeros intimidan, desalojan y matan para conseguir más hectáreas. Van desplazando al pequeño productor hacia las ciudades, pasando a engrosar los cinturones de pobreza.

--¿Qué sugiere que hagamos?
--El consumidor europeo tiene mucho poder. Debe empezar a consumir lo local, rechazar toda esta ganadería intensiva y los productos que derivan de ella. Cuestionar la soja. Desconfiar de los productos que lleven aceite vegetal y lecitina. Ir a la distribución directa. Comprar la leche y la carne en la vaquería...

--Es que lo local suele ser caro.
--Lo barato puede ser basura.

Sed de petróleo

Sed de petróleo

El País, 24-4-2006

EDITORIAL

La imparable subida de precios del petróleo, aparte de los efectos que puede tener sobre las economías de muchos países -entre otros, el nuestro, por su notable dependencia exterior-, es la manifestación más visible de un problema de fondo que ha de preocupar muy en serio tanto a los políticos como al público: el suministro energético. Las crisis de los años 1973 y 1980 respondían a factores de inestabilidad política que provocaron bruscas subidas de precios, aunque en el segundo caso se registraría luego una recuperación a los niveles anteriores a la crisis. A los riesgos geopolíticos de entonces, que se repiten en el golfo Pérsico y en Nigeria, se añade hoy el temor de que el continuo aumento de la demanda llegue a superar la oferta. En definitiva, que no haya petróleo suficiente para todos por mucho que suba su precio.

La demanda de crudo crece de forma continua y los descubrimientos de nuevos yacimientos ya no cubren ni previsiblemente volverán a cubrir el aumento del consumo previsto. El vertiginoso crecimiento económico de ciertas regiones del mundo, muy especialmente de China y la India, ha disparado el consumo de petróleo y las expectativas de esta demanda para las próximas décadas. Las reservas disponibles se han estancado o disminuyen, y la capacidad suplementaria de bombeo apenas puede saciar la actual sed de combustible y será pronto insuficiente. El petróleo es una fuente de energía hoy insustituible en el sector del transporte. China y la India están viendo cómo crece exponencialmente su parque móvil. Es por ello urgente una transformación general hacia vehículos que consuman menos derivados del petróleo y más combustibles alternativos. Algunos países en los que el consumo masivo en los automóviles es casi un toque de distinción, como EE UU, tendrán que revisar su modelo de transporte.

Pero nuestras sociedades no sólo consumen energía en el transporte. Casi toda la actividad social, sea industrial o doméstica, requiere el consumo de grandes cantidades de energía, la mayor parte de la cual proviene de los combustibles fósiles: petróleo, gas natural y carbón. Además de los problemas de escasez, que afectan sobre todo al primero, su uso masivo genera gases de efecto invernadero, en particular dióxido de carbono, que pueden tener, y probablemente ya están teniendo, un efecto incontrolado sobre el clima. Es necesaria la búsqueda de otras fuentes de energía que aseguren un suministro duradero con menos efectos negativos sobre el medio ambiente.

En este contexto se hace inevitable una reconsideración de la opción nuclear; de hecho, ya está en marcha. La energía nuclear tiene el grave problema de los residuos radiactivos. Sin una solución satisfactoria para el público, será muy difícil superar la paralización que se produjo en su desarrollo, en parte por los problemas objetivos de los residuos, en parte por el trauma de accidentes como el de la isla de las Tres Millas en EE UU y, por supuesto, de la tragedia de Chernóbil hace ahora 20 años. Es urgente avanzar en el diseño de plantas que minimicen dichos residuos y en la reducción de sus índices de radiactividad.

La dependencia casi total de los combustibles fósiles debe ceder a un esquema diversificado de fuentes de energía. Es esencial en el mismo un mayor protagonismo de las energías renovables. En este campo, nuestro país está jugando un papel destacado. El despliegue de la energía eólica nos ha convertido en el segundo país del mundo en potencia instalada, con una contribución ya significativa a la producción de electricidad, y que ha generado además una industria potente y competitiva en el sector. Por otra parte, los proyectos existentes de aprovechamiento de la energía solar para producir electricidad pueden suponer un impulso definitivo a esta fuente de energía que nos coloque entre los países más avanzados en este campo. En los informes internacionales sobre niveles de atracción para el desarrollo de las energías renovables, nuestro país figura en primer lugar.

El Plan de Energías Renovables 2005-2010 plantea objetivos de apariencia modesta, pero ambiciosos si se comparan con los del resto de los países desarrollados, que se cifran en que las energías renovables deberán cubrir un 12% del total de la energía primaria y un 30% de la electricidad consumida en España. Será necesario lograr y superar estos objetivos si queremos revertir el grave incremento de las emisiones de efecto invernadero, que nos alejan cada vez más del compromiso adquirido en Kioto. La sociedad ha de tomar conciencia de que la energía es un bien precioso y escaso, cuyo consumo tiene siempre consecuencias económicas y medioambientales.