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TURCÓN - Ecologistas en acción

Para leer y ver

Transgénicos

Transgénicos Libro "Transgénicos" de Luke Anderson

Índice

Capítulo 1.
¿Qué es un gen?; ¿Qué es la ingeniería genética?; La mecánica de la ingeniería genética de las plantas; La noción de equivalencia sustancial; L-triptófano; El potencial de reacciones alérgicas; Resistencia a los antibióticos.

Capítulo 2.
La ingeniería genética y el medio ambiente Resistencia a los herbicidas; Cultivos resistentes a los insectos; Cultivos resistentes a los virus; Contaminación genética; El Principio de Precaución; Peces transgénicos; Árboles.

Capítulo 3. La ingeniería genética y la agricultura
Polinización cruzada; Precios más elevados para las cultivos libres de transgénicos; Ingeniería genética y biodiversidad; La Revolución Verde; La alimentación mundial; La productividad de los pequeños agricultores; Reforma agraria; Deuda; Exportaciones del Tercer Mundo; Tecnología Terminator.

Capítulo 4. Patentes sobre la vida
Patentes de plantas y animales; Patentes de seres humanos; El mapa del genoma humano; Biopiratería; Las patentes y la Organización Mundial de Comercio.

Capítulo 5. ¿Quién está al mando?
La "Industria de la Ciencia de la Vida"; En el interés público; Sigue el dinero; Etiquetado; Productos aprobados; ¿Qué nos espera?

Capítulo 6. Un caso ejemplar: la leche y la hormona del crecimiento bovino

Capítulo 7. La reacción en contra de la población

Apéndices
Nuevas reflexiones sobre biotecnologías agrícolas y alimentos transgénicos por Jorge Riechmann
Notas sobre los transgénicos en España y América Latina por José Santamarta
Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad

Recursos
Organizaciones internacionales; Revistas y boletines; Servicios de información por Email; Páginas web; Libros recomendados. Información en castellano.

Organizaciones editoras: Gaia Proyecto 2050, Asociación Vida Sana, Greenpeace, Amigos de la Tierra, ACSUR-Las Segovias, Bakeaz y ECOjustícia.

Super size me

Super size me Dirección y guión: Morgan Spurlock.
País: USA.
Año: 2004.
Duración: 96 min.
Género: Documental.
Estreno en España: 15 Octubre 2004.

SINOPSIS

En torno al 37 por ciento de los niños y adolescentes estadounidenses tienen exceso de grasa y dos de cada tres adultos tienen kilos de más o son obesos. ¿Es un problema de autocontrol, o debemos culpar a las empresas? Spurlock se echó a la carretera y entrevistó a expertos de veinte ciudades de Estados Unidos, también Houston, la ciudad más obesa de América (ahora es Detroit). Directores de salud pública, profesores de gimnasia, cocineros, niños, gobernantes, legisladores, expusieron sus investigaciones, sus opiniones y las reacciones viscerales que despierta en ellos el constante aumento del volumen corporal del pueblo norteamericano. Por fin, Spurlock se embarcó en un experimento de características excepcionales: probó en carne propia los efectos de la comida basura sobre el cuerpo humano. Durante treinta días consecutivos, Spurlock se alimentó a base de Cheeseburgers, Bic Macs y McNuggets, subsistiendo exclusivamente con productos del menú McDonald‘s. Debido al consumo de fritos y alimentos ricos en sodio aumentaron sus niveles de colesterol y sodio, y lo que empezó siendo un experimento divertido y desenfadado se convirtió en un problema grave para el hasta entonces envidiable estado de salud de Morgan Spurlock. A esta vorágine alimentaria de un mes de duración acompaña una serie de esclarecedoras y sinceras entrevistas con los mejores profesionales médicos y sanitarios, con ejecutivos de publicidad y marketing y con adolescentes norteamericanos. Los resultados son, cuando menos, lamentables.

Premio al mejor director en el Festival de Cine Independiente de Sundance
Web oficial: www.supersizeme.com

El hombre que plantaba árboles

El hombre que plantaba árboles Título: El hombre que plantaba árboles
Autor: Jean Giono
Editorial: Olañeta
Colección: El barquero
Páginas: 50
Precio: 8 €

En 1913 tuve la oportunidad de hacer un largo recorrido a pie por los parajes montañosos de la antigua región donde los Alpes penetran en Provenza. Eran tierras desérticas, toda la tierra aparecía estéril y opaca. Nada crecía allí salvo alguna pobre vegetación silvestre. Sólo encontré sequedad y una aldea abandonada. Finalmente, entre tanta soledad, vi a un pastor con treinta ovejas echadas cerca de él sobre la tierra calcinada. Era un hombre de pocas palabras en medio de un paraje desolado. Vivían también algunas familias bajo aquel riguroso clima, en medio de la pobreza y de los conflictos provocados por el continuo deseo por escapar de allí.

Aquel pastor tenía 55 años y se llamaba Elzéard Bouffier. Usaba como bastón una vara de hierro. Con su punta hacía un hoyo en el que plantaba una bellota y luego lo rellenaba. Había plantado un roble. Plantó así hasta 100 bellotas con muchísimo cuidado. Llevaba tres años plantando árboles en ese desierto. Había plantado ya 100.000. De éstos, unos 20.000 habían germinado. De los 20.000, esperaba perder la mitad a causa de los roedores o el mal clima. Aún así, quedarían 10.000 robles donde antes no había nada.

Vino la guerra de 1914, y a su término volví a aquel lugar. Aquel pastor seguía extremadamente ágil y activo. Los robles tenían diez años y eran más altos que un hombre. Era un espectáculo impresionante. Formaban un bosque de once kilómetros de largo y tres de ancho. Y todo aquello había brotado de las manos y del alma de ese hombre solo. Había proseguido su plan, y así lo confirmaban las hayas, que llegaban a la altura del hombro y que se encontraban esparcidas tan lejos como la vista podía abarcar. También había plantado abedules en todos los valles donde había adivinado acertadamente que había suficiente humedad.

La transformación había sido tan gradual, que había llegado a ser parte del conjunto sin provocar mayor asombro. Algunos cazadores que subían hasta estas tierras yermas en busca de liebres o jabalíes, habían notado, por supuesto, el repentino crecimiento de arbolitos, pero lo habían atribuido a algún capricho de la tierra. Esa fue la razón por la que nadie se entrometió en el trabajo de Elzéard Bouffier.

En 1935, las lomas estaban cubiertas con árboles de más de siete metros de altura. Recordando el desierto que era esa tierra en 1913 pude observar que el trabajo intenso realizado en forma metódica y tranquila, el vigoroso aire de la montaña, una vida frugal y, sobre todo, una gran serenidad de espíritu habían dotado a este viejo con una salud asombrosa.

Vi por última vez a Elzéard Bouffier en junio de 1945. Tenía entonces 87 años. Sólo el nombre familiar de una aldea me pudo convencer de que realmente estaba en una región que anteriormente había sido un paraje desolado. El autobús me dejó en Vergons. En 1913, este caserío de 10 ó 12 casas tenía tres habitantes que vivían de la caza con trampas y que física y moralmente estaban muy cerca del hombre primitivo. Ahora todo había cambiado, incluso el aire. En vez de los vientos secos y ásperos que recordaba, soplaba una suave brisa cargada de aromas del bosque. Se habían restaurado las casas, y ahora estaban rodeadas de jardines, donde crecían flores y verduras. Había matrimonios jóvenes. Aquel lugar se había convertido en una aldea donde era agradable vivir. Desde ahí me fui caminando. En las faldas de la montaña vi pequeños campos de cebada y centeno. Al fondo del angosto valle, las praderas comenzaban a reverdecer. En lugar de las ruinas que había visto en 1913, ahora se levantaban campos prolijamente cuidados, dando testimonio de una vida feliz y confortable. Los viejos arroyos, alimentados por las lluvias y nieves que conservan los bosques, corren nuevamente gracias a que sus aguas han sido canalizadas. La gente de las tierras bajas, donde el suelo es caro, se ha instalado aquí, trayendo juventud, movimiento y espíritu de aventura. A lo largo de los caminos, se encuentran hombres y mujeres vigorosos, niños que pueden reír y que han recuperado el gusto por los paseos.

Si se cuenta la primitiva población –irreconocible ahora– que vive con decencia, más de 10.000 personas deben a Elzéard Bouffier gran parte de su felicidad. Cuando pienso que un hombre solo, armado únicamente con sus recursos físicos y espirituales, fue capaz de hacer brotar esta tierra de Canáan en el desierto, me convenzo de que, a pesar de todo, la humanidad es admirable; y cuando valoro la inagotable grandeza de espíritu y la benevolente tenacidad que implicó obtener este resultado, me lleno de inmenso respeto hacia ese campesino viejo e iletrado, que fue capaz de realizar un trabajo digno de Dios.

Elzéard Bouffier murió pacíficamente en 1947.

El Medio Ambiente en la nueva Constitución Europea

El Medio Ambiente en la nueva Constitución Europea Tanto el Medio Ambiente como el desarrollo sostenible son conceptos y políticas que se quieren implantar en el nuevo texto constitucional.

Es necesario recordar que el próximo Febrero-2005 habra un referéndum en todos los estados miembros de la Unión Europea, para ratificar esta Constitución Europea.

Reproducimos integramente la sección que habla exclusivamente del Medio Ambiente, concretamente sus páginas 170 y 171 del nuevo borrador:

"SECCIÓN 5- MEDIO AMBIENTE

Artículo III-129 (antiguo artículo 174 TCE)

1. La política de la Unión en el ámbito del medio ambiente contribuirá a alcanzar los siguientes objetivos:
a) la preservación, protección y mejora de la calidad del medio ambiente;
b) la protección de la salud de las personas;
c) la utilización prudente y racional de los recursos naturales;
d) el fomento de medidas a escala internacional destinadas a hacer frente a los problemas
regionales o mundiales del medio ambiente.

2. La política de la Unión en el ámbito del medio ambiente tendrá como objetivo alcanzar un nivel de protección elevado, teniendo presente la diversidad de situaciones existentes en las distintas regiones de la Unión. Se basará en los principios de precaución y prevención, en el principio de corrección de los daños ambientales, preferentemente en la fuente misma, y en el principio de que quien contamina paga.
En este contexto, las medidas de armonización necesarias para responder a exigencias de la
protección del medio ambiente incluirán, en los casos apropiados, una cláusula de salvaguardia que autorice a los Estados miembros a adoptar, por motivos ambientales no económicos, disposiciones provisionales sometidas a un procedimiento de control de la Unión.

3. En la elaboración de su política ambiental, la Unión tendrá en cuenta:
a) los datos científicos y técnicos disponibles;
b) las condiciones ambientales en las diversas regiones de la Unión;
c) las ventajas y las cargas que puedan resultar de la acción o de la falta de acción;
d) el desarrollo económico y social de la Unión en su conjunto y el desarrollo equilibrado de sus regiones.

4. En el marco de sus respectivas competencias, la Unión y los Estados miembros cooperarán con los terceros países y las organizaciones internacionales competentes. Las modalidades de la cooperación de la Unión podrán ser objeto de acuerdos entre ésta y las terceras partes interesadas.
El párrafo anterior se entenderá sin perjuicio de las competencias de los Estados miembros para negociar en los foros internacionales y para celebrar acuerdos internacionales.

Artículo III-130/131 (antiguos artículos 175/176 TCE)
1. Las acciones que deban emprenderse para la realización de los objetivos fijados en el
artículo III-129 se establecerán mediante ley o ley marco europea, que se adoptará previa consulta al Comité de las Regiones y al Comité Económico y Social.

2. No obstante lo dispuesto en el apartado 1 y sin perjuicio del artículo III-65, el Consejo
adoptará por unanimidad leyes o leyes marco europeas que establezcan:
a) disposiciones esencialmente de carácter fiscal;
b) las medidas que afecten a:

i) la ordenación del territorio;
ii) la gestión cuantitativa de los recursos hídricos o que afecten directa o indirectamente a
la disponibilidad de dichos recursos;
iii) la utilización del suelo, con excepción de la gestión de los residuos;
c) las medidas que afecten de forma significativa a la elección por un Estado miembro entre
diferentes fuentes de energía y a la estructura general de su abastecimiento energético.

El Consejo podrá adoptar por unanimidad, a propuesta de la Comisión una decisión europea para que pueda aplicarse el procedimiento legislativo ordinario a las materias mencionadas en el primer párrafo.

En todos los casos, el Consejo se pronunciará previa consulta al Parlamento Europeo, al Comité de las Regiones y al Comité Económico y Social.

3. Se establecerán mediante ley europea programas de acción de carácter general que fijen los objetivos prioritarios que hayan de alcanzarse. Dicha ley se adoptará previa consulta al Comité de las Regiones y al Comité Económico y Social.
Las medidas necesarias para la ejecución de dichos programas se adoptarán de conformidad con las condiciones contempladas en el apartado 1 o en el apartado 2, según proceda.

4. Sin perjuicio de determinadas medidas adoptadas por la Unión, los Estados miembros tendrán a su cargo la financiación y la ejecución de la política en materia de medio ambiente.

5. Sin perjuicio del principio de que quien contamina paga, cuando una medida adoptada con arreglo a lo dispuesto en el apartado 1 implique costes que se consideren desproporcionados para las autoridades públicas de un Estado miembro, dicha medida establecerá de la forma adecuada una de las siguientes posibilidades o ambas:

a) excepciones de carácter temporal,
b) apoyo financiero con cargo al Fondo de Cohesión.

6. Las medidas de protección adoptadas en virtud del presente artículo no serán obstáculo para el mantenimiento y la adopción, por parte de cada Estado miembro, de medidas de mayor protección.

Dichas medidas deberán ser compatibles con la Constitución y se notificarán a la Comisión"

Fahrenheit 9/11

Fahrenheit 9/11 Título original: Fahrenheit 9/11
Direccción: Michael Moore
Tipo: Documental
Año: 2004
Guión, producción y dirección: Michael Moore
Premios: Palma de Oro en el Festival de Cannes (Francia)

En Gran Canaria la puedes ver en Multicines Monopol (Las Palmas de Gran Canaria) y Multicines Telde (Telde).

En una charla pública, realizada unos meses atrás en el marco de la apertura de un nuevo centro de estudios políticos, el periodista, escritor y -próximamente- director de cine, Jorge Lanata, afirmaba que lo que molesta para quienes detentan el poder (político o económico), no es tanto la libre circulación de opiniones -por más independientes que éstas sean-, sino la de información. Lanata (considerado por sus detractores como el "Michael Moore argentino"), sostiene que toda opinión está sometida a la adhesión -o no- que genera en los otros, antes de ser considerada "de peso". Mientras que la información, cuando es veraz y comprobable, posee peso propio. En síntesis, a los "poderosos" lo que verdaderamente les preocupa, es que haya periodistas que informen a la comunidad con honestidad e independencia, antes que periodistas que opinen libremente.

Bajo este principio parece actuar el periodista, escritor y -ya consagrado- director de cine, Michael Moore. Si en "Bowling for Columbine" (su anterior largometraje), Moore partía de la información objetiva para desarrollar una hipótesis personal que le permitiese entender las razones del armamentismo de la sociedad estadounidense, con Fahrenheit 9/11, el procedimiento es inverso aunque el principio es el mismo.

Moore parte de una posición clara y específica (la total y absoluta disconformidad con el gobierno del presidente George W. Bush) y, desde ese lugar, aporta los datos y la información necesarias para demostrar objetivamente que el pueblo norteamericano ha sido engañado por sus gobernantes, con el fin de iniciar una guerra y un proceso de restricción de los derechos individuales, que sirvió a estos mismos funcionarios públicos y a sus aliados empresariales, para consolidar negocios multimillonarios.

La contundencia y explicitud de los datos y los testimonios exhibidos en Fahrenheit 9/11, hacen del film un documento irrefutable. Sin embargo, la urgencia testimonial y el evidente didactismo con el cual el director comunica las mentiras fabricadas por Bush, resienten notablemente las cualidades cinematográficas de la obra, lo cual hace pensar que la Palma de Oro recibida en Cannes fue un gesto político antes que un reconocimiento a sus logros artísticos.

A un lado este detalle, cabe decir que Fahrenheit 9/11 hace un exhaustivo y detallado repaso de los hechos políticos más importantes que tuvieron lugar en Norteamérica desde las presidenciales de 2000, en las que -fraude mediante- el republicano George W. Bush accedió a la presidencia, hasta las más recientes novedades de la invasión a Irak pasando, obviamente, por el trágico ataque sufrido por los Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001.

Con su documental, Moore acerca una serie de pruebas irrebatibles -algunas de conocimiento público y otras, hasta hoy, censuradas- que dan cuenta de varios aspectos acerca de la gestión Bush. Los vínculos comerciales de su familia y entorno personal con el clan Bin Laden, la manipulación de documentación militar para "ocultar" otros vínculos inconvenientes, la creación -por parte del gobierno- de un estado de miedo constante en la población para justificar el recorte de las libertades individuales y la inmoralidad de un presidente que es capaz de llevar a su pueblo -y condenar a otros- a la guerra, con el único fin de resguardar y proteger sus negocios petroleros y los de sus "aliados" comerciales, son tan sólo algunos de los aspectos que Moore pone en relieve a lo largo de las (un tanto extensas) dos horas de película.

Si bien, como ya hemos señalado, Fahrenheit 9/11 no posee un destacado nivel cinematográfico (que sí tenía Bowling for Columbine), vale reconocer que, en ocasiones, Moore logra sorprender con algunos procedimientos discursivos ciertamente interesantes, en los cuales, la palabra (en especial la voz off del propio Moore) cede completamente su lugar a la imagen sin que, por ello, el discurso pierda elocuencia. Tanto la escena de los títulos, en la que vemos el proceso de maquillaje de los principales funcionarios de gobierno -previo a la "salida al aire" frente a las cámaras de los noticieros ("maquillaje" que el filme se encargará de quitar)-, como así también aquella otra del final en la que, azarosamente, tres mujeres representativas de las diferentes posturas político-sociales surgidas frente al actual estado de situación, se cruzan en las puertas de la Casa Blanca en un diálogo que resume de manera impecable la totalidad del film, constatan los pocos (pero buenos) momentos netamente cinematográficos que alcanza la película.

Por último, una idea poderosa se desprende de Fahrenheit 9/11. Tal vez la más abarcativa de un discurso que, en efecto, tiene como principal destinatario al ciudadano norteamericano. La formación de un pueblo adulto, capaz de construir y sostener una democracia sólida y eficaz, sólo es posible si cada uno de sus integrantes tiene asegurado el acceso a la "educación" como antídoto al engaño que habilita la ignorancia. En ese plan, la libre circulación de información -y Michael Moore es un militante obstinado de esa causa- adquiere una relevancia fundamental. Sólo en ese contexto, se pueden comprender las razones por las que el gobernador de Florida (hermano del actual presidente), presionó a una de las compañías de entretenimiento norteamericana más importante del mundo para que ésta, a su vez, instase a una de sus empresas subsidiarias (Miramax) a abstenerse de distribuir la película dentro del territorio de los Estados Unidos de América.

Cómo dijo Lanata: lo que molesta a los poderosos es la información. Y si algo logra Michael Moore con su película -además de entretener- es informar.

La basura que comemos

La basura que comemos Patricia Vega

RIUS (EDUARDO DEL RIO). La basura que comemos: transgénicos y comida chatarra. México: Editorial Grijalbo, 2000.

Aunque su oficio es hacer reir, Rius lamenta no ofrecer un libro de humor sino un libro para ponernos de "mal humor", que busca hacernos conscientes de que gran parte de lo que comemos es, literalmente, basura. Con este calificativo, Rius se refiere particularmente a los alimentos "chatarra" y a los transgénicos, pero el propio monero aclara que se refiere más a los primeros que a los segundos, porque los alimentos "chatarra" son más dañinos, debido a que casi todo el mundo los consume, mientras que los alimentos transgénicos son, en su opinión, casi desconocidos.

Así, desde las primeras páginas Rius advierte que nos entrega un libro "de denuncia enfilado contra los mercachifles de la industria alimenticia", porque cada día que pasa nos envenenan más; por ello, el famoso caricaturista se propone alertar sobre lo peligroso que se ha vuelto comer: "no sólo es un peligro comer en la calle. También no sólo está resultando peligroso hacerlo en los malos restaurantes -y en los buenos también-, sino que, en el colmo de las desgracias, hasta comer en casa es ya un peligro".

Con información proporcionada por Greenpeace, tomada de revistas como la Guía del Consumidor y Natura o de enciclopedias como la Columbia de Nutrición, consultada en libros como Comer puede ser peligroso, de Erwin Moller o de plano bajada de la Santa Madre Internet, Rius recurre a su característica mezcla de viñetas, dibujos y collages, para ofrecer datos de gran utilidad.

"Cuando se inventó la comida enlatada todo empezó a echarse a perder, dicho sea con perdón de la lógica", sostiene Rius. Con el avance tecnológico del "enlatado" se dio pie a la industrialización de los alimentos, pero se presentó un nuevo problema a resolver: qué añadirle a la lata para que no se echara a perder el contenidos y esos "añadidos" son justamente los llamados "aditivos".

A partir de esta introducción, el caricaturista desglosa los disintos tipos de aditivos -antioxidantes, emulsificantes, estabiilzantes, colorantes, espesadores, blanqueadores, edulcorantes, maduradores, separadores, humectantes, gelificantes, conservadores, texturizadores, clarificantes, acidulantes--, especifica su función y enlista los alimentos en los que estas sustancias están presentes. Nos aclara que 90 por ciento de los aditivos son "seguros", pero que 10 por ciento son peligrosos porque provocan alergias, algunos son cancerígenos, agravan a los asmáticos, provocan úlceras y hemorragias en el sistema digestivo y causan a los infantes hiperactividad. A medida que se avanza en la lectura, Rius va soltando consejos prácticos como el siguiente: "nunca compre latas golpeadas: con los golpes, sueltan el plomo que es peligrosísimo para la salud", cita datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) e informaciones como el hecho de que se calcula que "un niño gringo, al cumplir 12 años de edad, ya se ha tragado más de 2 kilos de inocentes colorantes".

Más que llevarnos a perder el apetito, esta lectura podría llevarnos a cambiar nuestros hábitos alimenticios, pero si después de leerlo usted decide seguir igual, pues como concluye el caricaturista, "que con su pan se lo coman".